martes, 15 de diciembre de 2020

§ 2.170. Delitos y faltas (Woody Allen, 1989)

    Una película de Woody Allen, en toda la extensión de la palabra. Brillante, chisporroteante, inteligente, mordaz, tensa y con muchísima retranca. Me ha encantado. Me encanta la ciudad, el color que proyecta, la 'tranquilidad' que respiran sus parques. Muy interesante la relación que mantiene con su sobrina, sobre todo porque la lleva al cine y le compra libros de fotos de Nueva York.
   Problema de adultos planteados como adultos. La infidelidad conyugal y sus consecuencias. El sexo, la pasión y la confianza en sí mismo.
    Su hermana, la madre de su sobrina, ha sido chuleada por un chulo de discoteca. El hermano de su mujer, gran productor de televisión, quiere que rueden una película de su vida para la televisión. Woody hace la película por dinero, para financiar su propia película sobre el sionismo. Y un oftalmólogo famoso tiene una amante, y se lo comenta a un paciente, que es hermano de la mujer de Woody. El oftalmólogo pide a su hermano que le ayude a librarse de su amante. El hermano le propone suprimirla... Mientras se ruede la película Woody se enamora de la asistente de producción (Farrow) que ayuda a filmar la cinta.
    Si hay una falta y profundo arrepentimiento puede haber perdón, le dice el rabino al oftalmólogo. Él duda si pedir perdón a su mujer o decirle al hermano que se encarga de ella. Es, ciertamente, una vida humana le dice el rabino. Toma la determinación y finalmente es asesinada, pero el amante acuden la casa de ella y la ve en el suelo, muerta. Pretende llevarse los objetos personales que le incriminarían en el crimen: cartas, libros, etc.
    El sentimiento de culpa le castiga, le corroe, no le deja respirar ni dormir. Es todo un mar de dudas. Vuelve a casa y el teléfono suena en medio de la noche, como otras veces, sin que nadie conteste al otro lado de la linea, como solía hacer la Angelica en otras ocasiones, amenazándole indirectamente.
    Paralelamente el intelectual judio sobre el que se está haciendo la película se suicida, con lo cual el reportaje que estaba realizando queda en el limbo. No se sabe qué hacer con él. Convertirlo en púas de guitarra dice Woody. 
       La policía está tras la pista y entrevista al oftalmólogo. Ha sido paciente suya y que le ha llamado varias veces a la oficina y a su casa. Él se pone nervioso, obviamente, y le muestra sus dudas a su hermano, que está más acostumbrado que él a esto. Sutilmente le amenazó con liquidarlo si confiesa a la policía. Está perdiendo los nervios, con su familia y en sociedad. Se avizora un desastre monumental...
    Es un estudio sobre las diferentes formas de plantear la infidelidad, una más violenta y con sentimiento de culpa, y otra menos virulenta pero menos satisfactoria. Mientras que la forma trágica por lo menos sí ha sido vivida, la forma sencilla, tranquila y serena ni siquiera llega a consumarse. Una infidelidad es en acto, la otra en potencia. Una real, la otra soñada. Una es un delito, la otra una falta.
     Lleno de frases ingeniosas: Comedia es = tragedia + tiempo. Le quiero como un hermano, como Cain a Abel. Un desconocido defecó encima de mi hermana. Dios es un lujo que no puedo permitirme. Logré librarme del mundo real y ahora me ha alcanzado. Mi exmarido y yo nos enamoramos a primera vista, debí echarle un segundo vistazo.
    Un guión, como todos los suyos, magníficos, una dirección firme y un reparto de lujo: Woody Allen, Alan Alda, Claire Bloom, Anjelica Huston, Mia Farrow, Martin Landau, Jerry Orbach, Caroline Aaron, Sam Waterston, Joanna Gleason, Martin S. Bergmann, Jenny Nichols, Daryl Hannah, Zina Jasper, y Frances Conroy. Me han gustado mucho tanto Alan Alda, como siempre, y especialmente Martin Landau y Angelica Huston. Nunca pensé que Landau podía tener estos registros. Angelica sí la recordaba en otras de Allen y sí la tenía acreditada an estos registros, pero Landau me ha sorprendido.
    Se podría hacer una película sobre las películas que salen en las películas de Allen. Antiguas y clásicas.

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