domingo, 10 de marzo de 2019

§ 1.585. La nave del destino (Clarence Brown, 1952)

Entretenida película de aventuras con un trasfondo histórico cierto, la llegada del Plymouth a América y todo lo que ello supuso, que, según cuentan, partió de un engaño, porque les desembarcaron en un lugar cien millas al norte de donde había acordado por una trampa del patrono del barco para adquirir una compañía contraria. No sé si será verdad, aunque no me extrañaría, en absoluto.
La mezcla de personajes y caracteres variopintos que se enrolaron en esta peculiar aventura pretenden ser bien reflejados en la cinta, pero no es su objetivo. Más allá de la personalidad del Capitán del barco, sobre arisco y adusto, acostumbrado a transportar materiales y no personas.
Un Spencer Tracy en su linea de hombre maduro seguro de sí mismo y una guapísima Gene Tierney en la última película de un gran director, uno de los que transitaron del mudo al sonoro con facilidad y éxito. He leído en Wikipedia que fue nominado a seis Oscar y no ganó ninguno. Es el tipo de director que tengo que frecuentar más a menudo. De hecho es la primera película suya que veo, aunque tengo Ana Karenina, que tendré que visionario en breve.
Fue el gran valedor de Greta Garbo, una de las actrices más icónicas de todos los tiempos.

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