martes, 30 de mayo de 2023

§ 3.055. El reloj asesino (John Farrow, 1948)

 

Una trama interesante, un encubrimiento, un falso culpable y un par de actores de los verdaderamente poderosos: Ray Milland, un poco confuso en el papel, no parece irle del todo bien; y Charles Laughton, que en el papel de sádico editor lo hace de maravilla, esos papeles de hombre duro pero a la vez culto, fino, educado y muy vivido sí le van como anillo al pelo. Le acompaña una  Maureen O'Sullivan para mi irreconocible
Un blanco y negro que pretende ser clásico, una trama compleja pero muy atrayente, un mobiliario que por momento recuerda a los de El Mantatial: cuadrados, con luces indirectas, colores suaves pero firmes, principalmente blanco y negro.
Una especie de supervivencia urbana ante una caza organizada para que el 'pringao' pague los platos rotos. Alcohol a raudales, mujer 'gancho' para encubrir un crimen. Estructura más que vista, pero muy interesante.

lunes, 29 de mayo de 2023

§ 3.054. Huevos de oro (Bigas Luna, 1993)

 

Una de las más célebres de su director. Un cine que me interesa relativamente, hay que ver de todo y tuvo tu momento. La crítica a la sociedad del ladrillo, a la falta absoluta de escrúpulos en los negocios, a la vulgaridad y la zafiedad radical, a los instintos primarios, la falta de educación, la chabacanería y la vulgaridad.
Los actores funcionan perfectamente, sobre todo la fragilidad de María de Madeiros, que le va el papel como anillo al dedo. 
Javier Bardem y Maribel Verdú lo hacen bien, pero no están en sus mejores papeles. A él le falta empaque, tiene la vulgaridad del papel que encarna pero le falta un cierto punto elegante, sofisticado. No evoluciona a lo largo de la cinta. 
Ella tiene su gracia, no va en el punto de puta, de furcia, de guarrilla. Tiene su punto, pero no consigue convencer. Simplemente no le va nada el papel. Quizá alguien menos conocida hubiera ido mejor.
Amantes, excesos, erotismo y sexualidad de garrafón, dinero sucio y fácil a borbotones, indignidad moral  una horterez galopante  y una crítica despiadada del modelo económico asentado exclusivamente en la construcción masiva de viviendas de segunda residencia componen el conjunto, por momentos entretenido pero siempre fétido y moralmente despreciable.

domingo, 28 de mayo de 2023

§ 3.053. El crimen del expreso de Andalucía (Imanol Uribe, 1991)

Otra propuesta de una de las series más exitosas de la Televisión Española.
Tito Valverde no da el pego como hombre duro dispuesto a cualquier cosa por dinero. No es que lo haga mal, que no se meta en el papel, es que su carrera ha derivado posteriormente hacia derroteros muy diferentes de los que se presume para un gran actor. Hombre ya más de televisión y teatro que de cine y siempre en papeles de hombre bueno, tranquilo. Verle en este rol es intentar hacer un esfuerzo.
Enrique San Francisco sin embargo sí da la medida, perfectamente. Espigado, largo, seco, distante y cortante. Muy medito en su papel.
El que provoca verdadero miedo es José Manuel Cervino, con ese bigote tan varonil, tan de otras épocas, la mirada dura y el gesto adusto.
Mario Pardo también muy bien, como Kiti Mánver, muy joven. También muy bien Francisco Casares.
No tiene la brillantez de otros capítulos de la saga. Muy lenta, y algo oscura. No explora del todo las relaciones personales del protagonista principal, especialmente su homosexualidad y las relaciones con el cubano. Hubiera sido una película diferente, claro, pero más interesante. La verdadera trama es la distancia que hay entre los dos señoritos y los delincuentes profesionales.

§ 3.052. El retorno de Walpurgis (Carlos Aured, 1973)

 

Lobo hombre en Segovia. Un versión muy singular del mito del hombre lobo, aristocrático y refinado, pero lobo; fino y sensual, peor lobo; humano y sensual, pero lobo; dominado por sí mismo pero lobo...
Es una cinta interesante, bien rodad, con un metraje civilizado, personajes bien definidos y rodeado de un rico atrezo que engrandece y organiza la cinta. 
Remake de un éxito y continuación de otra cinta, toda una serie de "espaniel" horror film, erotismo de garrafón al margen.
Tiene interés como testimonio de una época, sin más.

sábado, 27 de mayo de 2023

§ 3.051. El crimen del Capitán Sánchez (Vicente Aranda,1985)

 

Uno de los episodios más célebres de una serie estupenda producida por Televisión Española, cuando Televisión Española se dedicaba a estas cosas.
Una Victoria Abril deslumbrante y un Fernando Guillén absolutamente maravilloso llevan el peso de una historia sórdida de pasiones, traiciones y amores furtivos. Realmente da gusto verle colérico y enfadado, da miedo. Es aterrador, de una gran credibilidad y sumamente directo. Maribel Verdú interviene en la película, muy joven y ya con cartel de actriz potente.
La modernidad del crimen, su planteamiento y su ejecución están perfectamente narrados, estructurados y organizados. 
Dirección firme y directa, narrando con rapidez de qué va la cosa y cuáles son sus argumentos. Gran ejecución y una orquestación de vestuario, atrezo y complementos de la solidez que sólo puede patrocinar una empresa como Televisión Española.
Da mucha pena que no se pueda adquirir en DVD. Lo he intentado pero como paquete completo no puede adquirirse.

§ 3.050. Vidas dañadas (Edgar G. Ulmer, 1933)

 

Algo amanerada en el formato, un poco acartonada en la forma de mover la  cámara y en la que se mueven los personajes. Con un blanco y negro excesivamente borroso. No es una buena copia la que he visto. Pero me gusta mucho Ulmer, un director maldito, perteneciente a lo mejor de la generación de primeros europeos en Hollywood pero que nunca llegó a descollar como sus compañeros de generación. No alcanzó el prestigio de Lang o Preminger, ni la influencia de Siodmak.
Su "malditismo" quizá se aprecia muy bien en esta cinta, de temática avanzada para la época, actual hoy en día, pero que rondaba la irreverencia con el Código Hays. La cinta es de 1933 y el código entró en vigor en 1934.
No hay más que verla para comprender por qué fue un director señalado por la industria, que no le confiaba proyectos importantes. Más allá de la historia de amor turbia y barroca en la que se vio envuelto.
Merece la pena verse, no tanto por su brillantez, que no la tiene, sino por la temática y como testimonio de la libertad de un gran cineasta.
Amantes de una noche, bares clandestinos, enfermedades venéreas, lesiones autolíticas. Una temática absolutamente irreverente en el cine clásico que muestra bien a las claras lo libre y valiente que era su director.

§ 3.049. Inquisición (Paul Naschy, 1976)

 

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Voy a ver todas las de Naschy por orden, desde la primera, que es esta, hasta la última, que es de 2010, aunque bien es cierto que llevaba años sin dirigir.
Más interesante que lo que en principio pudiera parecer. Una singular crítica, velada, como no podía ser de otra manera, al deseo, a la pasión, al sexo, a la mujer y su feminidad, al cuerpo desnudo, a la fornicación y a la concupiscencia.
Un intento algo burdo pero que puede entenderse en su contexto social y político: la transición, el destape, la falta de censura.
No me extrañaría nada que los planos abierto se hubieran rodado en Extremadura: ese monte bajo, ese matorral, esa dehesa son muy características, aunque también puede ser el sur de Salamanca, o incluso los montes de Toledo. Pero el canchal de piedra viva se parece mucho a la tierra extremeña.
Muy guapa Monica Randal, muy varonil Juan Luís Galiardo, y muy bueno actores alrededor de una idea común: una cinta interesante, que sólo se explica desde la cinematografía patria, y que ocupa un hueco especial en el cine español, una tendencia que se llamo "terrorfanta", todo junto, en donde se mezclaba un erotismo light, desnudos incipientes, un punto gore y sádico y una reminiscencia histórica muy diluida y fluida. 
El demonio es el deseo, sin más.

viernes, 26 de mayo de 2023

§ 3.048. El espanto surge de la tumba (Carlos Aured, 1972)

 

Producto local que tiene que ser enjuiciado con parámetros estrechos. Se entiende este cine porque lo hemos visto de pequeños, porque nos suena, porque lo soñamos como nuestros terrores favoritos. Pero no es el tipo de cinta que pueda verse pasados los años, envejece mal. 
Una mezcla de erotismo de garrafón con miedo gore algo descafeinado, un pase por algunos sueños de Alan Poe, y una visualización como si se tratase de un videojuego.
Un pastiche, vamos.

miércoles, 24 de mayo de 2023

§ 3.047. Carretera perdida (David Lynch, 1997)

Un cine distinto, muy vanguardista, experimental con las imágenes, rupturista con la estética y rompedor con los cánones clásicos. Sin embargo la trama, la esencia de lo que cuenta, no el cómo lo hace, es tremendamente clásico. Puede ser una historia contada por un cineasta clásico perfectamente. Traiciones, desconfianza, insatisfacción, celos, dinero... un cóctel de tópicos del cine clásico de siempre. 
Mujer fatal incluida, claro.
La presencia de elementos de cine negro es una constante en la cinta. Desde el comienzo, incluso. La casa inicial recuerda bastante -no es la misma- a la de Perdición, ese tipo de casa alta, individual, rodeada de gardenias y árboles semitropicales. Incluso la distribución interior de las escaleras recuerda a la vivienda de la señora Dietrichson. Me ha parecido fantástica la decoración interior, con estilo pero muy moderna. Colores fuertes y materiales muy cromáticos.
Se puede leer que su influencia se apoya en Detour, de Ulmer, y en El Beso mortal, de Aldrich. Pero me parece arriesgado afirmarlo tan categóricamente.
Los actores son Bill Pullman, que está decente pero algo superado por los acontecimientos; Patricia Arquette que está muy bella y enigmática, y el para mi desconocido Balthazar Getty, con una cara difícil de olvidar.
Me llama la atención la parsimonia con la que narra lo que ocurre, lo despacio que hablan, lo lento que se mueven los personajes. No es que lo narre a cámara lenta, es cómo si quisiera deleitarse con los acontecimientos, disfrutar de lo que sucede. Lejos de afianzar las situaciones dramáticas, las estira, las prolonga demasiado, haciendo de ellas algo paródico, o, cuanto menos, incomprensible en la lógica y dinámica expositiva que pretende. Sin embargo, en otros momentos para explicar otras cosas va a una velocidad de vértigo, saltándose numerosos episodios que explicarían qué ha sucedido. Es una forma de jugar con el espectador, naturalmente, pero no es la manera que más me gusa de que me cuenten una historia.
La otra influencia para la historia, también parece muy evidente, proviene de las películas de misterios, de fantasmas, de seres extraños que aparecen con desdoblamiento de tiempo y lugar. Evidentemente su participación no es explicada, ni tampoco se aporta ningún argumento sobre su presencia o influencia.
Es una película que puede verse -no siempre vas a ver lo mismo- pero que es de lo que más me gusta.
 

martes, 23 de mayo de 2023

§ 3.046. El rey del tabaco (Michael Curtiz, 1950)

 

Uno de los grandes éxitos de Curtiz. Reparto de campanillas, trama inteligente, buenos diálogos, guión más que potente y un resultado magnífico. Gran película. Me ha gustado mucho.
La lucha de un hombre contra su destino, contra todos y con su fe como única divisa. Relato de hombre duro, aguerrido, tradicional pero no anclado en el pasado, moderno en perspectivas comerciales pero duro de carácter y seco en el trato. Gary Cooper está sensacional, varonil y potente.
Recuerda inevitablemente a Howard Roack en el Manantial de King Vidor que es del año anterior. Quizá su éxito explique la presencia de Patricia Neal, con quien tiene una química absoluta. Su frialdad con respecto al protagonista es tremendamente similar al del Manantial, hielo y fuego en una misma persona, mujer sensual y dama de alta alcurnia. 
Lauren Bacall juega también un rol muy interesante. Estaba en el momento álgido de su carrera y llenaba la pantalla con solo aparecer en ella. 
La técnica cinematográfica es sólida, luces y sombras dependiendo de la intensidad del momento, encuadres amplios y escenas bien construidas. Bien podría ser una cinta de Dieterle, Hawks, Tournier, etc. No tiene el temple y la escenografía de los expresionistas alemanes, en este sentido es más barroca y recargada, algo excesiva en los detalles, nada minimalista.
Parece ser que se basa en una historia real, una lucha de egos entre magnates del tabaco en el sur de EE.UU. a finales del siglo XIX.

lunes, 22 de mayo de 2023

§ 3.045. Demetrius y los gladiadores (Delmer Daves, 1954)

 

Un peplum de Delmer Daves necesariamente tiene que ser interesante. 
Es una continuación de La túnica sagrada (Henry Koster, 1953), una película mítica en la dinastía de cintas bíblicas.
Ver a Susan Hayward haciendo de Mesalina no tiene precio, con ese pelo rojo al viento, pequeña y enjuta, haciendo un papel de intrigante y dominante arpía. 
Victor Mature está como siempre. Un actor limitado pero muy reconocible, fuerte y grande, ideal para papeles simples y sencillo, con pocos registros interpretativos.
Da gusto ver a Debra Paget, pero no tiene mucho metraje.
También interviene Anne Bancroft, el muy singular Michael Rennie, y Ernest Borgnine.
Estilo de superproducción (contenida en extras y recursos, y supongo que aprovechando material de otras cintas) camina bien y es entretenida. Por momento se ve como una película de aventuras, pero le falta el punto de introspección, de reflexión que tienen otras cintas bélicas. El papel del cristianismo queda relegado por las cuestiones de luchas y el rol principal del protagonista y su afán.
Es muy entretenida.

domingo, 21 de mayo de 2023

§ 3.044. Distrito quinto (Julio Coll Claramunt, 1957)

 

Un año ante de la prodigiosa Un vaso de whisky realizó esta obra, con un cierto tinte y toque propagandista y de control de la moralidad pública. Hay que fijarse en el año, la época más dura del franquismo, con una España todavía muy cerrada y oscura y con un dominio absoluto del espacio público y del arte por parte del régimen.
Sabes cómo va a terminar nada más empezar, pero el planteamiento del discurso es lo que cuenta, y éste está muy bien trazado, muy bien narrado.
Alberto Closas, con esa gabardina que juraría que no se quitó en la vida, Arturo Fernández, Jesún Colomer  y otros magníficos actores de aquella época de gran creatividad del cine español.
Qué pena que no haya una colección de 500 dvd de películas de aquellos años. Creo que hay joyas escondidas y no tan escondidas que merecen la atención de un buen cinéfilo. Como ésta, por ejemplo.
Sería un exceso por mi parte suponer que Reservoir Dogs es una copia o una adaptación de esta obra, pero es tan evidente que tiene formas similares de contar la historia que el paralelismo es evidente. Me encanta esa forma de narrar desde adelante hacia atrás, recuperando matices de la historia tal y como los personajes vivieron los encuentros significativos de la historia.
La trama es interesante, varios hombres han realizado y atraco y están esperando a quien lleva el dinero para repartirse el botín. Es momento para recordar quiénes son, cómo le conocieron y qué opinión tienen de él. Desesperan en la espera, recuperan las vivencias con el que falta y no saben a qué atenerse. Cada uno tiene su sueño, pero cada vez parecen más pequeños a medida que las posibilidades de que vuelva se van diluyendo.

jueves, 18 de mayo de 2023

§ 3.043. Acusado de alta traición (Felix E. Feist, 1950)

 

Una película superinteresante. Tiene aspectos de panfleto anticomunista, es evidente, pero pretende reflejar un hecho absolutamente cierto, la peripecia personal del cardenal católico de Hungría llamado Jozsef Mindszenty. Al parecer tuvo un papel crítico con la invasión nazi de su país y luego, más tarde, también en contra de la invasión soviética. Por ello fue arrestado y torturado, y después de varios años de prisión tra un juicio en 1949 se refugió en la  embajada de EE.UU. en Budapest durante quince años, siempre con espíritu crítico hacia la ocupación rusa de su país. Finalmente consiguió exiliarse y murió fuera de su país.
El cardenal está interpretado por Charles Bickford, un gran secundario, que realmente lo borda. "Nunca entregaré las escuelas al gobierno del Estado", parece que es una de las líneas rojas que no quiso franquear.
El periodista es Paul Kelly, y la chica húngara que duda de todo pero que tiene fe en su país es Bonita Granville.
La copia que tengo no se ve del todo bien, pero es interesante como documento gráfico y testimonio político.
Me ha parecido interesante, sin más. Sobre todo por la perspectiva realista que aporta del horror del comunismo en otro país. Porque si en el propio país es un régimen oprobioso, en país ajeno debió ser brutal, en todos los sentidos.

§ 3.042. El parador del camino (Jean Negulesco, 1948)

 

Pues cine negro de altura, lo que hacía Negulesco en sus primeras películas. Con una Ida Lupino absolutamente magnífica, atractiva, segura de sí misma, algo oscura y con un fondo de maldad que la hace más sugestiva. Y además canta, mal, pero canta, de manera triste para canta. No tenía una cara especialmente agraciada, y ni siquiera podía encuadrarse en el grupo de mujeres bellas del Hollywood clásico (era muy delgada y con largas piernas), pero tenía un glamour, una forma de moverse y comportarse muy singulares, como con mucha atención, como si esos ojos grandes y luminosos que tenía fuesen a incendiar la habitación en la que se encuentra. En otra liga juega su voz, algo metálica y cascada por la ingesta masiva de cigarrillos y alcohol.
Cornel Wilde tan varonil y tan poca personalidad como siempre. Esa cara marmórea similar a la Victor Mature. Aquí es el pardillo, el chorlito, el tontín... pero lo hace bien.
Una guapa Celeste Holm y el pérfido Richard Widmark, capaz ya de encarnar a ese tipo de personaje complejo, antisocial y nada solidario con los seres humanos que le circundan.
Llama un tanto la atención la forma de arrancar la cinta, desde el inicio va directo a la cabeza, sin tregua, sin concesiones. Indudablemente es un efecto pretendido para que la cinta dure más y el espectador pueda cuestionarse cuál es el pasado de la mujer recién llegada. El resto del guión es previsible, pero no aburre y por momentos es intensa y refrescante.
Me ha gustado mucho.

miércoles, 17 de mayo de 2023

§ 3.041. Más rápido que el viento (Robert Parrish, 1958)

 

Interesante propuesta de Western clásico con triángulo amoroso al fondo, hermanos muy distintos enfrentados en el fondo de las perspectivas de vida tan distintas que tienen y un escenario de violencia soterrada como escenario en el que se desenvuelven pasiones y resentimientos.
Los papeles están muy bien caracterizados: el nervioso e irascible, el responsable mayor que cuida de todo, la camarera que ve una oportunidad en esta nueva vida que se le ofrece.
Es algo previsible, pero funciona y se deja ver. Robert Taylor está estupendo, y Julie London (que supongo que es la cantante) está comedida y cauta, serena y enamorada, y defiende bien su papel de mujer con pasado oscuro y muchas conchas en la vida.
John Cassavetes, que siempre he considerado un actor algo escorado hacia la hipérbole  y la caricatura de sí mismo, funciona bien en el papel histérico que le toca defender, exactamente igual que el que juega en Código del Hampa. Actor impactante, muy gestual pero, a mi juicio, bastante limitado. 
De Parrish ya he visto varias cosas, y me parece un director interesante, de rango medio pero prolífico y muy asentado en la industria.
La película está bien, pero no llega a las cotas de otras cintas del Oeste.

martes, 16 de mayo de 2023

§ 3.040. 37 horas desesperadas (Michael Cimino, 1990)

Penúltima cinta de Cimino, la que probablemente se le condenó al obstracismo en la industria definitivamente.
Con esta las he visto todas, las buenas: Un botín..., El cazador; las mediocres: La puerta, Manhattan..., El siciliano; y las peores: ésta y al cazador de sol.
Siete cintas en total con resultado discreto. Una obra verdaderamente cumbre, y unas cuantas medianías que ni fu, ni fa. Se pueden ver, pero poco aportan. 
Ésta en concreto es bastante normalita. Comienza bien, con dos historias paralelas que antes o después se juntarán y explicarán por qué de la historia doble. Pretende ser un remake de Horas desesperadas de William Wyler de 1955. Es casi una ofensa. Pero cosas peores se han viso y se han rodado.
Es un producto a medio camino entre el blockbaster, y el cine de autor que no puede funcionar bien. Entre una búsqueda desesperada de la taquilla y la afirmación de sí mismo como autor de una época, como exponente cualificado de una generación.
Es de esas que considero de un solo visionado.

lunes, 15 de mayo de 2023

§ 3.039. Golpe audaz (Don Siegel, 1980)

 

Una de las últimas de Siegel, la última ya la vi hace relativamente poco tiempo, seis meses quizá. 
La chica es Lesley-Anne Down, actriz más de televisión (Dallas, Norte y Sur) que de cine. Con esa atracción moderna, con hombreras, cuerpos estilizados y cara huesuda. Burt Reynolds apuraba los mejore años de su carrera con papeles en los que hacía de hombre duro y galán neoromántico. Su encanto varonil ya se había ajado, arrugas y un cuerpo ya no tan atlético como antes lo atestiguan.
David Niven da el caché de entidad a la cinta, también apurando sus últimas películas, pero excelentemente conservado. Con la apostura y la galanura de toda una generación. Un actor venido a generalista desde la excelencia, por el que habían pasados los años y habían dejado huella pero que mantenía el estilo y el glamour como grandísima estrella que fue.
Un tono de comedia ligera, casi de situación, para contar una historia de robos que no llega a dar en la tecla con toda su intensidad. El genio se había acabado, como a otros tantos directores que siempre creen que les queda una última cinta pero que no es así. 
Se puede ver, y de hecho entretiene durante un rato, pero es un poco larga y para contar lo que tiene que contar no es necesario que invierta tanto tiempo. Con 90 minutos redondos hubiera bastado. Le sobran 20, cuando no 30.
Además la relación de amor que pretende construirse no funciona. Recuerda por momentos a Atrapa un ladrón, pero no tiene nada que ver con aquella. Ni en glamour, ni en los paisajes, ni el tono optimista y vitalista de la obra de Hit. 

domingo, 14 de mayo de 2023

§ 3.038. Los crímenes del museo de cera (André De Toth, 1953)

 

Me parece de una modernidad sorprendente. Tiene ese toque de las películas de siempre, de aquellas que no pasan de moda, o, por mejor decir, de aquellas que marcan la moda, los estilos, las formas de hacer las cosas.
No sólo en el color, que es estupendo, sino en la forma de abordar la sucesión de historias dentro de la principal. Encajan absolutamente, con facilidad y sencillez. Incluso la música acompaña de verdad.
Que el protagonista es una antecedente de Fredy Kruger no parece que sorprenda a nadie, pero si nos fijamos en su ropa apreciaremos el estilo que tiene, pudiendo ser perfectamente actual: el color negro, el sombrero de ala ancha, la capa a mitad de camino entre una capa española y un gabán argentino, de esos que sirven para cuidar vacas.
Las sombras de la noche, los cambios de ritmo, la profundidad de cámara, y los ruidos y sonidos hacen que la sensación en los momentos climáticos sea agobiante, experimentando desasosiego, intranquilidad y un cierto malestar. Supongo que al lado de las películas de terror actuales, llenas de sangre, sustos y efectos dramáticos el miedo de ésta queda anticuado, casi vintage, incluso infantil y melodramático, pero la cinta está perfectamente organizada, no pierde su interés en ningún momento y es de las recordadas por años.
Me ha encantado.

sábado, 13 de mayo de 2023

§ 3.037. Solo ante el peligro (Fred Zinnemann, 1952)

 

Me parece una película extraordinaria. La vi hace veinte y dos años, en otro lugar, en otra vida, quizá con la misma mirada felina, y me llenó mucho, sobre todo la valentía del hombre que se enfrenta a su destino, pase lo que pase.
Ahora, 3000 películas después, descubro otras lecturas. Para empezar puede leerse en clave feminista, porque la participación de la chica en  el desenlace tiene su importancia, pero, sobre todo, debe leerse como un relato de la cobardía de un pueblo frente a los malos. Me ha recordado mucho a lo que en este país ocurrió con ETA y el silencio, a veces cómplice, de muchos ciudadanos vascos, que bajo el cómodo manto de "eso no va conmigo" aguantaban auténticas ignominias, como por otra parte sucede ahora con sus herederos. No me gusta la política, pero es una situación idéntica.
Por otro lado no entiendo que no pueda gustarte esta cinta y también Rio Bravo, que parecen dos arquetipos de hombres totalmente diferentes. 
A mi me gustan las dos. Cada una en su estatus y en su nivel, pero me gustan las dos.

viernes, 12 de mayo de 2023

§ 3.036. A sangre fría (Juan Bosch, 1959)

 

Noir español en plena dictadura. Con todos sus problemas, entre ellos la censura, y siempre a la rémora de las grandes producciones americanas.
Arturo Fernández, tan galán y tan guapo como siempre y un Carlos Larrañaga varonil y sumamente arrebatado en su rol de pardillo del grupo.
Es la historia de siempre, contada desde la necesidad y los sueños de una España en blanco y negro, una noche peligrosa y unas mujeres no tan fatales como las americanas porque tenía la falda más larga, menos escote y menos morbo. No se mueven tanto y sus besos no son tan delictivos.
Retrato sencillo de una época, nada realista, y algo idealizado del crimen y de los criminales. Pero es evidente que no puede salir bien el asunto.
Me ha gustado mucho la banda sonora de Jazz que acompaña toda la cinta, a cargo de José Solá. Probablemente no sean composiciones suyas, sino retazos de piezas o canciones adaptadas a la dinámica de la escenografía. Es realmente brillante. El jazz nunca ha sabido sacudirse esa monserga de ser la música del crimen, del delito, de la marginalidad, de la violencia, de la negritud, incluso de una cierta lucha de clases. Pero ese es otro debate.
Tiene un desarrollo algo convencional, y es muy previsible. Pero da gusto ver películas bien hechas, con dedicación, bien trazadas desde el principio. Primera película que veo de este autor.

jueves, 11 de mayo de 2023

§ 3.035. Una mujer depravada (Russell Rouse, 1953)

 

Interesante propuesta de un arquetipo de feminidad tóxica, prácticamente delictiva. La verdad es que tiene algo de Fuller, de la película "Una luz en el hampa" que tanto me ha gustado siempre.
El punto de 'chica platino' sí lo tiene la protagonista, pero con más brusquedad y menos clase que otros modelos similares. No tiene la clase ni el estilo necesario para cotas mayores, pero sí el cuerpo, la desesperación y la ambición necesaria para hacer lo que tengan que hacer para llegar a no se sabe muy bien dónde.
La chica es Beverly Michaels, mujer guapa dónde las haya, sensual y erótica hasta la perdición. Fue la segunda mujer del director, 
El pardillo es Richard Egan, que naturalmente no ve más allá de sus  narices.
La cinta está rodeada de una sensualidad interesante, con un punto de sordidez y malicia nada sutil. 
No sé muy bien qué es eso de una película de culto, pero esta tiene todas las papeletas para serlo: la temática, la música, el blanco del vestido de la chica, la sordidez de la temática.
Me ha gustado mucho.

miércoles, 10 de mayo de 2023

§ 3.034. La mansión encantada (Robert Wise, 1963)

 

Muy de su época. Fenómenos anormales, espectros, fantasmas, llaves de otro mundo, contactos con seres de otros mundos, paranormalidades, etc.
Parece que a Wise estos temas le gustaban, no sé por qué lo pienso, pero me parece que era un director muy auténtico, que sólo abordaba proyectos que le interesaban verdaderamente. Las dos vidas de Audrey Rose (1977) que la hizo más tarde es buena muestra del interés que tenía por esos temas.
Lo más interesante de la cinta es cómo se maneja la cámara, como intenta provocar tensión y miedo con los cambios de planos, con los enfoques, con el blanco y negro, con las sombras, con los planos de arriba hacia abajo y al revés, de abajo a arriba.
Papel aparte merece el tratamiento de los ruidos, el sonido y las inflexiones de voz. 
Muy interesante es el estudio de las diferentes motivaciones que han llevado a los diferentes personajes a acudir a la casa. La insegura que cree tener una conexión especial con lo sobrenatural, el sobrado universitario que acude al experimento como si fuese a un picnic, el estudioso que cree poder controlarlo todo, y la mujer que va a no se sabe qué, pero que está claro que algo oculta en su pasado (¿lesbianismo?).
Una cinta muy interesante, que seguro fue un éxito rotundo de público y crítica. Además estoy convencido de que ha tenido mucha influencia en el cine posterior que trata esta temática.

martes, 9 de mayo de 2023

§ 3.033. Hijos del espacio (Jack Arnold, 1958)

 

Una de las más célebres de Arnold. Un verdadero mago de la ciencia ficción, entre otros géneros.
Un planteamiento bastante sencillo pero eficaz, sin pretensiones científicas ni explicaciones técnicas. 
Los niños tiene algo demoníaco en su ser, en la forma en la que miran, en la manera en que se mueven. No parecen ser de este mundo. Y ese miedo es el que pretende enfatizar el director, claro. No me gustan las películas en las que los niños son los protagonistas, y menos las de miedo. Sé que es irracional, y que es tan buen recurso dialéctico y estilístico como cualquier otro, pero me suelen desagradar. Y esta no es una excepción. Las partes en las que son protagonistas se me hacen largas y las entiendo como una espera de las partes buenas, las que sostienen auténticamente la trama.
Es evidente la propuesta contracultural que pretende, el dominio de los niños de las situaciones, influyendo en la debilidad de los adultos. Son ellos los que controlan y dominan el escenario, las situaciones y ejercen el control, mientras que los adultos no saben qué hacer.
Es claramente una película de relleno, de Serie B en dobles sesiones en los cines de verano, pero tiene su gracia ver estas obras. Son imaginativas, entretienen y te forman en una cierta cultura cinematográfica.
No es 'cansina' ni pretenciosa, juega con el miedo de las gentes en el momento en el que se rodó -plena guerra fría-, básicamente el terror nuclear y sus derivaciones. Otra de las bazas que juega es la de la telepatía, muy de moda en aquellos años, incluso en el ámbito militar.
Parece tener algunas lagunas de guión, especialmente en la continuidad de la historia principal, como si hubiera tenido más metraje y hubiera sido cortada para encajarla en el formado pequeño, el que paga menos impuestos.

lunes, 8 de mayo de 2023

§ 3.032. The Sunchaser (Michael Cimino, 1996)

 

Última película de Cimino, que desde ese año hasta 2016 cuando murió no volvió a rodar ninguna otra película. Veinte años, casi nada.
He visto todas las suyas excepto "37 horas desesperadas" que probablemente será la peor. Ésta está considerada como un poco pesada, un cierto 'leñazo', larga y 'pesadota'. 
Su planteamiento es interesante, da espacio y tiempo para tratar de cosas que importan. Los personajes están bien definidos, y no tiene mala presentación. Pero, la verdad, con el paso de los minutos se hace intrascendente, no te mantiene alerta, no es capaz de hacerte entrar en ella de manera rotunda y definitiva.
Algunos pasajes retrospectivos aclaran algunas cosas y evoluciona con fidelidad a su pretensión. 
Entretiene y pretende dejar un mensaje, pero naufraga en el cómo. Sí es cierto que dice cosas, pero podría decirlas de otra manera, de forma más eficaz.
La carrera de Cimino es peculiar, interesante y errática, algo anárquica y con poso respaldo de la industria y el público. Sus principios fueron lo que se dice prodigiosos, pero luego no fue capaz de organizarse para ser un director de prestigio con solvencia y con entidad. Se perdió en sí mismo a partir de La puerta del cielo y a partir de ahí nada volvió a ser igual. Ni para él ni para la industria, que con ese fracaso mató la posibilidad de producir obras independientes llenas de vigor y la energía que patrocina la vertiente más independiente del cine de autor.
No es una cinta que merezca la pena. Y, desde luego, no es una cinta que volveré a ver.

domingo, 7 de mayo de 2023

§ 3.031. La telaraña de cristal (Jack Arnold, 1953)

 

Supongo que las películas de cine negro son buen aprendizaje para el oficio de director. Esta cinta es el debut de Arnold detrás de la cámara. Antes de ser reconocido como un director magnífico de películas de ciencias ficción y rodar excelentes western (pero excelentes, excelentes) hizo cosas como esta. No me extrañaría que sus inicios fueran por el despido de algún otro director o como pago por la realización de otros trabajos (segundas unidades, montador, director en la sombra, cosas para la televisión, etc.)
Es una cinta clásica de cine negro. Un pardillo, una mujer fatal, un enredo, dinero, violencia... un poco lo que se espera de una historia encuadrada en este género.
Muy interesante el papel de Edward G. Robinson, en un papel un poco antagónico de los clásicos suyos (esta vez es el malo), pero el papel estelar es el de John Forsythe, en uno de sus primeros papeles (aunque ya había hecho muchas televisión).
Kathleen Hughes es la mujer fatal, pérfida, materialista y sin escrúpulos, como se supone que eran esos cánones. Y la antagonista buena es Marcia Henderson, una belleza muy conocida, suave y maternal.
Me ha gustado, se deja ver, funciona perfectamente y tiene el cúmulo de enredos suficientes para mantenerte entretenido. Además el trabajo de guión es realmente brillante.
Un buen resultado.

§ 3.030. Suave es la noche (Henry King, 1962)

No me gustó la novela. Bueno, no la terminé, la dejé a medias. No me gustaba el ritmo en el que se manejaba. Tengo que volver a intentarlo con Fitzgerald, es el único 'americano' célebre de los primeros treinta años del SXX al que no le he dedicado tiempo. Ahora, por ejemplo, estoy con la trilogía USA de John Dos Pasos. Pero Suave es la noche es una novela que no ha conseguido subyugarme lo más mínimo, tengo que volver a intentarlo con alguna traducción diferente. A lo mejor ese era el problema.
El propósito de la película es realizar una descripción de la novela. No creo que haya muchos cambios en relación con la novela. Imagino que es un retrato fiel, con los mínimos cambios necesarios para que la cinta funcione.
A King le debería gustar mucho Fitzgerald, ya hizo una película que era una especie de biopic del novelista: Días sin vida (1959), con una Bárbara Kerr absolutamente irresistible.
No sé si los años veinte eran desenfrenados o sencillamente irresponsables. Aquí parece deslizarse la idea de la falta general de preocupación por las cosas, por los problemas de la vida, por lo que ocurre alrededor de las personas con tanto dinero como para que todo, absolutamente todo, les sea indiferente. Nada toman en serio estas personas de la 'gente guapa', nada les preocupa, nada les retiene a la vida, nada les hace tener apego a otras personas. La vida es un juego para ellos.
Y, sin embargo, tras esa fachada perfecta se esconden necesidades afectivas, problemas con el alcohol, asuntos sucios de familia, negocios turbios, inseguridades personales, manías y relatos feos sobre ellos mismos. Entre ellos los celos.
Jennifer Jones está perfectamente caracterizada, su papel es difícil y cada vez que la veo en alguna cinta me convenzo de lo buena actriz que es. Pero el que me ha sorprendido absolutamente es Jason Robards. No es que no le considerase una gran actor, que lo considero, es que en esta cinta está salvaje, desatado, intuitivo y sagaz, da con el tono, las expresiones, el discurso, la alegría y la melancolía imprescindible para un personaje como el que desarrolla.
La introspección psicológica es quizá la parte peor desarrollada, la que tiene menos interés real, la que tiene la grieta más grande.
Parece que todo se conecta con su devenir, y, sin embargo, la vida se abre camino por otro lado, caminando hacia otros derroteros. 
Lo verdaderamente interesante de la cinta es la pulsión entre lo que siempre quisiste ser y lo que al final has conseguido. Porque si lo que eres no tiene nada que ver con aquello que planeaste es difícil vivir con uno mismo. La honestidad con uno mismo es la clave de la vida, y si sigues esa directriz nunca fracasas, todo lo contrario.
El color de la cinta es el de la época, la música acompaña, aunque falta algo de Jazz, me la imaginaba más loca en ese sentido, y los personajes secundarios están divinos. Pero dura dos horas y veinte minutos. Y aunque están llenos de cine se me han hecho un poco largos.

jueves, 4 de mayo de 2023

§ 3.028. Rosaura a las diez (Mario Soffici, 1958)

 

Está considerada una película magnífica, con una gran nota en todas las plataformas dedicadas a la catalogación de películas. Una de las cintas más importantes del cine argentino y una de las mejores de cine negro.
El propósito es bueno, y la confrontación de intereses también. Los diálogos rápidos y vivaces, y la escenografía general parece interesante. A medida que avanza muestra más interés, del mero costumbrismo pueblerino, cerrado y tradicional camina hacia aspectos más sombríos de las existencia humana. La envidia, el cotilleo, la maledicencia, el cotilleo y la mendicidad moral invaden la casa y la existencia de todos los personajes femeninos. En los masculinos predomina la envidia, el no saber qué ocurre, el desconocer qué pasa. El retrato de las mujeres como indeseables es magnífico, el de los hombres como cotillas muy certero.
La trama se va enredando como esas conversaciones estúpidas en las que no se sabe muy bien de qué se está hablando pero se tiene plena constancia de que el discurso se deteriora a cada minuto que pasa. 
La cinta tiene una mezcla de Laura (Otto Preminger, 1944) y de La mujer del cuadro (Fritz Lang, 1944), películas que necesariamente tuvo que ver el director, pues llevaba años rodando cintas y además instituyó una asociación de cineastas argentinos. Vamos, que era un hombre de cine.
Mantiene un formato interesante, con secuencias largas que explican las cosas y se encadenan.
Me ha gustado mucho, es muy interesante el estudio de los personajes y la trama te atrapa en un no sabe qué va a ocurrir.

miércoles, 3 de mayo de 2023

§ 3.027. Cualquier día en cualquier esquina (Robert Wise, 1962)

 

Una historia de amor adulto, en un mundo de Jazz, estética de cine negro y barrios Neoyorkinos. 
Un antológico Robert Mitchum y una muy decente Shirley MacLaine componen el plantel principal. A él le tengo por un actor espléndido, a ella por una mujer vivaz, de mundo, capaz de llevar a buen puerto personajes sencillos y vivarachos. Mitchum tiene el poso clásico y la hombría y virilidad escrita en la cara y en el cuerpo, en los movimientos, en las miradas, en el peso de la culpa por no se sabe muy bien qué. MacLaine pertenece a otro mundo, a otras formas, otros interesantes, el yoga, la meditación, amores extraños y más psicoanálisis que introspección, pero es una actriz impresionante, convincente y con muchos registros.
Tengo a Wise como el último estilista, el artesano final, el hombre que une a la industria clásica con el cine de los años ochenta, que une a John Ford con Scorsese, por decirlo gráficamente.
Esta cinta no es de las más célebres del director. Una historia de amor convencional sobre seres solitarios. Estoy por apostar algo a que José Luis Garci la tuvo muy presente cuando rodó Asignatura aprobada. Y también me recuerda a la historia de Pollack que más me ha gustado: Tal como éramos.
El estudio de los personajes es algo pretencioso, algo simple y poco verosímil, pero interesante. 
Me ha gustado mucho la música, de Andre Previn, con una canción que se repite como banda sonora en acordes de Jazz absolutamente maravillosa. También es noticiable la fotografía de las calles de un Nueva York nocturno y algo crepuscular.
Los diálogos están muy trabajados, son profundos e inspiran sinceridad y cordialidad.
La historia de amor evoluciona con verdadero interés, poco a poco y sin prisas. Por momento es enternecedora, a veces cruda, otras ingenua. Se me ha hecho un poco larga, dos horas para dos personajes quizá es demasiado.

lunes, 1 de mayo de 2023

§ 3.026. Scaramouche (George Sidney, 1952)

 

Un clásico de capa y espada, probablemente uno de los más célebres. Lo tiene todo para ello. El galán, el lujo, la chica guapísima, los duelos, la trama, el color y todo lo que se espera de una cinta de aventuras en el siglo XVIII francés.
Notable la interpretación de Stewart Granger con un punto de cinismo y locura de lo más divertido, y la guapísima Eleanor Parker, más guapa que nunca, siempre sospechosa de estar en el mundo del cine por su belleza, no por su talento.
Ver a Mel Ferrer haciendo de malo no es gratificante, me da un poco de mal fario. Janet Leigh tiene un papel discreto, sencillo, un poco amanerado, lo que se esperaba.
El contexto político sirve de excusa para la trama, pero no tiene un tratamiento directo. No es exactamente un MacGuffin, pero se le parece. Es una película de aventuras, no política. 
La música acompaña, pero lo que verdaderamente merece una nota especial es el vestuario, todo un repertorio de colores, formas, estilos. Un dispendio absoluto.
No se hace pesada, a pesar de durar dos horas. 
Quizá fue el éxito más grande de su director, que no le tengo por un director imprescindible, aunque ésta sí fue una obra redonda. También había rodado unos años antes una versión de los tres mosqueteros.

§ 3.378. Los ojos de la noche (Jesús Franco, 1970)

  Algo hay que reconocerle a Jesús Franco, la capacidad de montar proyectos, películas, y lanzarlas al mercado. Le tengo fichadas 156 pelícu...