miércoles, 28 de febrero de 2024

§ 3.319. Negocios de familia (Sidney Lumet, 1989)

 

Judios en Booklyn, tres generaciones de neoyorkinos que relatan el tránsito de las tradiciones ortodoxas a la modernidad.
Interesante, pero no creo que tenga nada que ver con las mejores películas de Lumet, un genio del séptimo arte. 
Un buen reparto, un guión inteligente, y el sueño de siempre de todo maleante: realizar el robo perfecto, que es el que no deja rastro.
Nueva York, paisajismo urbano, ver a Sean Connery y Dustin Hoffman como alegría y el aliciente del robo. Poco más. No es realmente una película vacía o fallida, pero no impacta, no llena, y además de sumamente previsible es un poco larga.
Casi de lo peror de Lumet que recuerdo. 

martes, 27 de febrero de 2024

§ 3.318. Robinson Crusoe en Marte (Byron Haskin, 1964)

 

Pues es interesante. No tiene el aliciente de una gran obra de ciencia ficción -los efectos especiales son toscos, baratos y poco impactantes- ni tampoco es una obra de 'personajes' que pueda centrar la atención del espectador en el trabajo actoral. Pero es una conjunción interesante de aspectos que le dan un aire de 'culto', de película a tener en consideración, especialmente por los  muy aficionados al género.
Pocos diálogos, música constante, distopía y soledad, supervivencia y oxígeno. 
Una adaptación 'sui géneris' de la obra de Daniel Dafoe.
No me ha agradado demasiado, pero en realidad es que las de ciencias ficción no me gusta, pero sí es una película para recordar. Sugestiva y entretenida. Te mantiene pegado a la pantalla.

lunes, 26 de febrero de 2024

§ 3.317. Dodge, ciudad sin ley (Michael Curtiz, 1939)

 
La tengo por gran clásico, de esos canónicos que forjan la leyenda de un director, de un actor, de una actriz. De un año, además, verdaderamente magnífico en la historia del cine, 1939.
Tiene ese punto de epopeya que tanto gustaba en aquellos años y que tan bien pega con el Western. Un punto de película fundacional, creadora de un subgénero dentro del género, aquel que se dedica a narrar, como si de un poema épico moderno se tratase, las peripecias de la conquista del Oeste.
Es amena, muy entretenida, divertida y muy recordable. Es de las que no se olvidan. Por momentos emotiva, en otros de aventuras, siempre western, y con dos superestrellas de la pantalla de todos los tiempos: Errol Flynn y Olivia de Havilland. En sus tiempo más álgidos, en plena expansión del cine.

§ 3.316. Secuestradores de cuerpos (Abel Ferrara, 1993)

Tercera versión de un 'clasicazo'. Comenzado con La invasión de los ladrones de cuerpos (Don siegel, 1956) y continuando con La invasión de los ultracuerpos (Philip Kaufman, 1978). Al parecer hay una tercera versión previa a esta, que no he visto: Invasión (Oliver Hirschbiegel , 2007).
Indudablemente de peor corte y confección que las otras dos, especialmente la de Siegel, que quizá sea la mejor, y, sin duda, la que más me gusta.
Lastra mucho que sepas de qué va. No existe el elemento sorpresa, ni siquiera el seguimiento de la trama tiene aliciente. Tampoco se basa en efectos especiales que pudieran provocar en el espectador un sentimiento de zozobra o miedo más allá de lo usual. 
Tiene más de satisfacción personal del Director que de gran cinta. Seguramente Ferrara sea un fanático de las dos cintas y este es su homenaje particular. El cine está lleno de estos guiños.
Pero está vacía, hueca y huera. Amanerada y acartonada. Sin pulso. Sin brillo. Sencillamente no era una cinta para que le hiciese Ferrara, más acostumbrado a hacer otras cosas, transgresoras, delirantes, violentas y tamizadas tras la ingesta masiva de sustancias que 'harían vomitar a una cabra'. Me ha parecido demasiado corta. No sé, pero quizá si el planteamiento inicial hubiera sido más progresivo, si la presentación de los personajes hubiera estado más completa, y el escenario -la base militar, el empleo de los residuos químicos, etc.- mejor aliñado estaríamos hablando de otra cosa. 
Queda insulsa, como sosa. Y, desde luego, no es reconocible como de su director. Todas las que he visto de él pueden medirse con un cierto patrón estilístico. Ésta no. No me lo parece, al menos.
Algunos planos juega a ser Lynch, pero con la lentitud de un clásico de los años cincuenta americano. Cinta postmoderna en el tratamiento, pero clásica en la estructura. Algo no funciona. Las escenas más visualmente atrayentes son las de los ataques de los monstruos, de los 'ultracuerpos', y la persecución por las calles del padre con sus hijos.

domingo, 25 de febrero de 2024

§ 3.315. Un grito de terror (Robert Parrish, 1951)

 

Una historia muy conocida. Clásica y, hasta cierto punto, previsible. Miedos, venganza, presos que obtienen la libertad, dinero escondido. Un poco lo de siempre. Con el formato de cine negro ortodoxo, un guión decente, música ambiental, sombreros, trajes, sudor y whiskey. 
Es claramente un producto de Serie B, y podría estar firmada por cualquier otro director de 'estudio', Phil Karlson por ejemplo. Tiene pulso y firmeza, y aguanta bien el metraje. Quizá más larga se hubiera indigestado. 
Dick Powell y Rhonda Fleming es la pareja protagonista. Dirigida por un artesano del cine, un hombre con oficio y sabiduría. Es su primera película dirigida, aunque es cierto que trabajó mucho con Ford y con otros grandes directores. 
Se puede ver. Sin más. Le falta el punch de otras de Fleischer, de Karlson, de Wise, de Rossen, incluso de las primeras de Mann.

§ 3.314. No profanar el sueño de los muertos (Jorge Grau, 1974)

 

Al parecer es un clásico del cine de zombies. Encargo por un productor, se rodó por quien había sido ayudante de cámara de Leone, entre otros. El color funciona muy bien. Tiene fondo y está muy bien construida. Como todas del género, es exagerada y algo amanerada. Tienes que creerte sus premisas, naturalmente. Pero es buena. No es la de Cesar Romero, pero es que la de Cesar Romero es única, es la mejor y sirvió para que se crease todo un género, aunque ya había habido precedentes más que interesantes.
El reparto se apoya en tres actores: Cristina Galbó, que desconocía quién era aunque la vi en La Residencia, de Ibañez Serrador, de 1969, Ray Lovelock, que tampoco recuerdo haberle visto en nada, y Arthur Kennedy, un mito del cine que rodaba sus últimas cosas, inolvidable en La aurora desnuda, de Ulmer de 1955.
Tiene pasta de película mítica. Bien rodada, con continuidad y todo un universo propio que expone el director de manera más que solvente.
Me ha encantado.  Es fresca, nueva, intensa, diferente.

§ 3.313. Las vampiras (Jesús Franco, 1971)

 

En la línea de Franco, lo esperado. Erotismo cutre, lesbianismo de salón, trama poco consistente, chica guapa, hombre poco varonil, y miedo al sexo, al placer, al deseo, a la excitación... Tiene una clara inspiración en Las diabólicas de Clouzot, de 1955. La chica es guapa, pero guapa de verdad. Es Ewa Strömberg, que hizo muy pocas películas. 10 en total. Una con Siodmak, y caso todo con Franco. Guapa a rabiar, de esas suecas grandes, con muchas curvas y generoso escote.
Soledad Miranda es la otra chica. La vampiresa original. Interesante mezcla de rubia y morena que da muy bien en pantalla.
Tiene recorrido, y, además, hasta cierto punto es seminal, pues tiene varios remake reconocidos y ha inspirado a otros varios films.
Mezcla de vampirismo y lesbianismo. Todo un éxito en taquilla, supongo. 

sábado, 24 de febrero de 2024

§ 3.312. Cartas de amor a una monja portuguesa (1977)

 

Factoría Franco. más de 200 películas rodadas. Es impresionante.  Erotismo gachí, desnudismo 'grunch', destape underground, y tramas morbosas al servicio del pecado, del deseo... Bien filmadas, buen color, buena fotografía, y todo un mito a su alrededor. Vistas ahora, sobre todo las de corte erótico, parecen inofensivas, inocentes e incluso pamplineras, tontorronas y nada sugestivas. 
Esta es un título mítico, pero es deplorable. No tiene nada. Nada de nada. Toda sugestión sobre ella se proyecta hacia las escenas de lesbianismo. Monjas lesbianas, podría titularse. El placer sexual es el demonio, que hay que exorcizar a través de la consumación del placer. 
Tan previsible como prescindible.

§ 3.311. La noche de las gaviotas (Amando De Ossorio, 1975)

Debe ser muy difícil hacer cine. Montar una película, pedir el dinero, guionizar una historia, contratar a los actores, localizar exteriores, etc. Hacerlo bine con dinero debe ser más fácil. Hacerlo sin dinero, o con medios ajustados, debe ser muy difícil.  Dificilísimo. 
Entiendo, porque he leído un poco -la verdad, muy poco- como Ossorio montaba sus películas. Un héroe. Un apasionado con mucho empuje, muy poca ayuda y escasa fortuna. 
Su idea de la "Noche del terror ciego" es brillante. Es la construcción de un ideario propio de muertos vivientes basado en leyendas templarias. Son cuatro películas, que se pueden ver sin orden porque no están seriadas, ni son los mismos personajes, ni tienen continuidad: "La noche del terro ciego" (1972), "El ataque de los muertos sin ojos" (1973), "El buque maldito" (1974) y "La noche de las gaviotas" (1975).
En todas ellas se narra la aparición, la reaparición mejor dicho, de unos templarios, con sus caballos, con sus espadas y sus trajes raídos, en el tiempo actual. Al comienzo de la película se cuenta un hecho sangriento del pasado protagonizado por unos templarios. Luego, en el tiempo actual, en los mismos escenarios, ocurren acontecimientos y circunstancias que se relacionan con los del pasado. Bien por el lugar, bien por la fecha, etc.
Esta tiene su gracia, y quizá sea la mejor de la saga. Siempre hay una chica muy guapa, un hombre valeroso y un desenlace sangriento.
A veces es morbosa, otras miedosa. Pretende tener una entidad propia, pero el producto final queda algo acartonado. Le falta entidad y profundidad, empaque y energía. Le falta calidad. Tiene ingenio, mérito, pero no es una gran película. Es entretenida, 'sabrosona' y 'resultona', especialmente para el público español. Pero no sé si puede tener desarrollo en otros países. Me gustaría saber cuál es la opinión de un cinéfilo extranjero muy aficionado a estas cintas de los muertos vivientes.

 

viernes, 23 de febrero de 2024

§ 3.310. El secreto de vivir (Frank Capra, 1936)

 

Una crítica al dinero, a la acumulación de riqueza, incluso al consumismo. Tiene esa modernidad sorprendente. Tanto por la temática, básicamente una crítica al modelo de sociedad americana bienpensante, y un canto a la pureza del amor, que no sabe discriminar quién hace bien y quién mal al que padece la enfermedad, como por la estética, blanca y limpia. Un NY salido de la gran depresión, en realidad todavía en ella, se muestra ambiciosa y fría, conspiradora y competitiva, y la ruralidad del personaje choca con toda esa parafernalia. 
Pero también es una crítica velada al periodismo buitre, a la prensa sensacionalista y a las mujeres 'periodistas' trepas. Y también a los asesores, abogados, financieros e intermediarios que pululan alrededor del dinero.
Pero lo más moderno es la inteligencia, intuición y astucia natural del 'pueblerino'. Pocas personas son capaces de caminar por la senda de la naturalidad en todos los campos. Y, desde luego, este personaje sí es capaz. En cada actuación muestra el lado más inteligente de la decisión que debe tomar. Siempre desde la naturalidad y la bonhomía. Cada skech muestra una situación a la que deben enfrentarse las personas normales todos los días. Situaciones cómicas, tensas, estresantes, que ponen a prueba qué es lo que debe hacer una persona cabal, una persona normal. Puede leerse como una lección de urbanidad.
Es una buena película, con mensaje y bien trazada. Pero le falta algo de naturalidad. Es un poco artificiosa, por momentos amanerada.
La pareja Gary Cooper y Jean Arthur funciona a la perfección. Él un monstruo de la interpretación, y ella es una actriz de la época, algo sencilla pero franca y sincera. Guapa sin ser una de esas actrices sexyboom que luego vinieron, años más tarde. 

miércoles, 21 de febrero de 2024

§ 3.309. Helena de Troya (Robert Wise, 1956)

 

Wise es una auténtica garantía. Es un director sólido, más que competente y conocedor del oficio como nadie. No hay ninguna suya que aburra, que sea poco entretenida o que pase desapercibida. Es un gran director. Pero no sé si es la mejor opción para dirigir un peplum. No soy un experto en mitología griega, pero estoy convencido que sigue fielmente los cánones del poema de Homero. 
Desde luego, como escenario para una película de aventuras épicas es ideal. Tiene ese algo que atrae, pero le falta el empaque que le imprime una gran estrella del cine, una cara mediática y rotundamente taquillera. 
El reparto es interesante, pero no tiene el tonelaje de otras películas épicas de su época.
Es colorida, quizá demasiado larga y se deja ver, pero no tiene el empaque, la profundidad y la seriedad de otras otras similares de la época. 
Una banda sonora mejor de lo que parece, que podría formar parte de esas músicas de oficina que se repiten circularmente y que sirven para relajar y para favorecer la concentración. Es de Max Steiner.
A veces la intensidad del guión original y un seguimiento tan fiel al retrato original provoca diálogos algo empalagosos y escenas un tanto  artificiales.
Me ha agradado, pero no es de las mejores películas del director. Tampoco es de los mejores peplum. Los hay mejores, casi todos. Pero es curioso, muchos buenos directores cultivaron el género y con decisión. 

lunes, 19 de febrero de 2024

§ 3.308. Emboscada en extremo oriente (Ken Annakin, 1975)

 

La copia que tengo se ve regular. Como si el color hubiera perdido potencia. Seguramente no es una copia de calidad. Se puede ver, y si la historia fuera realmente interesante, no te fijarías en estas cosas. Pero no es de las mejores cintas que he visto. Desde luego la peor de Annakin que he visto. Aunque sólo he visto tres: El día más largo (1962) (Codirigido con Andrew Marton y Bernhard Wicki), La batalla de las Ardenas (1965), y La selva blanca (1972).
Le tengo por un director de películas de guerra. Además sus mejores años ya habían pasado. Tras esta sólo hizo tres o cuatro cosas más, casi todas para la televisión. 
El reparto es impresionante. No es fácil juntar a David Niven y a Toshirō Mifune, dos verdaderos grandes del cine ya entrados en años y que había filmados sus mejores películas. Les acompaña Hardy Krüger, un actor del momento. 
El fondo de la historia tiene su aquel. Las mentiras, las relaciones con el niño pequeño, los líos diplomáticos. El cansancio de vivir de unos, el hastío de otros, la hipocresía de todos, el mundo de las relaciones entre países.
No parece que esté muy bien rodada, tiene algo de premura en sus planteamientos, de rapidez improvisada, de incipiente desatención, de encuadres que no funcionan, de planos quizá fuera de lugar. No sé. No me parece que técnicamente esté optimizado el guión.
La música, muy de la época, es de Roy Budd, autor de otras melodías de películas muy reconocidas en la época: Patos salvajes, Lobos Marinos, El molino negro, Contrato en Marsella, América Violenta, El oro de nadie y, sobre todo, Asesino implacable, la mejor de todas las citadas. 
Es interesante, pero no deja mucho fondo, ni tiene recorrido.

domingo, 18 de febrero de 2024

§ 3.307. Caniche (Bigas Luna, 1979)

 

No es morbo exactamente, tampoco falsedad, ni siquiera desfachatez o desaliño. Es podredumbre. Breviario de podredumbre, si citáramos a Ciorán. Me parece desagradable por momentos, incomprensible en otros, retorcida y malévola, sofocante y malsana. 
Hacer del caniche la lente desde la que se mira a los familiares puede ser una idea ingeniosa, no lo dudo, pero no me parece fructífera. 
Broncas, líos, gritos, sexo, complejos, vidas de mierda, sueños de grandeza, algo de zoofilia, lunas llenas, y, sobre todo, vidas vacias.
Interesante a la vez que deprimente. Tan poco sugestiva como atrayente. 
El empeño en mostrar los aspectos más crudos y sucios de la realidad: la sangre, la carne, las tuberías roñosas, la suciedad de las paredes, la mugre de la casa, la ropa sucia. La basura en las calles, la delectación con la muestra cómo comen los perros, etc.
Caspa estilística como vehículo de transmisión de una idea que no consigue calar. Se intuye una crítica a la sociedad bien pensante catalana, esa que vivía mejor en el Franquismo y en ese 'no sabe usted con quien está hablando' que en las libertades. Abiertos de piernas, pero no de mentes. Ricos de segunda generación ya arruinados por sus propia manera de vivir y su incapacidad para desarrollar un trabajo propio. Eso sí lo muestra. Pero esa hipocresía catalana no la veo. No creo que fuese su propósito, o no creo que fuese su objetivo primigenio. 
Se deja ver, sobre todo por el interés que tienes en ver cómo evoluciona, pero no es una película que vaya a repetir. No desde luego en breve.

§ 3.306. Mujeres al borde de un ataque de nervios (Pedro Almodóvar, 1988).

 

Hace por lo menos veinte años que no la veo. Probablemente más. La recuerdo perfectamente. Y vista ahora, después de haber visto toda la filmografía de Almodóvar, algunas de sus películas varias veces, tengo que reconocer que su estilo visual, la intensidad dramática y el estilo general es el mismo, exactamente el mismo.
La recordaba más larga. Me ha gustado mucho. Es excelente. Una de sus mejores películas. 
Los colores chillones, los planos divididos, la centralidad de la feminidad como eje sobre el que pivota toda la historia... elementos comunes a todo su cine. 
El enloquecimiento que forma parte de su esencia, el gazpacho, el taxi. Está llena de planos icónicos, sonidos de siempre, actuaciones míticas.
Es una gran película.

§ 3.305. Minnesota Clay (Sergio Corbucci, 1965)

La leyenda del tirador imbatible. Todo tino, certidumbre y acierto con el arma, con la pistola, en este caso. 
Un producto menor de la que luego, más tarde, sería la factoría Corbucci. Sus inicios en el Western 'espaguetizado', que no deja de ser una del oeste, de toda la vida, pasada por la 'minipimer' italiana de la factorías de ficción de prestigio dedicadas, en este caso, a la Serie B.
Trama básica, pistolero con oficio que vuelve al lugar del que nunca debió salir, para no se sabe muy bien qué. Si vengar algo, si recuperar su amor perdido, si recuperar sus tierras, si augurar un futuro mejor... No es un mesías, pero tampoco 'el vengado de la pradera'. Un hombre distinto que no sabe pelear con su propia identidad. 
No es una gran película. Por momentos se deja ver, pero no tiene ni fondo, ni estructura, ni recorrido.
 

sábado, 17 de febrero de 2024

§ 3.304. Contra toda Ley (Michael Crichton, 1989)

 

Interesante thriller del montón con el reclamo de un gran Burt Reynolds, una guapa Theresa Russell y un secundario de lujo, Ned Beatty.
Un desarrollo convencional, una trama lógica y que se desarrolla con soltura. Es la última película de las siete que dirigió. Al parecer su fracaso en taquilla le hizo abandonar la dirección. Almas de metal (1973) y Coma (1978) son estupendas. Ésta no tanto. 
Le falta la adrenalina que sí tienen otras películas de Reynolds y la soltura de las 'policíacas' interesantes. Por momentos es 'plasticosa', algo amanerada y muy previsible. Le falta chispa y empuje.
Esa búsqueda del asesino para salvarse a sí mismo es algo muy aburrido, manido y poco edificante.

§ 3.303. Malena (Amando De Ossorio, 1969)

 
Mala de solemnidad. Qué cosa. Bajo el reclamo de Anita Ekberg se construye una historia de vampiros previsible, aburrida, sin tono ni empaque, sosa, nada entretenida, y únicamente apta para los muy fan de este tipo de películas. Barata, con un guión tope y sin emoción ninguna, una música nada interesante Carlo Savina con un órgano prominente que no deja lugar a la imaginación, ese punto de lesbianismo que estaba tan en boga en la época, y muy pocas cosas más...
Totalmente prescindible.

viernes, 16 de febrero de 2024

§ 3.302. Musa (Jaume Balagueró, 2017)

 

Como siempre, sus propuestas iniciales son magníficas, como quizá no pueda ser de otra manera en películas de miedo. Quiero decir que hay que cuidar mucho los principios, las exposiciones iniciales, la presentación de personajes, las tramas iniciaticas. 
Hay algo confuso en el comienzo, no es un fallo de guión exactamente, porque crees que más tarde, a lo largo de la película, te lo va a contar. Pero no es una base argumental sólida la que edifica la cinta. Es algo raro. 
La exposición de los títulos de créditos es una maravilla. Visualmente muy atrayentes y sugestivos y, al mismo tiempo, perturbadores y retorcidos.
El actor principal es demasiado limitado para un papel como éste. Nada más ver cómo evolucionaba pensé en cómo lo hubiera hecho John Malkovich. El aire descarnado y falto de identidad, fuera de sí mismo y recomido por sus angustias y su resquemores previos no se transmiten bien en su actitud corporal y su posicionamiento en la historia. Es mucho papel para un actor tan poco dotado. 
Los sueños premonitorios deben ser aterradores. Pero no creo que sean comunes en personas normales. Como material para una película como esta sí, por supuesto. 
La historia está bien desarrollada. Tiene su gracia, quizá sea un poco larga y la música no funciona tan bien como en otras películas suyas, y la fuerza general no es tan arrolladora. De todas las que he visto suyas últimamente [Los sin nombre (1999), Darkness (2002), Frágiles (2005)] es la que menos me gusta. Las dos últimas citadas me parecen mejores.
De toda su filmografía me siguen pareciendo más valiosas [•REC] (2007, Codirigida con Paco Plaza), y Mientras duermes (2011).
Me pierdo en alguna de las tramas, no entiendo cuál es el interés en introducir a Dante y su infierno en esta historia, con sus siete musas y demás.
Llegas agotado al minuto 30, cuando comienza verdaderamente la trama. Se me hizo larga, y  por momentos poco comprensible. Cómo se introduce la historia de la niña y la relación con la prostituta tiene como fuelle. Sustos, neuras, histeria y poco más.
Me ha decepcionado.

miércoles, 14 de febrero de 2024

§ 3.301. Kartum (Basil Dearden, y Eliot Elisofon, 1966)

 

En la estela de la Lawrence de Arabia de 1962. Gran producción, escenarios naturales grandiosos, El Nilo en este caso, grandes estrellas del cine, un director consolidado.
Música muy interesante, hechos histórico reales, visión neutra del director y un resultado muy entretenido. Mahdi, el esperado. 
Está filmada en Ultra Panavision 70, un sistema de lentes y de cinta que recoge las imágenes de manera más densa, según he leído, proyectando más de 25 fotografías por segundo, en vez de las 16 típicas. Ello le da una amplitud a los espacios abiertos y una profundidad que facilita la grandiosidad de la película. 
Me ha gustado mucho la película. Es interesante, audaz, pretenciosa y grandilocuente.
Director del que ya he visto unas cuantas cosas. Prolífico, rodó más de 40 cintas, le tengo por un artesano que sabe el oficio y que saca buen rendimiento a lo que tiene. Un director de estudio.

lunes, 12 de febrero de 2024

§ 3.300. Frágiles (Jaume Balagueró, 2005)

 

Desde luego tiene un planteamiento magnífico. El presupuesto del que parte es estupendo, todo lo que se puede pretender de una película de terror: un hospital de niños abandonado que esconde (varios) secretos, algunos aterradores. 
La fragilidad del personaje principal, de la enfermera, está perfectamente planteado, una gran actriz, Calista Flockhart, algo más que la abogada treintañera resultona de una serie de divertimento de los años noventa. La acompaña Richard Roxburgh, una gran Elena Anaya, muy creíble y con grandes dotes en su papel, y Gemma Jones. El resto son actores poco conocidos. Por lo menos a mi no me suenan.
Me ha gustado mucho tango la música como el tratamiento visual de las imágenes. 
Es una gran obra, inteligente, bien trazada, original y por momento espantosa. Una gran película. 

domingo, 11 de febrero de 2024

§ 3.299. Persecución hasta Valencia (Julio Coll Claramunt, 1968)

 

Bueno. "Distrito quinto" y "Ensayo general para la muerte" eran otras cosas. Aquí pretende un thriller rápido, 'setentero', muy 'americano', influido por las nuevas generaciones de cineastas yankis, que le dieron una vuelta de tuerca al género. Pretende emular, por ejemplo, a Don Siegel y su Código del hampa, que es de 1964.
Le sale 'regulín' el experimento. La profundidad psicológica de las obras anteriormente citadas es mayor, aquí escasea. 
Tom Tryon (un actor no excesivamente prolífico [El Cardenal, El día más largo], pero respetable escritor de novelas y relatos cortos, entre ellos Fedora, llevado al cine por el gran Wilder) y José Bódalo (haciendo de malo, lo cual me es extraño, y mucho más delgado de la imagen que tengo de como hombre metido en años y kilos) llevan el peso de esta cinta.
Un guión es un poco confuso, y la acción pretende ser trepidante pero sólo lo consigue por momentos. 
Bonitas tomas (algunas) de Barcelona, pero sin abusar de los espacios abiertos. Las escenas de acción no son gran cosa. Bueno, dejan mucho que desear. 
El guión tiene fallos irrazonables, y el traje que me lleva el protagonista, un color crema oscuro, es, sencillamente, horroroso.
Es algo amanerada, no ha envejecido bien, pero se deja ver. La mezcla de superficialidad y trascendencia no funciona. Por momentos quiere ser ligera, otras interesante, pero se queda en intrascendente. 
Es corta, 93 minutos, y la veo básicamente por ser del director que es. De las que se olvidan fácilmente.

§ 3.298. Nadie oyó gritar (Eloy De La Iglesia, 1973)

 

Qué guapa era Carmen Sevilla, recientemente fallecida tras una larga enfermedad.
Qué gran actor era Vicente Parra. Inolvidable en la Semana del asesino. Qué empaque tenía. Mirada de seductor, cuerpo grande, barba florida, y unas gafas de pasta muy de la época.  Mejor actor él que ella. El duelo interpretativo tiene su gracia. Me recuerda a Los tres días del cóndor (Sidney Polack, 1975).
El enfoque que le da siempre De La Iglesia a sus películas es realmente atractivo. Planos de larga duración con enfoques no muy cercanos. Silencio y utilización de sonidos histriónicos patrocinan un ambiente exquisito y algo elitista, en el sentido de no para todos. Algunos planos picados, de abajo hacía arriba, o al revés patrocinan un peculiar sentido del miedo y del gore.
El guión es interesante, algo inverosímil pero interesante. La idea de ir revelando las cuestiones por las que decidió asesinar a su mujer es muy inteligente. Y apoyarse en escenas retroactivas también. Me ha gustado mucho.

§ 3.297. Jugando con la muerte (José Antonio De La Loma, 1982)

 

Pues el reparto no lo es todo. En este, no sé muy bien por qué, intervienen, nada menos, que George Peppard, Max von Sydow,  y Chuck Connors. No sé. Esa pregunta de qué puede salir mal. Pues eso. A lo mejor no se trata sólo de nombre, sino de un cúmulo de cosas que para que funcionen tiene que tener una coherencia interna. Y esta película no la tiene. 

sábado, 10 de febrero de 2024

§ 3.296. El demonio de la armas (Joseph H Lewis, 1950)

 

La última vez que la vi fue el 6 de octubre de 2016.

§ 3.295. La tumba del pistolero (Amando De Ossorio, 1964)

Una del Oeste de Serie B hispánica. Con todos los buenos y todos los malos caracteres. Tiene algo de "Cometieron dos errores" Ted Post (1968), pero con más defectos, una tónica más lineal, menos matices y peores actores.
Aun así tiene su gracia. Es la mejor película que he visto de Ossorio. Muy interesantes son el blanco y negro que emplea, y los paisajes abiertos, canchales y pedregosas tierras que bien pudieran ser de Extremadura (aunque probablemente será de Madrid).
Algo sobreactuado en los personajes, el sheriff es el más comedido, que pretenden acentuar tanto los matices que se hacen algo histriónicos. El pistolero es George Martin, Mercedes Alonso es la chica, Jack Taylor el malo y Luis Induni el Sheriff. 
Creo que es mejor de lo que parece y el cine español no anda sobrado de Western. Tiene un metraje contenido y aunque por momentos es irregular se puede ver y disfrutar.

§ 3.294. La noche del terror ciego (Amando De Ossorio, 1972)

Un poco lo de siempre. Zoombies, un poco de destape, algún plano interesante, un metraje comedido, buenas localizaciones exteriores, y una trama ortodoxa en la dinámica cinematográfica de aquellos años.
Lo mejor de todo son los planos en la edificación antigua, probablemente unas ruinas de una Catedral o Iglesia abandonas hace decenas de años. Entretenida por momentos, pero baja de calidad y contenido.
 

jueves, 8 de febrero de 2024

§ 3.293. Beeman, el magnífico (Brian De Palma, 1972)

 

Una de las primeras de De Palma, experimentales todavía, poco maduras y sin una gran aportación personal. Escoradas hacia la comedia y la sátira, la farsa y el humor absurdo, llenas de gag, de golpes de efectos en los que se mezclan imágenes con sonidos, en donde las tramas son difíciles de imaginar. Tramas locas, más allá de las comedias de situación. Es un paso más evolucionado que las simples tramas de risas, de situaciones difíciles o comprometidas. En esta en concreto el absurdo es lo que gobierna la comicidad de la historia, pero no consigo reírme con ninguno de los gag. 
La continuidad de la trama es más que dudosa, las implicaciones emocionales del personaje a veces aparecen y otra no. No se explica bien por qué quiere abandonar la vida rutinaria a la que está sometido. Cuál sea la razón por la que quiere convertirse en mago tampoco queda claro. 
La cinta no tiene comicidad, no tiene un propósito definido, ni  desarrolla un mensaje propio. Me parece un experimento con un resultado más que deficiente. Aparecen motivaciones y circunstancias delirantes: un afinador de pianos, la carta de dimisión, la pulsión sexual desenfrenada de ella, la búsqueda de hotel...
Un delirio tras otro. No me ha gustado nada. 

miércoles, 7 de febrero de 2024

§ 3.292. Los inconquistables (Cecil B. DeMille, 1947)

Un clasicazo del cine de todos los tiempos. De un Director mítico en la industria, en la influencia posterior, en todo el cine de aventuras, en el clásico, en todo el cine. Me gusta mucho todo lo que he visto de él. 
La presencia de Gary Cooper es impresionante. Llena toda la pantalla. Hace pequeña a Paulette Goddart, que no era una actriz menor. Los secundarios son extraordinarios: Boris Karloff, Cecil Kellaway, Ward Bond, Howard Da Silva y Mike Mazurki.
Un color magnífico, unos encuadres y unos planos ortodoxos y un desarrollo magnífico. Un canon de las películas de aventuras. Tiene ese punto sentimental que suaviza la trama bélica, y la tensión de las aventuras.
Tiene algo de Raoul Walsh, algo de Tournier, algo de Mann, algo de Capra, algo de un cine de toda la vida. Algo inconmensurable, algo inasible, un ambiente tremendamente bien logrado, un guión camina y avanza suave pero firmemente. Da gusto ver este tipo de películas. No puedo entender la nota con la que la califican en las plataformas. Me parece sorprendente. En filmaffinity tiene un 7; en Letterboxd un 6.6, y en IMDb un 6.8. No entiendo muy bien cuál es la razón. Probablemente en las plataformas se valoran más las novedades, las películas actuales. Y lo entiendo. 
En cualquier caso, me parece muy buena. Tremenda, visualmente muy apetecible y extraordinariamente bien desarrollada. Planteamiento clásico, ortodoxia cinematográfica y conclusión estupenda. Me ha encantado.

martes, 6 de febrero de 2024

§ 3.291. Salomón y la reina de Saba (King Vidor, 1959)

 

Última película del absolutamente genial director King Vidor. Un grande, un grande verdad. Autor de una decena larga de obras maestras del cine, entre las que se encuentra una de mis películas favoritas, El Manantial (1949).
Una macroproducción en la que brillan tres estrellas: Yul Brynner (con pelo), Gina Lollobrigida (tan guapa como siempre) y George Sanders (ya algo mayor y cansado de vivir, aunque viviría más de diez años más). También interviene Marisa Pavan, gran actriz, muy reconocible, un modelo fino de mujer que contrata con el modelo de diosas italianas de mucho pecho, caderas poderosas y boca esférica que era capaz de succionar toda la virilidad de cualquier hombre con pupilas dilatadas.
El relato bíblico convertido el película tiene su mérito. Sirve de excusa para organizar toda la capacidad artística del Hollywood clásico que se negaba a extinguirse. Qué grande fue el cine. Porque en los sesenta la industria ya hizo otras cosas. Maravillosas cosas, pero otras.
El atrezo, los trajes, los caballos, las batallas, incluso el cartón piedra se ven con una mirada indulgente en este tipo de películas. 
El ritmo, la cadencia, la sensualidad de la vida cotidiana, el desarrollo de la vida ordinaria, la fuerza de la naturalidad. Todo encaja en la obra. Todo se muestra con esa cierta impostura tan propia del cine clásico, pero el desarrollo de los planos confirman la gran obra que es. 
Me ha gustado mucho, pero en mi juicio estoy condicionado por dos circunstancias. Me encanta Vidor, y me encantan las películas de cine clásico.

lunes, 5 de febrero de 2024

§ 3.290. Pampa salvaje (Hugo Fregonese, 1966)

Pues parecía prometedora, pero no se corresponde con la realidad. No es que no sea buena, que no lo es, es que realmente es muy deficiente. Para empezar, la copia del DVD se ve alargada, como si se hubiera rodado en cinemascope y en la adaptación sistema video se hubiera ensanchado, produciendo unos planos raros, difíciles de ver, sobre todo en el enfoque cercano de personas, no tanto en la filmación de espacios abiertos.
El guion, sin embargo, es solvente, mantiene el interés como película de aventuras, y no le aprecio defectos o errores. El vestuario, por otra parte, parece muy cuidado, así como el resto del atrezo -el fuerte, los caballos, las armas, etc.-, dándole una credibilidad intensa. Según he leído el director de producción es Gil Parrondo, toda una garantía de calidad. Los escenarios naturales podrían haberse rodado en España perfectamente. Paisajes áridos pero no desérticos.
Una de las últimos películas del director y también una de las últimas de Robert Taylor. Algo desnaturalizado en el papel, porque se presume que el oficial es un hombre de acción y no parece que Taylor tuviera empaque, ni edad, para esos menesteres. Remake de la primera película del director, Pampa bárbara de 1945. 
Tiene una similitud temática con Caravana de mujeres (William A. Wellman, 1951), aunque aquí el argumento es menos respetuoso que en la obra maestra americana. La necesidad de mujeres aquí no es para repoblar una comunidad, o encontrar pareja. Es más primaria, pedestre y animal. Y no funciona del todo bien. La ropa de las mujeres es totalmente impropia e inadecuada para la pretensión que manejan.
Se deja ver, pero no es una gran obra. He visto cosas de Fregonese mejores.

domingo, 4 de febrero de 2024

§ 3.289. Poncio Pilatos (Gian Paolo Callegari, 1962)

Interesante peplum. Más que interesante. Me parece una gran película, muy del estilo de la época, los años sesenta, tiempo de este tipo de producciones, a caballo entre los temas bíblicos y las aventuras. 
El director es para mi absolutamente desconocido. Un italiano más de una industria en expansión absoluta en aquellos años. 
La dirección también se atribuye a Irving Rapper, director de una película que me encantó, La extraña pasajera, de 1942.
Está bien narrada, tiene pulso, aporta la visión del propio Pilatos -ese es su valor- conformando un retrato interesante y sugestivo. 
Mucho exterior (de cartón piedra, claro), escenarios mil veces vistos en mil películas, gran cantidad de extras, un guión muy trabajado dan un resultado interesante y eficaz.

§ 3.288. Historia de una traición (José Antonio Nieves Conde, 1971)

El planteamiento inicial es interesante. Bello incluso. Imágenes preciosas de un mar embravecido, casas en la playa y chicos y chicas guapos. El relato no se sabe a dónde camina. Se aprecia, desde el primer momento, que estamos en presencia de un drama. Los actores son el discutido Stephen Boyd, Maria Mell, el grandísimo Fernando Rey, el siempre presente en películas de aquella época Simón Andreu, y la guapa Sylva Koscina, que aporta esa guapura del este, caras rígidas, duras, pieles estiradas, ojos abiertos y rasgados. 
Me gustan las casas de aquellas época. Son poderosas y estales. Fuertes y con determinación, ladrillo visto, piedra, solvencia y carácter. El escenario es también un personaje. Y las casas aquí lo son. Como lo es el mar. Duro y seco, bravo e ingobernable.
La cadencia inicial la mantiene durante todo el tiempo. No sale de ahí. Tarde en atacar el asunto principal. Divaga y navega en varios frentes. Pero se deja ver. Tiene gracia. Aunque no es de las mejores de él. Nada comparable a Balarrasa o a Los peces rojos.
Nieves Conde es un gran director. Tiene talento a raudales, obras importatísimas y un conexión especial con su tiempo. Le tengo por un gran director. Estuvo muchos años en el oficio y filmó 25 películas. Es un volumen importante, sin ser desmedido.

§ 3.287. Masacre en el Gran Cañón (Sergio Corbucci, y Albert Band, 1964)

 

Los paisajes abiertos se agradecen en una cinta rodada en interiores, con escenarios tremendamente artificiales.  Se la nota un poco amanerada, artificial, pasada de moda. No tiene ese centro de equilibro que garantiza la pausa en la batalla, el trago justo, la pistola rápida y oportuna. 
Tiene el gran aliciente de ver a James Mitchum. Si, el hijo de Robert. No es, evidentemente, un actor tan bueno como el padre. Y no creo, ni siquiera, que se defienda bien en pantalla, pero tiene su interés. Es, en cierto sentido, amanerado como el padre, pero lo que en él era clase y estilo, en James es parodia y amaneramiento. 
También interviene Eduardo Ciannelli, inconfundible en la serie Johnny Staccato. 
Interesante, pero 'barata'. Le falta mucho para alcanzar a ser una gran obra.

sábado, 3 de febrero de 2024

§ 3.286. Ensayo general para la muerte (Julio Coll Claramunt, 1962)

 

Interesante historia de un director que me ha gustado mucho todo lo que he visto de él. Un vaso de Whisky y Distrito quinto. Dos obras maravillosas, dos películas estupendas. Ésta es algo menos pujante. Pretende ser asfixiante, un poco al estilo de El ángel exterminador, de Buñuel. Pero no lo consigue. Le falta estructura y pero dramático, tensión emocional, guión -aunque tiene giros y requiebros- y ese algo vaporoso que define una gran obra pero que no sé explicar qué es.
Se puede ver, pero me parece que está lejos de las dos obras citadas.
La trama policial no tiene nada de particular, pero se enreda en sí misma con dos focos de atención que, a mi juicio, dificulta mucho el desarrollo de la historia. Los golpes de efecto tienen su importancia, pero no veo que estén bien organizados. Hay momentos en que te encuentras confundido. El recurso de hacer desaparecer a una persona estando la policía presente, pretendiendo tener la perfecta coartada puede ser eficaz si se maneja bien, como casi todos los recursos cinematográficos, pero aquí está algo impostado, queda raro, no funciona. Es demasiado infantil.

§ 3.285. La joya de Shanghai (Zhang Yimou, 1995)

 

Temas 'chinos', a veces no fácilmente comprensibles. Mafia china, lujo y desenfreno tipo 'años veinte' al calor de la riqueza de un jefe de la mafia local. Antes, obviamente, de la revolución cultural. Un canto al lujo occidental más deprimente y decadente, mezclado con la servidumbre tradicional del lujo asiático. 
Los ojos del asistente vislumbran un mundo para el que, obviamente, no está preparado. Todo le deslumbra, el lujo, la grandeza de la casa, las armas, los coches, las maderas y cuadros
Impresionante Gong Li, guapa a rabiar. Pero guapa, guapa. Con unos movimientos suaves y cadenciosos, morbosos y sutiles. Una cara angelical, preciosa, parece de porcelana. Unos ojos grandes y vivaces, y una figura esbelta y proporcionada. Una mujer bellísima.
No es, quizá, la mejor película de Yimou, pero, desde luego, es destacable. Tiene una perspectiva más 'occidental' de la historia. Si sustituyes a 'los chinos' por italianos tendrías una película de mafiosos del Brooklyn con todas las de la ley. Las enseñanzas al niño conducen el hilo narrativo.
Visualmente, como todas las suyas, es atrayente y sugestiva. Con un color muy definido y unos escenarios muy cuidados.

§ 3.284. Pasión prohibida (Amando De Ossorio, 1982)

 

Una película muy de la época del destape en España. Con el único aliciente del morbo por la carne. Pero está bien rodada. Tiene pulso y garbo. No es buena. Es más, es mediocre, pero está bien hecha. 
Los escenarios, especialmente la casa familiar, son especialmente agradables. Aunque hay que decir que siempre me han gustado los muebles castellanos antiguos, los suelos de terraza, las ventanas de madera y la decoración con cuadros de estampas de caza. Es muy hortera, lo sé. Pero me gusta. Y esos escenarios están bien construidos. 
Los actores no están bien dotados, son amanerados y algo histriónicos por momentos.
La temática es básicamente idéntica a No todo amor es hermoso (J. Lee Thompson, 1970). Pero claro en esta interviene Susana Estrada y Emilio Álvarez, y en aquella Susannah York y Peter O'Toole.
No hay por donde cogerla. Todo se conduce a las escenas de destape. No hay otra pretensión. Pero sin gracia. sin interés. Sin verdadero morbo. 
Por decirlo gráficamente, no es buena película pero  técnicamente está bien rodada. Aunque por momento el guión no tiene ni pies ni cabeza, siendo algunas escenas completamente prescindibles.

viernes, 2 de febrero de 2024

§ 3.283. El ataque de los muertos sin ojos (Amando De Ossorio, 1973)

 

Guión del propio director para una producción bien facturada, bien rodada, con buen color, interesante trama -aunque muy como todas las de zombies-, ese picante sexual tan de la época, un ensayo de femme fattale y unos escenarios naturales que se repiten varias veces a lo largo de la cinta. 
Se aprecia la falta de medios y el pobre nivel interpretativo, pero es resultona, y, a su manera, entretenida. 
Supongo que pertenece al género de las películas que se ven con la nostalgia de un tiempo que no va a volver. Y también al de aquellas que se juzgan con benevolencia, más por sus intenciones que por su calidad o resultado.

§ 3.377. Los cien caballeros (Vittorio Cottafavi, 1964)

  Pues un 'peplum' peculiar, con temática española. Es la adaptación de un texto teatral de Lope de Vega. El texto es "Las famo...