No la recordaba tan larga, ni tan simple. La tenía por más compleja, en las relaciones entre los personajes, en la trama hacia el dinero, en su planteamiento estético. 150 minutos son muchos para tan poca sustancia. Ni siquiera la crueldad está bien matizada, bien expresada, es sencilla, vulgar, basta, como de andar por casa, todo muy normal. La cotidianidad del mal, podríamos decir. Me he fijado en Eli Wallach con detenimiento, y este tipo de papeles le van estupendamente, están hechos para él. La música, todo un clásico, y la estática general muy lograda, en su género, pero lograda.
Lev Stepanovich era un contador de historias ciego que la abuela de León Tolstoy tenía a sueldo en la casa familiar. Era legendaria su capacidad para contar cuentos... manipularlos, hacerlos una y otra vez de manera diferente... Eso pretende este Blog, contar cuentos... de manera creible.
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