lunes, 16 de noviembre de 2020

§ 2.107. Jezabel (William Wyler, 1938)

   Todo un clásico. El cine es esto. Lo debe olvidarse, esto es el cine. Lo demás son otras cosas. Entiende que a veces sea difícil de ver, que tiene limitaciones en cuanto a la conexión con la gente más joven.
  El personaje femenino puede considerarse una copia de Escarlata O´Hara, la protagonista de "Lo que el viento se llevó", caprichosa, egoísta, desconsiderada, soberbia, egocéntrica,  celosa, juguetona, arrogante, rompedora, etc. Un personaje a la altura de la actriz que lo interpreta, una maravillosa Bette Davis. Se arropa en un Henry Fonda en plenitud de sus facultades, varonil, arrogante, guapo a rabiar... 
     La trama es sencilla, una mujer del Sur de USA de familia tradicional acomodada pretende jugar con el amor de su novio, provocándole en su comportamiento caprichoso y rompedor, en una especie de prueba de fuerza del amor que él le profesa a ella. Se viste inconvenientemente para un baile de sociedad, interrumpe las negociaciones del novio en una reunión de negocios en un banco, etc. Juegos malabares para ponerse a prueba, ella y su orgullo, las convenciones sociales y la sociedad biempensante. Es, desde luego, un propósito deliberado y consciente, aunque sus consecuencias no son previsibles. El trasfondo de todo esto, la pregunta que sobrevuela el carácter rompedor de la muchacha es, ¿será capaz de mantener esa seguridad en sí misma cuando vengan mal dadas, cuando no todo se ponga a su favor? En estos casos o el carácter te reafirma en tus posiciones, en tu forma de ser, o te quiebras como un junco y te adaptas a la realidad, entendiendo que tu forma de ser anterior era producto de unos pecado de juventud. Si toman esta segunda vía se convierten en talibanes de los principios, de los recuerdos, de las costumbres. No se sabe realmente si sus caprichos y sus manías son impostadas o es su forma de ser. Las personalidades de hierro no suelen ser comunes. Lo normal es ceder ante la adversidad, convertirte en alguien acomodaticio.
    Un año después de el primer rechazo amoroso de la caprichosa Jezabel llega el enamorado con su esposa a una fiesta, lo cual es una revolución tanto para su antigua novia como a toda la sociedad del Sur. Perdió su oportunidad. Su carácter y su forma de ser la impidieron averiguar qué batallas dar y cuales no, dependiendo de dos variables: la importancia de la batalla y las posibilidades de ganar dicha batalla.
    No parece que se dé por vencida. Luchará por él, aunque es una batalla perdida, él está casado y aquella sociedad no es como ésta, más permisiva y abierta a nuevas formas de relaciones entre hombres y mujeres.
   El resto del equipo son: George Brent, un actor notable, para mi siempre asociado a "La escalera de caracol" (Robert Siodmak, 1945), Margaret Lindsay, Donald Crisp, Fay Bainter, Richard Cromwell, Henry O'Neill, Spring Byington.
     Todo lo que hizo Wyler es, al menos para mi, maravilloso. No hay película mediocre, todas me han gustado. Y todas me han gustado mucho.

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