sábado, 21 de noviembre de 2020

§ 2.121. El alquimista impaciente (Patricia Ferreira, 2002)

    Un thriller español, con un reparto decente: Ingrid Rubio, Roberto Enríquez, Chete Lera, Adriana Ozores, Miguel Ángel Solá, Jordi Dauder, y una directora desconocida para mi: Patricia Ferreira, directora de siete películas y tres documentales. Javier Navarrete pone la música, muy bien elegida y trabajada. También interviene Nacho Vidal como ruso que conoce a la chica desaparecida, una ucraniana de 180 con pelo rubio y sensualmente muy activa: prostituta al servicio del ruso.
    Dirección serena, nada particular, con mucho guión, una historia de amor soterrada entre los dos guardias civiles, chico y chica, que llevan el caso. Ella escucha un disco de Chet Baker que le ha regalado ella. La actriz mejor que el actor.
    Un ingeniero de una central nuclear aparece muerto en la cama de un hotel con indicios de haber practicado un juego sexual peligroso. Después de analizar el caso se llega a la conclusión de que ha sido un accidente. La chica, probablemente una prostituta, cuando constató que falleció por un ataque al corazón se larga sin dejar huella. El caso se da por archivado.
  Meses después aparece una chica asesinada en unos montes del Pirineo. Los guardias civiles creen que los cadáveres pueden estar relacionados, que la chica podría haber sido con la que practicó el juego sexual que le llevó a la tumba. No hay una explicación racional para el comportamiento del ingeniero, nada que pueda explicar el homicidio o el asesinato. Llegan a Málaga donde vive el ruso que denunció la desaparición de la chica. El ruso colabora, le da su número de teléfono y dice estar a disposición del policía. Estaba, al parecer, enamorado de Irina, y al identificar el cadáver parece estar muy afectado. 
    La mujer del fallecido parece tener una actitud distante, sobre todo cuando se le pregunta sobre la cantidad de dinero que habían ganado los años anteriores ambos miembros del matrimonio, pues las mismas empresas que pagaban al marido pagaban las traducciones que ella realizaba, pues ese era su trabajo.
    No está mal resuelta, se deja ver y pasas el rato. Nada más, no deja de ser un thriller policial, con trama, guión y desarrollo policial para que aflore la verdad acaecida.

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