miércoles, 18 de noviembre de 2020

§ 2.114. Operación Ogro (Gillo Pontecorvo, 1979)

   Película mítica, al menos para este país. La precisión histórica está bastante bien tratada. Hay un libro sobre el tema, que no he leído pero que seguro que está descatalogado. No sé si verdaderamente tenían la pretensión de secuestrar a Carrero Blanco. En la película parece que la pretensión inicial era el secuestro pero que la elección como Presidente del Gobierno trastocó los planes e idearon el asesinato del ya Presidente del Gobierno, un magnicidio en toda regla.
    Los detalles de la película están cuidadísimos, el tabaco Ducados, los taxis negros de Madrid, las calles de Euskadi, los trenes, las radios, la ropa de la Policía Urbana, los polígonos de de casas de nueva construcción, los coches, etc. Hasta la calle en que se cometió el atentado es la misma en la que se cometió el atentado. Es cierto que sólo habían pasado pocos años desde que se cometió el asesinato, pero la profesionalidad para darle una verosimilitud a la película es encomiable. Adquiere prácticamente el status de película documental.
   Sigo sin alcanzar de ver la fascinación que sienten los izquierdistas con los movimientos terroristas. Lo que en aquella época podía tener un pase, una razón de ser, una justificación, hoy día es ridículo. Por cierto los Presupuestos Generales del Estado que presenta el PSOE van a ser consensuados con Bildu (a cambio de su voto afirmativo y la concesión de nuevas transferencias y subvenciones, claro), los herederos directos de ETA. Me gustaría saber qué pensaría el director de esta película de este giro del destino, de esta ironía, del destino. Más allá de la opinión que se tenga sobre el atentado, el Franquismo, el papel de ETA en todo esto, etc.
      El diálogo entre el cura que organiza actividades sindicales y huelgas y el etarra maldito que quiere matar a Carrero Blanco en vez de secuestrarle es bien significativo de esta tensión entre ambas perspectivas. Seguro que son irreconciliables, y que hay que tomar partido. Yo ya lo he hecho, aquellos fue un magnicidio.
   Un lujo de reparto: Gian Maria Volonté que tiene unos registros magníficos (muy conocido por sus Espaguetti Western), un gran actor, José Sacristán, probablemente unos de los mejores actores españoles y, además, con una voz profunda y muy sensual, Ángela Molina jovencísima, Eusebio Poncela también muy joven, y además: Feodor Atkine, Fernando Chinarro, Nicole García, Saverio Marconi, Georges Staquet, y Ana Torrent irreconocible.
   Un director no muy prolífico (sólo seis películas, algunos documentales), pero con cintas muy míticas: ésta y Queimada (1969), y la Batalla de Argel (1966), ambas muy difíciles de conseguir. Era un conocido militante antifascista, que puso su cine, su arte, al servicio de su ideología. Nada nuevo bajo el sol. Un hombre comprometido.

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