Una película distinta de Woody. Una historia a medio camino entre el thiller y su costumbrismo clásico.
Dos hermanos no especialmente afortunados en los negocios y en la vida compran un barquito para salir los fines de semana a navegar un poco. La llaman "El sueño de Casandra", el nombre de un perro que ganó una carrera cuyas apuestas iban 60 a 1. Es decir, que por cada euro aportado ganas 60, con 10 ganas 600, y por 100 ganas 6000.
Uno de los hermanos conoce casualmente a una actriz de teatro normalita con la que empieza a intimar. El otro es un normal mecánico de coches enviciado con las cartas.
Ambos necesitan dinero y se lo piden al tío Howard. Pero el tío tiene un problema, un trabajador puede revelar cosas sucias de su empresa, y necesita que le maten. Los sobrinos necesitan dinero, uno para satisfacer las deudas de juego, el otro para invertir en un negocio inmobiliario, y el tío necesita ver muerto al trabajador.
El drama moral de los hermanos no está bien resuelto, ni tampoco el engaño del propio tío, que sabes que va a ocurrir, pero no puedes ni imaginar cómo no se dan cuenta los hermanos. Es evidente que quien tiene más problemas es el propio tío. El menos eso me parece a mi.
Los actores son los que siguen: Ewan McGregor y Colin Farrell son los hermanos. El resto son: Tom Wilkinson como el tío Howard, Hayley Atwell como la actriz novia de uno de los hermanos, Sally Hawkins, Peter-Hugo Daly, John Benfield, Clare Higgins, Ashley Madekwe, y Andrew Howar.
La fotografía es espléndida, de Vilmos Zsigmond (que también ha sido director), el Guion es de Woody Allen y la música de Philip Glass.
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