jueves, 31 de diciembre de 2020

§ 2.213. Nixon (Oliver Stone, 1995)

    Me encantó la primera y única vez que la vi, probablemente hace más de 20 años. La radiografía del poder en estado puro, maniático y obsesivo. Muestra un maníaco de la política, un hombre carcomido por una pasión desproporcionada por la política, por el mando, por el poder. Aunque también ha pasado a la historia como un político sucio, sinceramente no más que los demás -imagino e intuyo-, deshonesto, que operó con multitud de tejemanejes en los que se vio atrapado -como una tela de araña peligrosa y venenosa- y que carecía de cualquier límites moral y ético en la lucha política, tanto con los contrarios como con los propios, tanto con sus enemigos como con sus contrincantes.
    El manejo del flashback es magistral, en ningún momento dudas en qué época están, y teniendo presente el salto cuantitativo de años -más de 18 desde la primera campaña electoral para la presidencia -con 47 años- hasta la dimisión del cargo de Presidente de los EE.UU. por el escándalo Watergate.
    Me ha parecido soberbia la interpretación de Anthony Hopkins, sobresaliente, llena de matices, pero la de su mujer, interpretada por Joan Allen no se queda atrás.
     La insinuación de que conocía, o al menos intuía, que Kennedy iba a ser asesinado no creo que se ajuste a la verdad. Es una hipótesis descabellada, sobre todo porque por mucho que le odiara, pasarían varios años -demasiados- para cocinar una venganza, y, sobre todo, porque tenía a otro Kennedy contra el que luchar, por lo que el asesinato del primero no le garantizaba nada, porque quedaba un segundo contra el que luchar.
    La entrevista con Edgar Huber sí parece más verosímil, más probable y posible. Y el apoyo del FBI de manera directa, y más probablemente de manera indirecta, sí parece veraz, así como el contacto con la mafia. Desde luego los apoyos más sucios que se podían recabar.
   Un reparto de absoluto lujo: Anthony Hopkins, Joan Allen, James Woods, Paul Sorvino, Bob Hoskins, J.T. Walsh, E.G. Marshall, Ed Harris, Powers Boothe, David Paymer, David Hyde Pierce, Mary Steenburgen, Tom Bower, John Diehl, Kevin Dunn, Madeline Kahn, Saul Rubinek, Larry Hagman, Annabeth Gish, Tony Lo Bianco, Dan Hedaya, Joanna Going, Tony Goldwyn, Edward Herrmann, Marley Shelton, Ric Young, Bridgette Wilson, John C. McGinley, Michael Chiklis, Bai Ling, Angie Gray, Alexander Butterfield.
    El guión, notable y probablemente muy fidedigno ante los acontecimientos históricos, es obra del propio Oliver Stone,  junto con Stephen J. Rivele y Christopher Wilkinson. La música es de John Williams,  poco invasiva y únicamente dedicada a acentuar y subrayar algunos aspectos sicológicos, como la soledad o la amargura. La fotografía es de Robert Richardson, que no me suena especialmente.
    Un metraje largo que no se hace excesivo si te gusta la temática y entiendes algo de lo que ocurrió con él en aquellos años y en aquellas circunstancias.

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