domingo, 31 de octubre de 2021

§ 2.505. Si la cosa funciona (Woody Allen, 2009)

Una más de Allen. 90 minutos de socarronería, humor ácido y entretenimiento con un punto de intelectualidad.
Es un poco la historia de siempre, la crisis de la mediana edad, ahora situada en los cincuenta y pico... con los problemas típicos de las personas preparadas pero incapaces de gestionar sus propias tensiones emocionales. Con un alto concepto de sí mismo y una crítica permanente a la humanidad circundante, de la que tiene muy mal concepto. 
Me recuerda, salvando las insalvables distancias a Primavera en otoño, (Eastwood, 1973). Aquí en clave de humor, en la de Clint desde un punto de vista dramático. Pero el trasfondo es similar: un romance entre un hombre adulto y una mujer muy joven. El ascetismo impropio y algo impostado del protagonista se da de bruces con la jovialidad de las ilusiones no experimentadas.
Actores no tan conocidos pero muy solventes, con mucha intensidad: Larry David, Evan Rachel Wood y Patricia Clarkson.
Me ha gustado. No es de las que más me han llegado de Allen, pero me ha parecido interesante.

sábado, 30 de octubre de 2021

§ 2.504. Gorky Park (Michael Apted, 1983)

Director británico, que le tengo por tranquilo y delicado y fino, dulce, alejado de la testiculina, aunque rodó una de 007. El guión es de Dennis Potter sobre una novela de Martin Cruz Smith que  tuvo buena acogida en el mundo editorial al comenzar una saga del detective Arkady Renko. Una de tantas novelas policiales, con un toque exótico y peculiar.

Un notable William Hurt, y un muy mayor Lee Marvin dan corporeidad a una historia un tanto truculenta e inverosímil, con ciertas dosis de thriller y algo de gore. Cine policial en la URSS. También interviene Brian Dennehy, actor más que mediocre del que no he conseguido ver ninguna película decente.

Me recuerda a una película que vi hace mucho años, pero no me acuerdo del título. Era sobre un asesino en serie en la Rusia comunista al que se tarda años en detener. Y luego también me recuerda, algo menos a "El niño 44" (Daniel Espinosa, 2015), que me gustó mucho. La segunda es buena, pero la primera era extraordinaria, era muy interesante pero no recuerdo mucho de ella, la vi hace muchísimo años y no tenía la pulsión cinematográfica que me consume actualmente.

El desarrollo es interesante, está muy bien rodada, la tensión va in crescendo y el climax se mantiene durante tiempo. Realmente no sabes por dónde va a salir la película, no imaginas cuál es el derrotero que va a tomar. No sé dónde está rodada, pero, desde luego, parece Moscú y la Unión Soviética. Los árboles, los coches, las calles, las dachas. Todo está muy bien cuidado, ambientado, los edificios, las ropas, la música clásica que acompaña, que no dudo que es de algún gran compositor soviético, las cafeterías, las caras de los secundarios y de los extras.

Me ha gustado, es entretenida, y se deja ver. Todo está rodeado de un halo de irrealidad. Como si fuera ficción. No consigue darle el punto de credibilidad que suele ser necesaria para pasar de ser una película interesante a una cinta buena o excelente.

§ 2.503. Raza de violencia (Douglas Sirk, 1954)


Me llama la atención que Sirk, director delicado y melodramático por excelencia se dedicara a un Western, por mucho que se el género americano por excelencia. Seguramente las exigencias de los estudios tenga mucho que decir.
No tiene un alto desarrollo dramático, ni esconce una gran historia de amor. Nada parecido. Es, sin más, una de tantas del oeste. Rodada en los más característicos parajes naturales del género en un technicolor brillante que los blu-ray actuales potencian de manera notable. Puede ser que responda a hechos verídicos, no lo sé, pero tiene toda la pinta.
Está bien dirigida, tiene un guión clásico -aunque ciertamente previsible- y se deja ver, pero nada más. No tiene la profundidad de las películas de Ford o Hawks, ni la complejidad de los Western crepusculares, con esa mezcla de género y ambivalencia de sentimientos que los hace tan atractivos: no sabes qué ves, si un Western o otro tipo de película (drama, thriller, terror, policíaca).
La verdad es que Rock Hudson por mucho que lo intenta no da el tono, no es su registro, y su algo parecido ocurre con Barbara Rush, una actriz correcta pero sin la intensidad requerida para un papel como éste.
En definitiva, una del Oeste, sin más. Correcta y agradable.

viernes, 29 de octubre de 2021

§ 2.502. Veinte mil años en Sing Sing (Michael Curtiz, 1932)

 

Un clásico drama carcelario en tono blanco. Educación, moralina, ejemplo... Bien narrada, aunque con un tono demasiado blando, algo casi infantil, educacional para los niños y jóvenes. Me gusta Curtiz, creo que tiene muy buenas películas. Ésta no es una de ellas. Sin embargo se deja ver, y es entretenida por momentos. Siempre tienes el aliciente de ver a un muy juvenil Spencer Tracy,  y a una prácticamente debutante a estrella Bette Davis. Ambos con una decena de películas, pero comenzando a domar el mundo del espectáculo... Pero no les recuerdo en otra a los dos juntos.
La historia entronca con la clásica segunda oportunidad, a la que todos los hombres tienen derecho, incluidos los presos.
Tiene un metraje contenido, un blanco y negro muy bonito, y un resultado interesante. Seguro que para los muy del subgénero de cárceles mucho más.

§ 2.501. Caboblanco (J. Lee Thompson, 1980)

Película de aventuras en el Perú en 1948, en un pueblo de costa. Barcos, chica francesa, hombre de negocios rico y con un pasado oculto, un policía corrupto y algo depravado, y noventa minutos para contar una historia que se va descubriendo poco a poco, lentamente.
Con un reparto absolutamente de campanillas: un Charles Bronson maduro y algo ya cascado, un intemporal Jason Robards,  una guapa Dominique Sanda, un sorprendente Fernando Rey (que no se por qué interviene en esta cinta), y Gilbert Roland, para el que ya habían pasado los mejores años...
Su planteamiento es bueno, pero la ejecución no tanto. No pretende ser una mala copia de Casablanca, aunque es innegable que el parecido argumental es evidente. Pero la limpieza del relato de una película clásica no lo tiene, ni mucho menos.
A medida que se consume el metraje el interés por la historia se desvanece, pasando de ser una película interesante a una historia que aburre y cansa. No es una buena cinta. Desde luego Thompson tiene cosas mejores. Es un director del que ya tengo casi todo, aunque sus primeras cuatro o cinto películas son inencontrables, así como una de la saga de los simios, que, curiosamente, no soy capaz de dar con ella. Las demás están siempre a nivel medio, sin descollar más que en un par de ellas. De toda su filmografía, rodada además con actores de primerísima fila solo destacaría: La bahía del tigre (1959); Los cañones de Navarone (1961); El cabo del terror (1962); Una llamada a las doce (1965); y El oro de Mackenna (1969). Tengo 25 suyas y estas serían las únicas que recomendaría a un aficionado que pretendiera acercarse a su filmografía. El resto, especialmente las últimas diez son mediocres, cuando no algunas de ellas directamente malas.

jueves, 28 de octubre de 2021

§ 2.500. Marathon Man (John Schlesinger, 1976)

Una película oscura. Difícil, enrevesada. Varias historias paralelas que no se saben muy bien adonde van, pero que tienen que converger en algún sitio, naturalmente. Varios escenarios en varios países, con historias paralelas, París y Nueva York. Homicidios, secretos escondidos, personajes siniestros, amantes del Maratón y alguna chica guapa. Comercio de algo valioso pero no muy voluminoso.
Muy entretenida, con suficiente tensión emocional como para considerarlo un buen thriller. Si el propósito del director es esconder la trama para mantener la tensión emocional lo consigue. Me ha gustado mucho.
Supongo que con cierta celebridad, con muy buena nota en todas las plataformas.
Un reparto muy interesante: Dustin Hoffman, Laurence Olivier, Roy Scheider, William Devane, y Marthe Keller ayudan, y mucho, al éxito de la película. No lo he comprobado, pero me parece que tuvo que ser un exitazo en su tiempo, tanto de crítica como de público. La clásica película del año. Me recuerda en algunos momentos a Los niños del Brasil (Franklin J. Schaffner, 1973) de sólo tres años antes.

§ 2.499. El último hombre… vivo (Boris Sagal, 1971)

 

Película "setentera" con una estética muy característica, con un mensaje ideológico algo confuso pero muy efectista. El final del hombre y sus 'culpas' le han llevado a su extinción como especie. Una profecía que, al día de hoy -todavía en plena expansión del Covid-19- no representa tanto un miedo como sí una realidad. En 1971 la pesadilla se vinculaba con un holocausto nuclear, una guerra bacteriológica, hoy en pleno siglo XXI con un virus producido en un laboratorio militar en una recóndita región de china.
No contiene, no obstante, demasiadas referencias morales, éticas o axiológicas. Nos lo cuenta como un cuento, como un acaecer. Como si se tratara de una película de aventuras. En vez de en el mar o en el desierto, en una ciudad apocalíptica, desolada y colonizada por medio hombre que, como los vivos, sólo pretenden sobrevivir. Al principio sí se pretende encauzar esa pretensión, y luego, más tarde, cuando se le enjuicia, es cierto que se produce un dilema moral. Pero tampoco nos explica demasiado qué ha ocurrido, por qué o cómo. Es interesante que los infrahombres no puedan ver la luz, es toda una alegoría de la vida y del mal. 
Es entretenida. Me ha gustado menos que El último hombre sobre la Tierra (Soy leyenda) (Sidney Salkow, Ubaldo Ragona, 1964), pero algo mas que Soy leyenda (Francis Lawrence, 2007).

martes, 26 de octubre de 2021

§ 2.498. En el calor de la noche (Norman Jewison, 1967)

 

Un thriller policial en el profundo sur de EE.UU. Racismo,  recelo social, abusos policiales, suspicacias hacia el norte, pobreza estructural rodeada de ignorancia supina y grandes dosis de testosterona. Resentimiento y envidia son el caldo de cultivo en el que se desenvuelve la historia.
Una película estupenda, llena de matices que propician que se vea varias veces. Seguramente no será la última vez que la vea.
Muy interesante el rol de policía de pueblo que antes que racista es, sobre todo un policía. Tiene más interés en averiguar qué ha sucedido que en demostrar el desprecio que siente por el inspector de policía de color. También el inspector de color se sobrepone al desprecio que ha sentido, intentando sustraerse a sus instintos para llevar a buen puerto la investigación. Un muy interesante duelo.
Me llama la atención la ausencia casi total de personajes femeninos, más allá de la señora Colbert.
La música es orquestada por Quincy Jones, y la canción, del mismo título que la película, es interpretada por Ray Charles.
Un duelo actoral tremendo entre Sidney Poitier y Rod Steiger,  acompañado del siempre eficaz Warren Oates. Sidney es bueno, pero lo de Rod es impresionante. Uno de mis actores fetiche, uno de esos que cada vez que se le ve en pantalla se tiene la seguridad de que estamos ante una buena película.

domingo, 24 de octubre de 2021

§ 2.497. Yo, Claudio (Herbert Wise, 1976)

Mítica serie británica de impecable factura, carga actoral y atrezzo muy delicado. Un guión que es una obra de arte en sí misma, sobre una novela maravillosa (en realidad sobre dos, Yo, Claudio y Claudio el Dios y su esposa Mesalina).
Me ha gustado mucho Derek Jacobi, le da un tono muy mesurado. El histrión de Calígula interpretado por John Hurt también le da el punto adecuado. Pero creo que es más sencillo forzar la interpretación hacia los extremos que hacia la moderación.
Esta copia tiene 12 episodios, aunque el primero dura el doble. En realidad son 670 minutos, aunque las versiones canónicas dicen que tiene 650. Esos veinte adicionales aparecen de la suma de los dos primeros en uno sólo, con algo de metraje adicional.
Cada episodio tiene una trama principal en la que Claudio no juega un papel protagonista. En realidad en todos ellos, excepto en los tres últimos su personaje sirve de excusa para contar una historia, la de la familia Julio-Claudia. 
Me han gustado mucho los papeles de las mujeres, con una modernidad que. probablemente, no corresponda a una realidad histórica. Tienen mucha más importancia, incluso, que las mujeres modernas en la modernidad. 
Recuerdo las dos novelas como una auténtica maravilla, como dos novelas, especialmente la primera, verdaderamente prodigiosas.

domingo, 17 de octubre de 2021

§ 2.496. Bahía de sangre (Mario Bava, 1971)

Una de las fundadoras del gore, o del Slasher, al menos de las primeras en rodarse.
Se ve perfectamente, la copia es estupenda, así como el sonido.
El guión tiene más miga de lo que pudiera parecer, y hay mas personajes y más trama que el cualquier película del género actual.
No me ha parecido una película mala (como otras parecidas, especialmente actuales), ni mucho menos. La sensación de que todo gira alrededor de un lugar físico, la bahía, está bien lograda. También las tramas que comienzan -varias sucesivamente- y no sabe dónde van a converger. Pero lo hacen bien. Me ha gustado también mucho la diferente presentación de los distintos personajes. Ninguno de ellos parece que tengan nada que ver con lo que va a suceder.
Me han gustado mucho las casas que aparecen, tanto en el aspecto arquitectónico como en el decorativo. Sin embargo los jardines están descuidados, no se acompasan con las casas tan bonitas.
Se puede ver, tiene un metraje muy contenido y no cansa. Interesante. Y además será una de esas películas que se recuerdan con los años. De lo poco que he leído sobre ella la tratan como una precursora del este subgénero.
No es Psicosis, ni el Fotógrafo del pánico, pero tengo la impresión de que es una película muy trascendente, seminal, en la que se basan muchas otras. Hay que tener en cuenta que es de 1971.
Tiene unos efectos especiales muy logrados.

2.495. Sólo el cielo lo sabe (Douglas Sirk, 1955)

 
Melodrama por excelencia del director que dominaba el género mejor que nadie.
Historia muy bien trazada, previsible porque marcó un canon de cinta, inaugurando un género, o un subgénero. 
Jane Wyman, y Rock Hudson como pareja dan bien en pantalla, funcionan como pareja. En realidad ella tenía 41 años y él 30 años. Una diferencia de edad perfectamente normal al día de hoy, aunque en el tiempo en el que se mostraba la película ella aparentaba más edad y él menos. En la cinta pretende que exista una mayor diferencia de edad. Si no fuese así la película no funcionaría.
No es tan buena como otras de Sirk, pero se deja ver y tiene su aquel. Los prejuicios sociales son derrumbados por el amor. 
Sé sincero contigo mismo. Es una fórmula infalible para ser feliz, que es de lo que se trata.

§ 2.494. El temible burlón (Robert Siodmak, 1952)

Una preciosidad, energética, vitaminada, optimista, sencilla y simple, preciosa, magistral, una obra de arte.
Divertida, socarrona, risueña. Una maravilla y un canon de cinta de piratas. 
Siodmak es un autor que siempre me ha gustado, creo que su filmografía se ha olvidado, aunque intuyo que tuvo -y sigue teniendo, quizá- mucho más influencia de lo que parece, de lo que en un principio podría suponerse. Además tuvo todo tipo de obras, de terror, de aventuras, de espías, thriller, judiciales... y todo lo hizo bien.
Un Burt Lancaster en estado de gracia en uno de esos papeles que eran ideales para él, acompañado de una actriz a la que no conocía, Eva Bartok húngara de nacimiento, con poca filmografía, casada con Curd Jüngers, y que tuvo un hijo con Frank Sinatra. También tiene un papel relevante el 'pirata' Nick Cravat, inolvidable, en un papel tremendamente parecido, en El Halcón y la Flecha (Jacques Tournier, 1950). Junto a ellos: Torin Thatcher, James Hayter, Leslie Bradley, Noel Purcell, Margot Grahame, y un Christopher Lee al que no cuesta reconocerle pero que aparece  en muy poco metraje en pantalla.

sábado, 16 de octubre de 2021

§ 2.493. El largo y cálido verano (Martin Ritt, 1958)

 

Drama sureño de la pluma de William Faulkner en Cinemascope, con un joven Paul Neman en un de sus primeros papeles realmente soberbios. Dos años antes había rodado Marcado por el odio, (Robert Wise) que me parece todo un canon de película de boxeo y seguramente la cinta que le disparó en la popularidad de las taquillas.
Acompañado de un planten del auténtico lujo: Joanne Woodward, Orson Welles, Lee Remick, Angela Lansbury, y Anthony Franciosa.
La profundidad emocional de las frustraciones que se esconden en el rico sur son muy parecidas a las de cualquier otro lugar, lo que ocurre es que aquí huelen mejor. Me ha llamado la atención le represión sexual que sufren las mujeres de este sur. Esa trama nunca la había detectado en Faulkner, de todo lo que he leído de él, que ha sido mucho, no he detectado nunca esa pulsión.
El resto de la trama es similar, salvando las distancias, a los dramones de Tennessee Williams, con predominio del poder, el racismo, la misoginia, las puyas verbales en las conversaciones, los abusos verbales, y la dominante figura de un padre tiránico y rico que domina a todos los miembros de su familia por una sola razón: porque nadie le ha hecho nunca frente. Es un papel muy similar al del padre de La gata sobre el tejado de zinc, aunque este tiene un punto de cólera y de maldad superior.

viernes, 15 de octubre de 2021

§ 2.492. Imitación a la vida (Douglas Sirk, 1959)

 

Me produce una melancolía tremenda las películas de Sirk. Solo hay dos o tres directores que me provocan una sensación tan potente. Rosselini, Bergman, y Sirk. Realmente me arañan el alma. Me quedan baldado, una sensación entre amargura y añoranza. Una sensación de que el alma es algo más que lo que yo vivo. Es, realmente, una vida sustitutiva, una vida que vivir, una vida de repuesto. 
El tema del racismo está tratado demasiado crudamente. No la recordaba tan escorada hacia ese aspecto. La tenía más centrada en la historia de amor entre los protagonistas adultos. La historia de la niña es muy dura, tanto como real. Desgraciadamente ha debido ser muy común, quizá todavía lo sea.
Esta es, verdaderamente, una obra de arte. Se mire como se mire. 
Una Lana Turner espléndida, espectacular, bellísima, mala y pérfida como pocas. Una belleza animal, salvaje, felina, peligrosa...
Juanita Moore y las niñas: Sandra Dee, y Susan Kohner, acompañan a un John Gavin realmente muy apuesto.
El guión es de Eleanore Griffin, y Allan Scott, sobre una novela: de Fannie Hurst.

jueves, 14 de octubre de 2021

§ 2.491. Hotel Rwanda (Terry George, 2004)

 

Una película semidocumental, con un regusto a cinta hecha para la televisión, que pretende reflejar el horror de una guerra civil en un país africano, Ruanda. En 1994 aquello era el infierno del odio entre facciones de un mismo país, separadas por... no se sabe muy bien por qué, y además da igual cuál fuera el motivo. Entre los "hutu" y los "tutsi", una separación entre razas propiciada por la dominación belga, que hizo, más o menos, lo que le dio la real gana.
Es de una sinceridad brutal, acongojante. Da miedo. Es una película de terror, de cómo el humano puede ser capaz de cometer las más bárbaras acciones contra sus semejantes. Pasa por ser una extraordinaria película, y no lo dudo, pero tanta dureza me distancia de ella, tiendo a protegerme y no implicarme demasiado emocionalmente. Cualquier ser humano al que le llegue de cerca esta tragedia se sentirá realmente conmovido por ella.
Tiene una moraleja clara, las sociedades que se corrompen como forma normal de funcionamiento degeneran hacia modelos autoritarios. Todo funciona por y para el dinero, y el soborno se erige en la principal (y única eficaz) vía de obtención de una salida al conflicto.
Don Cheadle está realmente soberbio, así como Sophie Okonedo cuyos ojos están llenos de tristeza y recuerdos. Nick Nolte en una para él película alimenticia, y Joaquin Phoenix en un papel no muy descollante. También participa Jean Reno, en otro papel muy secundario.
Tenía a Cheadle por un gran actor, pero algo limitado para papeles dramáticos. Aquí se luce, realmente. Es magnífico. Realmente se encumbra, se eleva a un status superior. Un actor que siempre he tenido en consideración pero que tras esta cinta debe apreciar con más atención. Espléndido.

miércoles, 13 de octubre de 2021

§ 2.490. Basada en hechos reales (Roman Polanski, 2017)

Interesante propuesta estética, como todas las del Polanski. A veces lo cotidiano es apasionante y capaz de provocar la mayor de las emociones. No hay nada más peligroso que aquello que haces todos los días.
Lo que pueda surgir del día a día puede ser apasionante. Hay algo perturbador en la amabilidad gratuita de alguien que no conoces. No estamos acostumbrados a ese tipo de relaciones. Ser amigo de alguien es un compromiso que pocas personas pueden y quieren asumir. Por eso desconfiamos de quien nos trata bien, básicamente porque nosotros no solemos tratar bien. Nadie trata bien.
Ser inteligente y capaz profesionalmente no te mantiene al pairo de las agresiones sibilinas de personas que se acercan insospechadamente. Además tampoco te garantiza que veas el peligro antes de que esté encima.
Bien bien rodada, detallista, delicada, atenta a lo pequeño, a lo que otro ojo no es capaz de apreciar.
La madurez de la persona es una época especialmente vulnerable para este tipo de ataques sibilinos, taimados, encubiertos...
El trio de actores es la ya madura Emmanuelle Seigner, pareja del director, la enigmática Eva Green, y el todoterrono Vincent Pérez. Bien resuelta la participación de los tres, más adecuada Eva en el suyo que Emmanuelle en el de escritora madura en problemas emocionales. 

martes, 12 de octubre de 2021

§ 2.489. Su propio infierno (John Frankenheimer, 1962)

 

Un relato muy duro. Del sur, de cualquier sur. Pérdida, tristeza, falta de oportunidades, pobreza. El sur. En todos los países hay un sur, geográfico y emocional.
El relato podría pasar por ser de Tennesse Williams, pero no lo es. Aunque tiene un aire parecido. Es una novela de James Leo Herlihy, y el guión es de William Inge.
La música acompaña muy bien la película, es de el luego célebre Alex North. 
La ya madura Eva Marie Saint, y el joven y guapísimo Warren Beatty llevan el peso de la película, acompañados por el siempre solvente Karl Malden, y la eficaz Angela Lansbury.
La insinuación de la prostitución masculina es una apuesta muy valiente. Pocas películas la tratarían. Y aunque no se aprecia del todo es evidente en la cinta. La insatisfacción sexual de las mujeres no puede ser tónica general. Es insólita la atracción sexual que despierta es realmente inaudita. Las mujeres al verle sienten inseguridad, y él, por su parte, experimenta todo lo contrario. Se vuelve más seguro cuando más impresiona a las mujeres. Más varonil a medida que las trata mal, que las desprecia, 
Necesariamente la relación amorosa no es convencional, tiene necesariamente que hacer aguas por algún lado. Se avecinan problemas nada más empezar, tragedia final incluida. No puede salir bien.
No es una estética muy cerrada, aunque el sur es el sur, los convencionalismos, la tradición, la diferenciación de roles entre mujeres y hombres.
La cinta se deja ver, entretiene y mantiene la tensión, pero algo no funciona del todo. No es "Dulce pájaro de juventud", ni "La gata sobre el tejado de zinc". 
El papel para Warren Beatty le va como anillo al dedo. Era su tercera película, todas ellas muy parecidas para él, después de "La primavera romana de la Sra. Stone" (José Quintero, 1961), y "Esplendor en la hierba" (Elia Kazan, 1961). En todas ellas hace un papel de guapo chico muy sexualizado, aunque con matices. Era un papel que no solo lo bordaba sino que, probablemente, correspondía con su forma de ser, su manera de vivir. Más tarde pasó por ser conocido como uno de los hombres con más amantes de todo el negocio del cine.
Eva Marie Saint ya tenía algunas películas más en su mochila desde su aparición en 1954 en "La Ley del silencio", también de Elia Kazan. Belleza serena, clásica, intemporal, glamourosa, con estilo. No desespera por el amor del chico, y aquí la cinta falla y naufraga. No se entabla un verdadero diálogo de emociones y afectos, aunque sean viciosos, descontrolados o desproporcionados.
No se hace especialmente larga, a pesar de rondar las dos horas de metraje.

§ 2.488. No me creerán (Irving Pichel, 1947)

 

Cine negro de gran calidad. Una trama muy interesante, retrospectiva desde un juicio por asesinato. Sobria, directa, sin concesiones, a la barbilla. Seca y dura. Es un género que me gusta mucho.
Un reparto muy interesante: la muy eficaz (y mejor actriz de lo que su fama dice de ella) Susan Hayward, un Robert Young en su madurez, y la que siempre retorna al pasado, la muy guapa Jane Greer, en los principales papeles.
El guión, realmente magnífico, es de Jonathan Latimer, sobre una historia de Gordon McDonell.
Pichel es un director más que recomendable. Incluido en la lista negra de Hollywood, autor de películas de varios géneros, negro sobre todo.
Es ese tipo de cintas que sorprende para bien. El relato es lineal, sin sobresaltos, muy trabajado. Parece de un gran escritor. No sobre nada, no falta nada, y eso es difícil en una película que se visiona retrospectivamente.

§ 2.487. A quemarropa (John Boorman, 1967)

 

Gran éxito, de un director que me ha gustado mucho lo poco que he visto de él, solamente dos películas: la magnífica Infierno en el pacífico (1968) y la no tan buena pero interesante El sastre de Panamá (2001).
Narrada con un punto de obsesión, el subjetivo del protagonista, y acompañada con una música un poco neurótica sin tema, sin ritmo y sin melodía, solamente sonidos musicales engarzados.
Un planteamiento estético realmente interesante, con esa repetición de escenas a cámara lenta, tan novedosas en aquellos años, una ausencia de diálogos -e incluso de ruidos- en las escenas cumbre, el tratamiento lento y pausado de determinados momentos frente a la neurosis y la rapidez de otros. Todo parece funcionar desde la cabeza enferma del protagonista, dueño y señor del punto de vista del director.
Hay un momento en que no es capaz de razonar, ni siquiera de pensar, los acontecimientos le superan, ni siquiera sabe dónde se encuentra, y no sabe qué le ocurre. Hay un momento en que las dos realidades paralelas conviven en dos discursos que se van uniendo para conformar la realidad que acontece realmente. Psicodelia, música repetitiva y algo del funk de la moda 'negra' de la época acompañan un resultado más que notable, sugestivo, y brillante. Una muy buena película.
La rigidez de Lee Marvin le va bien a la cinta, esa distancia emocional, esa egolatría, esa forma de moverse con cierto desprecio por los demás. Un poco pistolero, un poco fanfarrón, algo de perdedor y mucho de seguridad en sí mismo. Le dota de una complejidad propia del personaje torturado que representa.
Angie Dickinson se encontraba en el mejor momento de su carrera, guapa, madura, serena, pero tan poco expresiva como siempre. Hace su papel pero transmite poco, más allá de su empaque y su belleza. No era una actriz talentosa, lo era de intuición, de momentos, de situaciones. No quiero decir que fuese mala, simplemente no era notable.

domingo, 10 de octubre de 2021

§ 2.486. El hombre de mimbre (Robin Hardy, 1973)

Vi el remake de esta cinta hace tiempo y le puse un 2. Me pareció horrorosa. Esta es la original y se supone que será otra cosa. Está catalogada como película de miedo, aunque quizá, con los cánones actuales, debiera calificarse de thriller policial.
Cinta de culto, de un director muy poco prolífico, sólo cinco películas y varias relacionadas con ésta, que debe ser muy importante, porque ha creado un género propio, autónomo.
Está bien narrada la sensación de sociedad claustrofóbica, cerrada, opaca, con singularidades. El fanatismo religioso está muy bien tratado, en una mezcla de erotismo y pensamiento alucinatorio.
Mantiene muy bien la tensión, narra bien las circunstancias y te mantiene atento. Noes de un terror asustadizo, ni tampoco sádico o salvaje, lleno de sangre u ordinarieces, sustos y demás casquería sin sentido. Es turbadora e interesante, más intelectual que miedosa. Es una película con tensión, con algo de discurso y muy original y libertaria. El sexo como liberación y culto. Me ha parecido más interesante que buena y, desde luego, no es bonita.
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§ 2.485. La leyenda de Lylah Clare (Robert Aldrich, 1968)

Como todas las de Aldrich es sumamente interesante, distinta, un poco enigmática y muy absorbente. Una espectacular Kim Novak, como siempre (después de tres años sin haber rodado), un sólido Peter Finch, el siempre eficaz Ernest Borgnine, y un sorprendente Milton Selzer que hace un papel absolutamente magnífico, sereno  y emotivo.  Rossella Falk, en un papel entre lesbiana y resentida, completa el elenco principal. También participa George Kennedy en una escena de "cine dentro del cine", en un papel secundario que quizá sólo se explica por ser un hombre a sueldo del estudio.

Pretende ser una crítica, o una sátira, al mundo de la industria del cine. Ya había ambientado alguna película en el cine, "La podadora" (1955). Aquella era realmente estupenda, con un dramatismo estético y armonioso que inunda toda la cinta. Aquello era un drama, una expiación sobre los abuso del mundo de Hollywood. Esta película es otra cosa. Tiene algo del transformismo de Vértigo, dos personalidades en una misma mujer. Coincide con un momento muy especial, la modificación del propio concepto de estrellas del cine y de su status. Ya no había grandes estrellas, los tiempos estaban cambiando, los estudios se abrían a nuevas propuestas, nuevas ideas, nuevos actores, con otra manera de comportarse, de actuar, de ser en el cine. El tiempo de Cooper, de Bette Davis, de Bogart, de Tierney, habían pasado. No se podían copiar ni calcar. Esa forma de ser murió con ellas.

Y la película hurga en esa herida, en ese sistema, con una  pretendida reencarnación de esas estrellas con Lylah. En un diálogo de la película los personajes así lo confirman: esto no es una industria artística, sino de divertimento. 

No creo que le salga del todo bien. La película es buena. Se deja ver y tiene su mensaje, pero no es una cinta redonda. Vi hace días El asesinato de la Hermana George, que es del mismo año, y es muy superior a ésta. Además la carnalidad de Novak, su brutalidad, su sexualidad, e incluso su vulgaridad la distancian del papel de Vértigo, la exquisita mujer por definición, sofisticada y elitista.

La ruptura con la prensa, en el papel de la periodista criticona y metomentodo que construye carreras y destruye actores a capricho de su propia insidia.

El resultado es apetecible, una película más, de mejor calidad que otras pero no pertenece a las grandes obras de Aldrich, que tiene unas cuantas.

sábado, 9 de octubre de 2021

§ 2.484. El príncipe de la ciudad (Sidney Lumet, 1981)

 

Un director especialista en películas 'duras' de policía. El ambiente más sórdido, más delincuencial dentro de la propia policía, más negro. Un retrato durísimo sobre un policía completamente deshumanizado, aberrante, salvaje. Muy bien narrada, con un guión muy trabajado, con multitud de personajes, aunque el actor que encarna al protagonista no es quizá la mejor opción. Treat Williams no da el papel de duro, de hombre de la calle. El pretendido drama moral que sufre no consigue dramatizarlo creíblemente. Le falta empaque, entidad. Tiene carga actoral, desde luego, pero me parece que le queda grande el papel. A medida que va pasando la cinta se va viendo más cómodo, mejor, más en el papel.
Es ambiguo, funciona con dos caras. Realmente no sabe lo que hace, le gusta el peligro y disfruta con ello. Si fuese cazado no le importaría, sabe que pude pasar y no le importa.
Veo a Al Pacino en ese papel. Es Serpico, unos años después pero Serpico. Allí era honrado, aquí es todo lo contrario. Ambas caras de una misma moneda.
Sin embargo la mujer, interpretada por Lindsay Crouse, aunque no interviene mucho juega un papel de contrapunto más que interesante. Es su conciencia, quien le dice que no va a salir bien lo que pretende.
Me ha gustado, es un poco larga, pero el retrato de una época es estremecedor. Las cosas pasaban así. No es un documental, ni lo pretende, pero tiene algo de verosímil. Las cosas fueron así.
No ha envejecido mal. Se puede ver perfectamente, es un buen thriller policial. Además la copia se ve perfectamente, con un color muy decente y un sonido diáfano.
Lumet tiene muy buenas cosas, es un gran director, con obras maestras indudables, incuestionables.

§ 2.483. Deprisa, deprisa (Carlos Saura, 1981)

 

Aunque pueda parecer lo contrario, la película no ha envejecido mal. Ni mucho menos. Las mismas inquietudes, los mismo problemas, las mismas esperanzas tenían los chicos de 1981 que ahora.  Lo que cambia es la salida 'natural' hacia la delincuencia que tenían los de aquella época y momento.
Quizá una de las mejores del cine "quinqui", género muy singular típico español. Quizá en otros países tenga uno tan singular, lo desconozco. No es que me guste especialmente, pero me recuerda a mi infancia. Las zapatillas Yumas, los vaqueros estrechos, las drogas al alcance de la mano, esa música entre flamenco y rock tan peculiar, esa sensación de calle y de libertad individual, etc. 
Es una cinta seria, aunque con actores no profesionales, algo que han hecho algunos directores de los más grandes, con pretensiones,  sin demagogia, sin fondo moralizante, no pretende enseñarnos lo "malo" que es tan o cual comportamiento, tal o cual salida, este o aquel modo de comportarse. Muestra lo que hay, lo que es, algo común en un momento concreto. Chicos muy mal encauzados, dispuestos a todo -en eso son como los de ahora, como los de siempre-, incapaces de ver una salida distinta en la vida de la que toman.

jueves, 7 de octubre de 2021

§ 2.482. Fracción de segundo (Dick Powell, 1953)

 

Entretenida película, a mitad de camino entre el cine negro y la intriga amorosa, con un ambiente militar al comienzo que dota a la película de un ambiente singular. Bien construida, con un guión más que interesante. Con una música muy intrusiva, eso sí, como casi siempre en el cine de Serie B, que acompaña toda la cinta, casi como un personaje más.
Me ha gustado mucho. Me parece que está muy bien hecha, con ritmo y con profundidad. La huida, los celos y el adulterio por un lado, y el amor y el periodismo por otro. Me ha parecido una muy buena exposición narrativa.

miércoles, 6 de octubre de 2021

§ 2.481. Bloqueo (William Dieterle, 1938)

Siempre espero mucho de Dieterle. Me parece un director estupendo. Madeleine Carroll en plan estelar, y Henry Fonda en sus inicios en el cine (aunque ya había hecho cosas muy importantes).
Un blanco y negro que se ve estupendamente, y un sonido perfecto, acompasado con las imágenes y muy bien vocalizado. La película es de 1938, pero la copia del DVD se ve perfecta. 
Un metraje perfecto, 85 minutos, el ideal para contar una historia como esta. Un guión sencillo pero eficaz, una obra delicada y sentida. No se muy bien qué le movía al Director a implicarse en una historia tan comprometida. A veces parece una cinta de propaganda. No en vano a su director y al guionista le trajo problemas con el Comité de Actividades Antiamericanas.
Un resultado más interesante que bello, más instructivo que ornamental. Seguro que es una joya olvidada para los cinéfilos de la Guerra Civil  Española.
Verano de 1946 en España. Chica dedicada al comercio de obras de arte con un padre no muy legal que se dedica a algún tipo de estafa en ese mundo se enamora de un campesino idealista y buena persona que, naturalmente, se pone del lado de los buenos en la lucha entre hermanos, del lado de la república. Un relato verídico en los sustancial, especialmente cuando narra la huida de compatriotas del frente y el sufrimiento de la población civil. El idealismo de los civil frente al tecnicismo de la guerra, el "no pasarán" como grito de guerra y de estímulo vital.
Chica espía fascista que se enamora de un joven idealista que lucha por la república. Una combinación que siempre sale bien. El cuadro que queda es una cinta abiertamente antifascista, muy comprometida con una visión de la guerra.

martes, 5 de octubre de 2021

§ 2.480. Arcadia (Constantin Costa-Gavras, 2005)

Entre la comedia negra y la crítica social desliza el director una crítica brutal al capitalismo de empresa.
Director muy comprometido con las ideas de la izquierda, ha llevado a su cine varios problemas típicos de la política socialdemócrata. Algo irregular. Excelente en  Z. (1969) y  Missing (1982). Algo menos en La caja de música (1989) y en Amen (2002), y ya sin tanto brío en El Capital (2012).
Esta cinta tiene ese tono desencantado que la burguesía suele tener consigo misma en determinados momentos históricos, curiosamente coincidiendo con períodos de bonanza económica. Las crisis acentúan en ingenio y el capitalismo sobrevive. La bonanza económica en vez de estimular la calma y el reparto pretenden agigantar el beneficio exprimiendo las posibilidades que concede el propio sistema. Los resultados son los imaginables: el fracaso del sistema, que sobrevive mejor en períodos de crisis.

El relato es hasta cierto punto creíble, el guión es muy bueno, la película, a pesar de durar dos horas, no se hace pesada, ni mucho menos.
El retrato de protagonista y su deriva homicida tiene que leerse como una evolución del propio sistema capitalista. Aunque no lo reconoce y crítica mucho el propio sistema emplea un sistema de selección natural propia del capitalismo: la eliminación de los competidores para poder brillar individualmente. Lo que podríamos denominar algo así como capitalismo biológico.

lunes, 4 de octubre de 2021

§ 2.479. ¿Quién mató a tía Roo? (Curtis Harrington, 1972)

 

Otra de Harrington, esta menos atractiva que "¿Qué le pasa a Helen?" (1971). Y otra vez con Shelley Winters, que no da con la tecla dramática en ningún momento. No es que le quede grande, es que no es su papel. En otra películas suya, más melodramáticas que drama puro, hace papeles más compactos, más enteros, más redondos. Parece sobrepasada por el papel. Además está muy sola, pues no hay otra figura protagonista que la ayude a llevar a buen puerto la película, que, en lineas generales es menos atractiva que la otra de él que menciono más arriba.
Un ambiente entre victoriano y decadente, una mezcla de Charles Dickens y la sociedad industrial desencantada de sus propios éxitos y deseosa de que las profecías sobre el confort del futuro se consoliden. La filantropía mal entendida suele esconder algo turbio y oscuro, como es el caso. 
El relato fílmico pretende tener algo de Edgard Allan Poe, algo de Lovecraft, de Henry James, incluso de Guy de Maupassant. Quiere llevarnos a un espacio mental autodestructivo provocado por el sentimiento de culpa. No tiene la potencia de otro tipo de películas similares: "Niebla en el alma" (Roy Ward Baker, 1952), o "El rapto de Bunny Lake" (Otto Preminger, 1965), ni la fuerza dramática de una obra de terror. Es un camino intermedio que no ha quedado del todo logrado.
Además las películas con niños me son especialmente difíciles de digerir. No me gustan, especialmente las de  terror o misterio.

domingo, 3 de octubre de 2021

§ 2.478. Bienvenido, Mr. Chance (Hal Ashby, 1979)

   Entre sátira y comedia negra, crítica ácida y panfleto expresionista de una sociedad en descomposición. Fresco del camino hacia donde se dirige la televisión y la sociedad consumista que se desvive ante ella, literalmente.
     No se sabe si el jardinero es un auténtico gurú o un farsante. Es capaz de visionar las imágenes que pasan por televisión y las asume como propias, hablando muy poco y con modales pausados. Una simpleza en las formas que, mal entendida, puede considerase una prueba de inteligencia suprema. La perspicacia que parece tener en algunas apreciaciones no es más que producto de dos circunstancias. La suerte o la fortuna que parece que le acompañan como buena persona que es, y el crédito que le conceden las personas que están a su alrededor.
El preciosismo que acompaña a su indumentaria -ropa, paragüas, maleta de piel de cocodrilo (preciosa de verdad), bombín, etc.- revela que es un hombre cultivado, y, hasta cierto punto, con poderío económico. Aunque cuando sale a la calle por primera vez, acompañado de una versión eléctrica bastante libre de la apertura de 2001 Odisea en el Espacio, su cara es todo un poema. Realmente es así.
         La película es una genialidad. Parece que no va a aguantar dos horas pero no es un metraje desproporcionado para lo que tiene que contar el director.
    Los actores son Peter Sellers, papel hecho a su imagen y semejanza, no es difícil imaginarle en él y, por el contrario, es difícil imaginar a otro actor en este papel. Shirley MacLaine,  y Melvyn Douglas (que consiguió el Oscar al mejor actor secundario), acompañan a Jack Warden. Pocos actores, una obra casi teatral que traslada la novela de Jerzy Kosinski, que también redacta el guión.
El director para mi es auténticamente desconocido. Ni he visto ninguna película suya ni tenía conocimiento de su existencia. Pocas películas, 14 señala Fillaffinity, pocas en relación a unas carreras más ortodoxas.
   Hace años leí un relato -creo recordar que de Friedrich Dürrenmatt, aunque no estoy del todo seguro, y no recuerdo su título- con una temática muy similar. Me gustó muchísimo, pero lo leí en una época de mucho trabajo y no recuerdo ni dónde la puse ni qué formato tenía el libro. Sé que era breve y en monólogos, una especie de teatro hablado sin escenografía.

§ 2.477. ¿Qué le pasa a Helen? (Curtis Harrington, 1971)

 

Historias de terror sofisticado, típicas de los setenta, antes de derivar hacia el 'gore' de los ochenta y el terror sanguíneo y la casquería de tripas y vísceras. Más que de terror es de tensión psicológica, emocional. Algo va a suceder, e incluso sabes qué, pero no sabes cuándo ni cuándo. Y esa es la gracia de la cinta.
Segundas oportunidades, relaciones más que amistosas entre mujeres adultas. Debbie Reynolds, y Shelley Winters como principales protagonistas bajo la dirección de un director que no rodó mucho en pantalla grande y derivó hacia la televisión y las series. Los número musicales alargan en exceso la cinta, que pierde tensión y potencia con tantas interrupciones. Que, además, no aportan nada especialmente interesante a la trama principal.
La carrera de Winters es para hacer un tratado. Muchas películas, de calidad, pero sin que haya brillado como protagonista en realidad en ninguna de ellas, o en muy pocas. Siempre de fanática religiosa, o de novia abnegada de un chico guapo que no la quiere en realidad, de mujer amargada, retraída, condenada a vivir una existencia gris y recluida en casa. Entre acomplejada y reprimida sexual. Una mezcla más común de lo que parece en la realidad de la vida cotidiana. Ese es su papel en esta película. Celos, envidia, y deseo sexual reprimido. El pasado, la culpa y su incapacidad para salir de sí misma hacen el resto. Algo sucedió en el pasado y ella se siente culpable, o lo es... no se sabe y de eso trata la película. Algo le pasa a Helen, y no sabes ni qué es, ni cuándo se va a manifesta.
Me ha gustado mucho Debbie Reynolds. Lozana, brillante, sabe moverse y bailar con garbo y clase. Y mucho más guapa de lo podría imaginar. Una verdadera mujer de bandera.

sábado, 2 de octubre de 2021

§ 2.476. Riffraff (Ted Tetzlaff, 1947)

Una hora y cuarto. Es suficiente para contar lo que esta película cuenta. Una entretenida historia de un director del que no he visto más que cuatro película pero todas me parecen interesantes, de este estilo. Típica de Serie B para acompañar a otra de mayor fuste -presupuesto, estrellas, director, etc.- que se proyectaba en segundo lugar en las sesiones dobles de la infancia de hace setenta años.
Una trama entretenida, una mezcla de aventuras, detectives y tesoros... Interesante. Bien trazada, resultona.
Por cierto, no recuerdo a Pat O'Brien en un papel distinto al de policía, detective, o similar...

§ 3.378. Los ojos de la noche (Jesús Franco, 1970)

  Algo hay que reconocerle a Jesús Franco, la capacidad de montar proyectos, películas, y lanzarlas al mercado. Le tengo fichadas 156 pelícu...