lunes, 25 de marzo de 2019

§ 1.598. El gran Jim McLain (Edward Ludwig, 1952)


Película claramente propagandística. De 1952, época muy peculiar, guerra fría en su momento más álgido.
No pensaba que Ludwig participara de este apelare, pero mira, seguro que tenía que comer. Era un ruso llegado a EE.UU. para rodar películas, como otros tantos. 
El mensaje es inequívoco, durísimo, pétreo. No se puede perder ni un solo minuto en la búsqueda de los fieros comunistas, ni siquiera en Hawai, a donde se dirige Wayne a buscar malos. Allí conoce a Nancy Olson, gran actriz muy conocida por su participación en Sunset Bulevar, de Wilder, en la que hacía de ingenua telefonista, o secretaria.
En esta está más madura, más guapa, segura de sí misma y menos candorosa, menos ingenua, menos idiota.
No tiene mucho más que ver. Bueno, ni siquiera tiene algo a lo que agarrarse. La verdad es que las otras suyas que he visto: El último Gánster (1937); Batallón de construcción (1944) y El Gavilán pistolero (1963) no me han parecido nada del otro mundo, quizá la de Batallón sea más o menos visible, pero las demás no merecen la pena, bajo ningún concepto.
Debía ser un hombre de la industria, un director que rodaba en la época en la que se rodaba a todas horas, toda clase de temáticas, con toda clase de actores, en todos los días de las semanas... produciendo centenas de películas para un consumo masivo de cine, consumo industrial.

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