domingo, 31 de marzo de 2019

§ 1.602. Fugitivos rebeldes (Hugo Fregonese, 1954)


Me ha parecido más interesante de lo que pensaba. Director para mi desconocido, narra correctamente una historia sencilla pero con matices que la acomplejan y la llenan de matices y sabores. Me ha gustado mucho. Tiene truco, porque creo que Van Heflin es un actor de una pieza, todo lo que hace tiene sentido, no hay película suya que no me guste. Me parece que no tiene el reconocimiento que merece, pero tiene un montón de cintas de calidad. No tenía una cara muy llamativa y el que fuera pelirrojo quizá le limitaba en los papeles de americano clásico, pero no hay duda de que es uno de los grandes. El duelo interpretativo con Richard Boone es notable. Otro actorazo de una pieza, otro grande, este sí más encasillado en papeles del oeste, pero grande grande de verdad. También interviene  Anne Bancroft jovencísima, prácticamente irreconocible. Sobre todo si te tiene el arquetipo de "El graduado" de 1967. Por cierto, es una mujer que ha trabajado una barbaridad; no piensas que ha intervenido en tantas cintas hasta que no te fijas, pero la verdad, tiene un montón de películas. También aparece Lee Marvin joven todavía y con mucha carrera por delante.
A Fregonese se le tiene por clase media con recursos, dotado para el cine pero sin romper el techo de cristal de la gran industria. Argentino de Mendoza trabajó también mucho en España, pero no gozó nunca de una gran popularidad.
La cinta esta bien rodada, con un metraje muy civilizado, actuaciones comedidas y bien centrado todo alrededor de la historia del capitán. Interesante, mejor película de lo que parecía. Uno de esos Westher que no forman parte del ideario de los mejores del género, pero de gran calidad. Me ha sorprendido, me ha gustado mucho.

§ 1.601. El bueno, el feo y el malo (Sergio Leone, 1966)


No la recordaba tan larga, ni tan simple. La tenía por más compleja, en las relaciones entre los personajes, en la trama hacia el dinero, en su planteamiento estético. 150 minutos son muchos para tan poca sustancia. Ni siquiera la crueldad está bien matizada, bien expresada, es sencilla, vulgar, basta, como de andar por casa, todo muy normal. La cotidianidad del mal, podríamos decir. Me he fijado en Eli Wallach con detenimiento, y este tipo de papeles le van estupendamente, están hechos para él. La música, todo un clásico, y la estática general muy lograda, en su género, pero lograda.

jueves, 28 de marzo de 2019

§ 1.600. El susto (Alfred L. Werker, 1946)


Estupenda p elícula, dentro del canon que se pretende, dentro de lo que se espera de este tipo de cintas. Un terror suave, con cánones muy definidos del bien y del mal, que crea un cierto climax creciente a la espera del desenlace, siempre buenista.
Vincent Price en su papel de siempre, con una sensual y peligrosa Lynn Bari, actriz muy encasillada en papeles de mala malísima, no quizá una 'femme fatale' en su justo término, pero terrorífica.
Se deja ver y tiene un buen metraje.

martes, 26 de marzo de 2019

§ 1.599. El cielo rojo de Montana (Joseph M. Newman, 1952)


Entretenida película de aventuras. Con un trio más que correcto: Richard Widmark, Jeffrey Hunter y Richard Boone, con la presencia femenina de Constance Smith, que es una actriz correcta.
Narra las aventuras, mejor dicho las desventuras, de un equipo de bombero de élite que se tiran en paracaídas cerca de los fuegos de las montañas para conseguir atacar al fuego lo más cerca posible. Uno de ellos sobrevive a uno especialmente dañino, muriendo todos los compañeros. Él es el único superviviente, y otro bombero le acusa de haber abandonado a los hombres, entre los que se encontraba su padre. Él no recuerda nada, y aunque la investigación oficial le exculpa de todo error el hijo no se lo quiere creer, acude al lugar del fuego y descubre una esclava con el nombre de su padre en un lugar diferente al que el protagonista dice haberles abandonado. Tiene que producirse un nuevo fuego y encontrarse los dos hombres solos para que ambos comprendan todo lo que sucedió.
Interesante película de aventuras algo peculiar por la temática, aunque el fondo es, como no podía ser de otra forma, el de siempre: la superación del hombre que se crece ante las adversidades de la vida, de los imprevistos, de lo que no se puede controlar. Widmark está como siempre, corrientísimo, en su papel y en forma. Es un actor mejor de lo que pudiera parecer, mejor que la fama que tiene. Jeffrey Hunter, la verdad, es tan plano como siempre, no sé cómo pudo hacer Centauros..., quizá, simplemente, salió como salió por cosas que nada tenían que ver con él y su actuación.

lunes, 25 de marzo de 2019

§ 1.598. El gran Jim McLain (Edward Ludwig, 1952)


Película claramente propagandística. De 1952, época muy peculiar, guerra fría en su momento más álgido.
No pensaba que Ludwig participara de este apelare, pero mira, seguro que tenía que comer. Era un ruso llegado a EE.UU. para rodar películas, como otros tantos. 
El mensaje es inequívoco, durísimo, pétreo. No se puede perder ni un solo minuto en la búsqueda de los fieros comunistas, ni siquiera en Hawai, a donde se dirige Wayne a buscar malos. Allí conoce a Nancy Olson, gran actriz muy conocida por su participación en Sunset Bulevar, de Wilder, en la que hacía de ingenua telefonista, o secretaria.
En esta está más madura, más guapa, segura de sí misma y menos candorosa, menos ingenua, menos idiota.
No tiene mucho más que ver. Bueno, ni siquiera tiene algo a lo que agarrarse. La verdad es que las otras suyas que he visto: El último Gánster (1937); Batallón de construcción (1944) y El Gavilán pistolero (1963) no me han parecido nada del otro mundo, quizá la de Batallón sea más o menos visible, pero las demás no merecen la pena, bajo ningún concepto.
Debía ser un hombre de la industria, un director que rodaba en la época en la que se rodaba a todas horas, toda clase de temáticas, con toda clase de actores, en todos los días de las semanas... produciendo centenas de películas para un consumo masivo de cine, consumo industrial.

domingo, 24 de marzo de 2019

§ 1.597. Consejo de guerra (Bruce Beresford, 1979)


Muy interesante película. Muy bien trazada, muy bien narrada, con unos flasback muy estructurado, que dan sentido a toda la película.
Temática difícil, en un ambiente muy cerrado, claustrofóbico, con un trasfondo político evidente: la lucha entre el imperio británico y holanda en la Guerra de los Bóers en sudáfrica, en donde se ven implicados tres militares australianos acusados de hacer algo que todo el mundo hacía: matar prisioneros en la guerra. Pues bien a estos pretende sacrificárseles para favorecer que los Bóers tengan un cierto respeto en las instituciones judiciales británicas y así favorecer una eventual mesa de negociación para entablar un proceso de paz que lleve a la finalización de la guerra.
Además la represalia se produce en un guerra de guerrillas, donde los bóers han impuesto un modelo de confrontación no abierta, no directa, sino encubierta, de ataque y retirada, de hostigamiento puntual, imprevisto y rápido. El tema básico que subyace es el cumplimiento de las órdenes impartidas por un superior en campaña. Si se acredita que la orden existía, es decir, si se demuestra que un superior había impartido la orden de fusilar a los prisioneros de guerra el veredicto de inocencia es el único posible.
Me ha gustado mucho, a pesar de ser una película de temática muy reconocible y del anticipo del final, nada sorpresivo por otra parte.
Lo interesante es que está basada en hechos reales, y por muchas licencias que hay cometido el escritor de la novela o el guionista o el director de la película, no hay duda que espanta la elección que tienen que realizar en acción. 
Como dice el abogado en el juicio, lo pernicioso de la guerra no es que hombres malos o desequilibrados realizan en combate actos deplorables, lo bárbaro, lo impensable es que bajo presión los hombres normales realizan actos impensables. Eso es precisamente lo que la guerra es. Esta o aquella, la del siglo XIX o la del XXI.
Director sólo conocido por mi por Paseando a Miss Daisy (1989). Tendré que ver más películas suyas, porque recuerdo muy la vez que vi aquella y esta me ha gustado especialmente.

§ 1.596. Los últimos Comanches (André De Toth, 1953)


Buena película de un director que cada vez me gusta más. Esta vez con indios y tiros a la desesperada. No es su mejor cinta, peor se deja ver y tiene ese algo que te permite disfrutar una hora y media de una historia interesante y atrayente. Luego aprecias que quizá no era tan buena como creías, pero eso lo sabes después de que la has visto.

miércoles, 20 de marzo de 2019

§ 1.595. - Acorazado Espacial Yamato (Takashi Yamazaki, 2010)

Pensaba que era mejor película. Al parecer está basada en una serie de animación japonesa de los años setenta. Una serie con muchos capítulos que esta cinta resumen en un metraje larguísimo, que sobra por todas partes, y que difícilmente con las tramas narradas es visualizable. Es, básicamente, lo que se conoce como unE pestiño. Yo le he puesto un 3 en Filmaffinity, que es una nota bajísima para mi, que, por respeto pongo siempre algo de mejor nota, mínimo un 5.
Yamato era el nombre de un acorazado japonés que intervino en la IIGM. Pertenecía a la serie Yamato, y tenía un gemelo. Fue el más potente y el mejor y más armado de todo la flota imperial, y fue hundido en la batalla de Okinawa en abril de 1945.
Los efectos especiales no son tan prodigiosos como se comenta en el foto de Filmaffnity, por lo menos a  mi no me lo parece. Tampoco el vestuario o el atrezzo son maravillosos, con una vestimentas más de Kill Bill y el manga de dibujos animados que de auténtica ciencia ficción, pues, como se aclara en la propia película estamos en el 1199. Son como chaquetas de motorista baratas, de cuero blanco y amarillo.
La pretendida tensión emocional que sufre el protagonista al asumir el mando no conmueve, ni su relación con el Capitan enfermo, el hombre mayor que dejó fallecer a su hermano en una batalla combatida muchos años antes, tiene el dramatismo suficiente como para recordarlo. El guión no es demasiado lineal, ni muy razonable, lleno de huecos, con un desarrollo muy previsible y, a la vez, muy convencional, no tiene ni gancho, ni potencia, ni empaque. No me parece un gran trabajo. Y, sobre todo, tiene un metraje desmesurado, 138 minutos, una auténtica exageración para una historia que se podía contar en 90 minutos perfectamente.
No me ha gustado, pero hay que intentar ver de todo, incluso estas cosas que ya preveía que no me iba a agradar.

martes, 19 de marzo de 2019

§ 1.594. Desde la terraza (Mark Robson, 1969)


Aunque tiene un metraje exagerado, 150 minutos, no se hace larga. Tiene mucho ritmo, supera las dificultades de una película larga, y va creciendo en intensidad, desarrolla bien lo que pretende y encadena los pasos hacia la conclusión -inevitable, ciertamente- final. 
Paul Newman está espléndido, Joanne Woodward juega bien sus cartas. Y la tercera en discordia es Ina Balin, una actriz para mi desconocidas aunque la he visto en alguna otra cinta.
El éxito en lo profesional, y el fracaso en la vida personal. Es una historia muy vieja, muy trillada, pero está muy bien desarrollada. Aunque hay algo de importado, parece demasiado estereotipada, excesivamente convencional, algo artificial.
La esposa infiel que gasta un dineral en ropa pero se divierte con otros hombres porque el suyo está todo el día trabajando para ganar más y más dinero. Una falacia en sí misma, una mentira que no se sujeta en la sociedad que retrata, ciertamente hipócrita, pero muy sujeta a convencionalismos muy fuertes, y, sobre todo, al abrigo de la mirada de la sociedad en la que se desenvuelven las historias románticas que forman parte de las pasiones humanas más básicas y más importantes.
Ina Balin hace muy bien su papel, tiene una intensidad en la mirada, una determinación salvaje, una tranquilidad en el sosiego que sólo da a las personas el paso del tiempo feliz, la serenidad de saber querer sin esperar nada a cambio.
La música es otra maravilla de la cinta, de Elmer Bernstein, todo un clásico, con un piano maravilloso en las escenas de amor con Ina Balín.

lunes, 18 de marzo de 2019

§ 1.593. Carrie (William Wyler, 1952)

Melodrama clásico, con dos actores imprescindibles en la historia del cine: Laurence Olivier, y Jennifer Jones, a cual mejor. Olivier es ese actor canónico que siempre funciona perfectamente pero que el público no le perdona que fuese culto, educados, fino y, al parecer, un hombre bastante cruel con las mujeres, especialmente la suya, Vivían Leight.
Jones es esa cara que mantiene una seriedad impropia de una mujer enamorada, actriz de auténtica raza, dura como el pedernal pero tierna por dentro, de una sencillez compleja. Para mi siempre la protagonista de la Colina del Adiós, con un Willian Holden en estado de gracia, todo bajo ese director que escondía más de lo que mostraba, Henry King.
La temática es la clásica de un melodrama de rompe y rasga, de una historia de amor desgarrador, de esas de las que no hay. Tiene algo que no tienen Sirk o Stahl, que son más reconocibles en el género. Wyler tiene la profundidad propia de quien se sabe un artesano, un maestro a fuerza de conocer la industria y el mercado, el cine y sus entresijos.

domingo, 17 de marzo de 2019

§ 1.592. Minority Report (Steven Spielberg, 2002)


No me gustan las películas de ciencia ficción, no es mi género favorito, ni siquiera me agrada. Y esta no es la excepción. Es buena, muy buena, está excelentemente bien rodada, y desde luego la trama es muy sugestiva, pero no me parece una gran obra.  El director sí consigue lo que quiere, pero creo que no es el género suyo, y no creo que sea una gran película de ciencia ficción. No es 2001, ni Blade Runner, ni siquiera creo que sea una de sus mejores películas. Por muy de Spielberg que se sea creo que no puede decirse que sea la mejor de sus películas.
La distopía de un futuro sin crimen es sugestiva en sí misma, y no es la única película que trata sobre ello, mismamente Blade Runner también va sobre lo mismo.
Tom Cruise es un actor que, con el tiempo y muchas películas, consigue hacer bien su trabajo. Colín Farrel me ha parecido algo artificial, poco creíble, muy impostado. Y no pega ni con cola Max Von Sydow.
La ausencia de intimidad es sólo uno de los precios que se pagarían por funcionar con el sistema pre-crimen que muestra la película.

§ 1.591. La gran ilusión (Jean Renoir, 1937)


No dudo de su calidad técnica, de su maestría, de su valor en la historia del cine. Pero no me ha gustado demasiado, no me llega, no soy capaz de apreciar esa visión irónica y descreída de la guerra, el honor y la amistad. No consigo apreciarla. Me llama la atención la cantidad de crítica positivas que recibe, con un 8 en Filmaffinity, que es una nota altísima.
Pero hace años tampoco me gustaban Kurosawa, o Bergman,  Roselini, y incluso hay un Ford que me parecía cansino. Y luego me encantan. Quiero decir que probablemente dentro de unos años cuando la vuelva a ver tendré otra visión, otra perspectiva.
Pero al día de hoy me ha gustado demasiado, en realidad las películas anti-bélicas no me agradan. No me gustó nada la de Samuel Fuller [Uno rojo: división de choque (1980)], ni  otras similares: Dalton Trumbo: Johnny cogió su fusil (1971).

§ 1.590. Río Rojo (Howard Hawks, 1948)


La última vez que la vi fue el día que murió Gaspar Rosety, lo acabo de comprobar.
Hace años. Es una película magnífica. Tiene ese magnetismo propio de las cintas de toda la vida, gran factura, mejor metraje, guión excelente y actores en estado de gracia.
Siempre la he visto desde la perspectiva de Montgomery Clif, esa especie de hijo descarriado, bueno pero con carácter, firme y guapo, pero cerca de naufragar en su propia conciencia,  Viendo cerca a Wayne y Cliff, la verdad es que no hay comparación posible, uno es uno de los mejores actores de todos los tiempos y el otro uno de los mayores valores de la industria, capaz de dar vida a cualquier cosa. Cliff es otra cosa, espléndido actor, de gran intensidad, creíble y convincente, veraz y poco efectista, grandísimo actor, torturado emocionalmente, frágil en la distancia corta, potente en sus papeles de hombre distante y febril, impedido para potenciarse a sí mismo, poco amigo de jilipolleces, garantía segura de gran película.

jueves, 14 de marzo de 2019

§ 1.589. Con la misma moneda (Phil Karlson, 1975)

Siempre he tenido predilección por Phil Karlson, siendo plenamente consciente de que no es un gran director, sino un artesano de la Serie B -el Rey le llamaban- que tuvo momento muy interesantes. Pero esta no es su mejor película. Se deja ver sólo por el interés de visionario una cinta suya, en recuerdo de otras mejores.
El guión es bueno, tiene intensidad y profundidad y recorrido, no se se queda corto ni mucho menos, y llenas los 105 minutos de sobra. El juego, la chica, el asesinato, la venganza, el mafioso en la cárcel. Lo tiene todo. 
La dirección es enérgica, sentida y con desarrollo.
Me fallan los actores, encabezados por Joe Don Baker, un actor más de tele filmes que de grandes pantallas. Los demás para mi no son desconocidos. Es un grandullón, poco dotado para la interpretación pero lleno de hormonas y testosterona poco compatible con el new man de los años ochenta posteriores.
Una estética muy setentera, en las ropas, en los coches, en los modales, los pelos y barbas, el macarrismo efectista y con altas dosis de adrenalina fatua, sin propósito e inservible.
Lo que más me ha gustado ha sido cómo esconde el director el propósito de venganza del protagonista, hasta más de la mitad de la cinta no lo aprecias, no sabes cómo lo piensa hacer y qué pretende.

miércoles, 13 de marzo de 2019

§ 1.588. Persecución en el Norte (Raoul Walsh, 1943)

Entretenida película de aventuras en un guión que ya he visto en otra cinta pero no recuerdo de quién es, quizá de Curtiz, quizá de Thorpe, no me acuerdo, y aunque la he buscado no recuerdo ni como se llama, ni de quién era. Pensé que era de Presburger, pero no lo es, lo he comprobado y no consigo recordarlo.
Ya la he encontrado, se llama: Los invasores (Michael Powell, 1941), es de una temática muy parecida, aunque aquella era más propagandística que esta, que es mejor película.
Es una mezcla entre aventuras y persecución de nazis, una cosa rara que funciona en un directorazo brutal, magnífico, uno de los más grandes, de los más versátiles, de los que mejor conocían la industria, estupendísimo de verdad. Ni una película mala, ni una.
Siempre sabes, en todo momento, que el policía montado del Canadá se ha infiltrado para socavar los cimientos de la infraestructura nazi instalada en territorio del Canadá. Pero el juego de que secuestraran a la novia y la obligarán a ir con ellos dificulta su estrategia, porque, además, los nazis tampoco se fían mucho de él. Es lo que tiene el mundo del espionaje.

martes, 12 de marzo de 2019

§ 1.587. Blues en la noche (Anatole Litvak, 1941)


Comienza como una película blanca, incluso de Capra, sobre el Blues, el Jazz, la libertad y la música y ella sola se va emborronando, ensuciando, haciéndose más espesa, prácticamente sin apreciarlo de manera clara. Termina como una película d cine negro, de desesperación y broncas, de suerte tirada a la basura, de vidas varias después de emociones artificiales.por una mujer fatal que no tiene talento para cantar pero si gran dosis de astucia para esconder su incapacidad, así como una alta estima de sí misma que propicia que sobrevalores sus capacidades. Los caminos por los que se llegue a la autodestrucción no siempre son lineales, ni siquiera se programan, surgen, acaecen, se presentan, sin más, sin previo aviso, sin dar noticias, sin que cuestionen el momento o el lugar.
Litvak siempre sorprende, tiene cosas realmente buenas, esta no está entre sus mejores obras, pero se puede ver, tiene buena música, y  consigue un cierto ambiente propio de películas mayores, más hechas, más maduras.

lunes, 11 de marzo de 2019

§ 1.586. El cazador de forajidos (André De Toth, 1954)


Excelente película entre negro y westher, con un Randolp Scott imperial. Me parece una gran cinta. Con muchos personajes y un punto detectives que favorece la trama. No es una del Oeste más, tiene algo diferente, como muchas de sus películas. Siempre tienen un plus, un algo diferente, que no las convierte en lo de siempre. Con un metraje equilibrado, un guión muy bien trabajado y con un artesano a los mandos no puede salir mala cinta.
Siempre con un código moral, con un reposo de solvencia ética, un hombre de una vez, que transmite lo que debe ser, no lo que les gustaría ser.

domingo, 10 de marzo de 2019

§ 1.585. La nave del destino (Clarence Brown, 1952)

Entretenida película de aventuras con un trasfondo histórico cierto, la llegada del Plymouth a América y todo lo que ello supuso, que, según cuentan, partió de un engaño, porque les desembarcaron en un lugar cien millas al norte de donde había acordado por una trampa del patrono del barco para adquirir una compañía contraria. No sé si será verdad, aunque no me extrañaría, en absoluto.
La mezcla de personajes y caracteres variopintos que se enrolaron en esta peculiar aventura pretenden ser bien reflejados en la cinta, pero no es su objetivo. Más allá de la personalidad del Capitán del barco, sobre arisco y adusto, acostumbrado a transportar materiales y no personas.
Un Spencer Tracy en su linea de hombre maduro seguro de sí mismo y una guapísima Gene Tierney en la última película de un gran director, uno de los que transitaron del mudo al sonoro con facilidad y éxito. He leído en Wikipedia que fue nominado a seis Oscar y no ganó ninguno. Es el tipo de director que tengo que frecuentar más a menudo. De hecho es la primera película suya que veo, aunque tengo Ana Karenina, que tendré que visionario en breve.
Fue el gran valedor de Greta Garbo, una de las actrices más icónicas de todos los tiempos.

§ 1.584. Fort Utah (Lesley Selander, 1967)

Convencional película del Oeste que se ve muy mal. Mi copia no era claro, un color muy apagado y algo borroso. 
La historia no es especialmente mala, tiene interés y se deja ver. Un pistolero con un pasado que no muestra intenta ir a no se sabe dónde, para no se sabe qué. Se encuentra con una caravana de granjeros que atraviese una región plagada de indios que persiguen a un malhechor que no se sabe qué les ha hecho.
En fin, la intervención del pistolero (John Ireland) le provoca sentimientos enfrentados con una granjera  (Virginia Mayo) que acaba de enviudar.
Convencional e interesante cinta que se deja ver, de un director para mi desconocido. Al parecer hizo toda su carrera en el Wester de Serie B, y filmó muchas películas, más de 80, casi todas del género.
Tendrá que cultivarlo más.

§ 1.583. Los cañones de Navarone (J. Lee Thompson, 1961)


Una de aventuras, clásica, más que bélica. Con un guión algo inverosímil, misión suicida como Doce del patíbulo, aunque mucho peor. Sin ser mala, que no lo es, y yo le he puesto un 9 (quizá mucha nota), a lo largo de su metraje exagerado a veces baja mucho de nivel, no da la nota. El trio Peck, Niven y Quinn es magnífico, con una Irene Papas muy en su papel y una guapísima Gia Scala con un pelo tan corto que no parece ella. Me ha gustado mucho David Niven, que mantiene esa postura entre irónico y cínico que tan bien le pega, que tan bien hace. Siendo Peck un grandísimo actor, en algunos momentos consigue darle la réplica. Y no es nada fácil.
Es un poco larga, sobran unos veinte minutos en total, más de dos horas supone una atención que la cinta no merece. 158 minutos, exagerada duración.
Me ha gustado la ambientación, el guión y sus exageraciones, y el resultado final, amable y sin demasiadas complicaciones. Quizá le mejor película de J. Lee, que tiene muchas pero gran cantidad de ellas totalmente prescindibles.

sábado, 9 de marzo de 2019

§ 1.582. El espejo (Andrei Tarkovsky, 1975)


Un cine muy personal. No es la introspección de Bergman, ni la visualizad de Kurosawa, es otra cosa. Es suyo, te tiene que gustar sin ser capaz de llegar a entenderlo del todo. Es, salvando las distancias, como la poesía, no tienes que interpretarla para ser capaz de agradarte con ella. Simplemente tienes que leerla y sentir, algo, lo que sea. Ese algo, en mi caso con esta película, desesperación, puede no ser lo mismo que siente otra persona que ve la misma cinta. 
A diferencia de otras suyas en esta cinta el guión no existe. En La infancia de Iván (1962), Andrei Rublev (1966) o Solaris (1972) sí había guión. En esta no. Se acumulan imágenes, probablemente recuerdos de su infancia, de manera aparentemente desordenada, para mostrarnos lo que él es: sus recuerdos. Si lo que filma son sus recuerdos de infancia, es evidente que no fue un niño feliz.
No sobra nada, ni falta nada. No es exactamente una película, es un ensayo fílmico.
Los recuerdos de España, con las imágenes del Madrid de la guerra y los niños llorando y la gente refugiándose de los bombardeos carece de sentido para mi, así como las ensoñaciones toreras del señor que se acuerda de Sebastian Palomo Linares viendo una corrida en al televisión. También hay imágenes de una guerra, quizá la IIGM... también una imagen del clásico hongo que se produce tras un deflagración nuclear. Y también imágenes de manifestaciones en China con el retrato de Mao.
Sus recuerdos de infancia, lo que vivió, aquello que le marcó visualmente, no puede entenderse de otra manera este ensayo fílmico.
El título se debe a la manera que tiene la protagonista de conversar con su marido, creo que militar que, o está ausente, o ha fallecido. Quizá lo primero, porque en algunas imágenes los niños le abrazan cuando le ven llegar.
Hay música de Bach y ópera, pero tampoco puede atribuirle un propósito a ello, simplemente suena.
No sé, no me gusta demasiado. Lo veo porque hay que ver de todo, pero no me parece el genio del cine al que todo el mundo debe rendir pleitesía.
Es interesante, se puede ver perfectamente, pero no pretendas verla como una película clásica, que no lo es, ni interpretar un único sentido a lo que ves, porque desfallecerás.
Dos cosas más. Los poemas, al parecer son de su padre, poeta reconocido. Y los subtítulos tienen faltas de ortografía, a veces clamorosas. Una pena la edición tan poco cuidada. A lo mejor está subtitulada en Rusia, y por ello los errores, no lo sé.
La fascinación que provoca Tarkovsky me parece exagerada. Salvando las distancias me recuerda a los que les fascina Faulkner o Kafka en sus novelas (o en los relatos breves), por ejemplo. Son extraordinariamente difíciles de leer, y encuentras una cierta satisfacción en ello, pero no creo que todos los que dicen haberlos leído hayan entendido algo más que lo superficial. En esta cine pasa algo parecido. Decir que te gusta Tarkovsky, o Terrence Malik, por ejemplo, es situarte en una especie de plano moral superior, porque se supone que eres capaz de comprender complejidades fílmicas que otros no son capaces de apreciar. Pero el cine, como la literatura no es exactamente eso. Sí hay algo de eso, pero no del todo. Tolstoy, por ejemplo, el facilísimo de leer y complejo de interpretar, justo lo contrario que Kafka. Con esta película, no con todo Tarkovsky, pasa algo parecido. Encumbrarla como una obra maestra me parece exagerado, porque la complejidad expositiva no lo es todo.

jueves, 7 de marzo de 2019

§ 1.581. Star Trek, la película (Robert Wise, 1979)


Me ha decepcionado un poco. La preveía más intensa, más racial, con más contenido. Es lenta, pausada, con una música más que notable de Jerry Goldsmith que se muestra a todo lo largo y ancho de la cinta. Pero el aire general, la temática, el guión y todo lo que rodea una cinta no me ha gustado demasiado. No sé qué le han visto. No es, ni con mucho, de lo mejor de Wise, un auténtica grande del cine de todos los tiempos.
Pensar que podía competir con Star Wars no era realista. No tiene nada que ver. En esta se pretende una realización distinta, desde la humanidad del planea y la necesidad de salvarla. Star es otra cosa, cine espectáculo, de evasión, sin pretensiones filosóficas o personales. Esta es otra cosa, distinta, pero no mejor. 
No se llega a entender cómo la chica se convierte en instrumento de comunicación con la materia enérgica que amenaza a la tierra.
Los decorados son similares a 2001: la odisea del espacio, de Kubrick, en donde abundan los colores ocres y rojos para los pasillo de moqueta y los sillones y sillas. 
Las naves también son mas pobres estas que Wars, y los personajes menos definidos, más intercambiables, excepto Spot, que comienza siendo un personaje misterioso y termina de la misma manera. La chica juega a la ambigüedad moral en varios sentidos: es un ser mecánico y siente amor y odio por los astronautas de la nave Enterprise.
No me ha gustado mucho.

§ 1.580. Terminator 3: la rebelión de las maquinas (Jonathan Mostow, 2003)


Pues pensaba que vería una buena película y, la verdad, me ha decepcionado un poco. Bueno, no, me ha decepcionado mucho.
Muy ruidosa, poco inteligente, nada sutil, sólo fuera bruta, sólo adrenalina. Comparadas con las dos primeras partes esta es muy mala. No tiene ni la gracia, ni la sorpresa, ni el guión, ni la moralidad de la primera, ni lo trascendente de la segunda. Es una mera sucesión de luchas entre máquinas del futuro sin solución de continuidad. Me temo que habrá cuarta e incluso quinta parte de una saga que, la verdad, con la primera y la segunda hubiera bastado. Hay hasta nueve partes.
El genio de Cameron no se iguala en esta.
La idea de una máquina del futuro que vuelve hacia atrás para salvar a un mujer embarazada que pretende matar otra máquina dio para una película, y la salvación del hijo de esta mujer dio para otra, pero ya no más.
Prescindible.

martes, 5 de marzo de 2019

§ 1.579. Bestias de ciudad (Vincent Sherman, 1957)

Hay algo que falla, tiene buen planteamiento, el desarrollo parece correcto, y, sin embargo, no llega a cuajarse como una gran cinta. El potencial es grande, los actores sinceros, el metraje adecuado, el guión tiene gancho, pero no sé qué tiene que no se muestra con todo lo que puede dar.
El mundo de la moda y el sindicalismo más salvaje, buena confinación. Lo que naufraga es la presencia del hijo, que llega de la nada y se coloca del lado de los sindicalistas, cosa rara y poco creíble. 
Además la novia del padre no juega el rol que se supone que debía jugar, algo no encaja. El reencuentro del hijo y el padre esconde algún tipo de relación turbia anterior, que sólo se insinúa, probablemente tras la muerte de la madre.
Los primeros veinte minutos son muy buenos, pero encuentra un valle de media hora que lastra la cinta. Pudiendo ser espléndida se queda en interesante.

§ 1.578. Cenizas bajo el sol (Delmer Davis, 1958)

Bien presentada, bien rodada, muy buen guión, excelentes interpretaciones, con un trio de actores impresionantes: Sinatra, Curtis y Wood, buenos de verdad.
Una historia de amor rara, que no se comprende bien hasta que está muy avanzada la película, que no es especialmente larga, 109 minutos.
No se sabe por qué la protagonista es como es, hay algo raro en su proceder. Una madre que acompaña al militar para que cene con su hija, una mujer que ha perdido al padre hace dos años, pero viven en una mansión, una casa enorme, y ninguna privación en plan guerra mundial. Algo no casa bien.
El secreto es que su padre era negro. Americano exiliado en Francia por el racismo imperante en América precisamente por estar casado con una blanca. Un problema racial que quizá en 1958, cuando se estrenó la película, estaba ya un poco superado. No parece que fuese un problema de gran calibre, sobre todo por el lugar en donde se encontraban, en plena guerra mundial.
El militar (Sinatra) era del Bronx y eso es muy duro como aceptar, al parecer, ser condescendiente con los negros.
En todo caso es una historia algo descompasada, hasta el minuto 50 no aprecias que entre la chica y el chico guapo va a ver algo más que ser amigos. ¿Y Sinatra?, pues la voz en off que va narrando la historia ya te dice que no a acabar bien. Es muy evidente.

lunes, 4 de marzo de 2019

§ 1.577. Tombuctú (Jacques Tourneur,1959)

Una de aventuras clásicas, de toda la vida, con una Yvonne De Carlo en estado de gracia, y un Victor Mature tan bruto como siempre.
Buen guión, en un escenario diferente, una especie de Wester pero en el desierto, con una historia poco creíble pero muy entretenida. Te lleva de un sitio a otro con naturalidad.
Un mercenario americano en Sudán, traficando con armas frente a los franceses colonizadores, en el clásico doble juego de espías y contraespionaje. Nada, como suele ser habitual, es lo que parece. El amigo que se hace pasar por tal árabe es, en realidad, quien quiere los rifles y utiliza a un clérigo para blanquear sus propósitos. Buena cinta. De Carlo está juega pero no tan arrebatadamente guapa com en otras cintas mayores de ella.

§ 1.576. Tanganica (André De Toth, 1954)

Entretenida películas de aventuras en la selva, con una guapísima Ruth Roman, interesante de verdad, y con Van Feflin, que es siempre una garantía de poderosa intensidad en la actuación.
Buen guión, algo enrevesado con los parentescos y demás relaciones familiares, pero está bien tramada, bien enredada. El metraje es limitado y se agradece. 
Los niños son los que complican la historia, perdidos en la selva y buscados por todos.
Me gusta André De Toth, director más que notable y versátil y de calidad.

domingo, 3 de marzo de 2019

§ 1.575. El halcón y la flecha (Jacques Tourneur, 1950)

Qué bonita, que tierna, que sencilla, que bien hecha, que gusto verla. Un niño, un padre, una historia de terror, dominación y opresión que sólo se supera mediante el amor sincero y puro de un padre y su compromiso con su patria y la verdad.
Burt Lancaster está espléndido, y también Virginia Mayo, guapa entre las guapas.
El metraje perfecto, la intensidad creciente, el romance como debe ser, sin entorpecer la trama principal.

§ 1.574. El honor del Capitán Lex (André De Toth, 1952)


Cine, esto es cine. No es arte o ensayo, no pretende ser la mejor película de todos los tiempos, no quiere pasar a la historia del cine, no es más que una historia contada con cariño, con actores reales, con una dirección que va en una linea. Me encanta el Wester y me encanta De Toth, y, por supuesto, me encanta Gary Cooper, que está espléndido, magnífico de verdad, con ese velo en la mirada de tristeza y amargura, por algo que paso pero que no conoces, algo antiguo que le atenaza y presiona, y no le deja ser feliz.
Esta película la he visto ya, hace años, pero no la recuerdo de Cooper. Además la recuerdo muy bien, pero distinta. Puede ser que tenga alguna nueva versión. Es una historia poderosa y sincera. Gran cinta, buena de verdad.

§ 1.573. Más dura será la caída (Mark Robson, 1956)


La última película de Bogart, tan impresionante en esta como en todas las demás. Hacía muchos años que la vi por primera vez, y esta me ha gustado mucho.

§ 1.572. Andrei Rublev (Andrei Tarkovsky, 1966)


Pues una pretenciosidad sin genio ni gloria. No dudo que su obra sea extraordinaria, tanto desde el punto de vista fílmico como técnico, pero no es lo que más me gusta del cine. No creo que tenga grandes seguidores, más allá de los que gusten de decir que entienden de cine y gozan de cosa raras.

sábado, 2 de marzo de 2019

§ 1.571. La chaqueta metálica (Stanley Kubrick, 1987)

La he visto ya varias veces, y, la verdad, me parece su peor película. Pretende algo difícil, un alegado anti belicista pero con mimbres de auténtica cinta de guerra. No creo que la crítica la considere ni una buena película de guerra, que no lo es, ni una de sus mejores cosas, que tampoco. Es casi su peor cinta.
Pretenciosa, estridente, ruidosa, confusa... No me merece un gran crédito. 
Seguro que tiene muchos seguidores, claro. Peor como gran película no es.
La crítica feroz a la institución militar es evidente, y también a todo lo que tenga que ver con disciplina, sometimiento y educación. Falta la música de Pink Floyd, con aquello de "Profesores, dejen en paz a los niños". Las escenas de guerra no son tan intensas como pudiera parecer, ni creo que tengan parangón con otras películas clásicas del género (El día más largo; Tora, tora, tora; La batalla de las Ardenas, etc) ni tampoco con las nuevas (Salvar al soldado Ryan, Banderas de nuestros padres, Caras desde Iwo Jima). Al igual que es evidente que otras cintas suyas son prodigios de técnica cinematográfica, en esta, la verdad, lo genial brilla por su ausencia. Pero hay que recodar que este director filmó antes de que esto lo siguiente: El beso del asesino (1955); Atraco perfecto (1956); Senderos de gloria (1957); Espartaco (1960); Lolita (1962); Teléfono rojo ¿volamos hacia Moscú? (1964); 2001: Una odisea del espacio (1968); La naranja mecánica (1971); Barry Lyndon (1975) y El resplandor (1980). Esta fue su última gran película. La chaqueta metálica (1987) y Eyes wide shut (1999) no son grandes cosas, todo lo contrario, son obras pequeñas comparadas con las anteriores.

§ 3.378. Los ojos de la noche (Jesús Franco, 1970)

  Algo hay que reconocerle a Jesús Franco, la capacidad de montar proyectos, películas, y lanzarlas al mercado. Le tengo fichadas 156 pelícu...