domingo, 22 de noviembre de 2020

§ 2.124. Plenilunio (Imanol Uribe, 2000)

    Otro thriller español... sobre novela de Muños Molina, con guión de Elvira Lindo y bajo la dirección de Imanol Uribe. Grand Class. Al menos de entrada, veremos a ver en qué queda la cosa.
    El elenco de actores también es majestuoso: Miguel Ángel Solá, Adriana Ozores, Juan Diego Botto, Fernando Fernán Gómez, Chete Lera, Charo López, María Galiana, 
    Una niña aparece muerta en el bosque, ha sido agredida sexualmente pero no ha sido penetrada. El inspector, el forense y el sacerdote del pueblo coinciden en dos cosas: el crimen lo ha cometido alguien del pueblo que lleva su culpa en la mirada y que las circunstancias en las que se ha cometido el crimen lo catalogan de brutal y salvaje. Ninguna pista. Ninguna información, más allá de la que facilita la maestra de escuela sobre el carácter de la niña, especialmente responsable y comprometida, dulce pero sobria.
    El comisario encargado del caso ha sido destinado después de mucho años ejerciendo de policía en el país vasco y ahora regresa a su ciudad, manteniendo conversaciones con el cura del pueblo. La mujer del comisario está internada en un sanatorio psiquiátrico, desequilibrada después de vivir un infierno en el País Vasco.
    El pasado de niño del policía fue terrible. Niño de los perdedores, de los rojos, maltratado por la madre y en prisión el padre. La vida en la vuelta al pueblo que te vio nacer y crecer no es fácil. Siempre mira debajo del coche, como hacía en el País Vasco, para ver si le habían puesto una bomba lapa. La vida ordinaria del policía base en Bilbao, donde estuvo destinado.
    Presentan a un chico del pueblo con padres mayores que trabaja en el mercado por la noche y visiona películas pornográficas en su habitación cerrada mientras toma copas en soledad. Es el asesino, porque se lo dice así mismo.
    La maestra y el policía intiman, mientras que la mujer de éste se consumen en una residencia psiquiátrica, a la que no van a visitarla ni su hermano ni su madre. El policía le lleva flores, rosas blancas, pero ella se encuentra sujeta a una gran melancolía: llora cuando su marido se va después de la visita.       El asesino, naturalmente, vuelve a agredir a otra niña, como era previsible. El personaje del agresor no está muy matizado, parece el trabajo lineal, prácticamente burocrático. No es lo mejor de la cinta.
  La película avanza de forma lenta, demasiado, y es demasiado larga, más que nada porque no se justifica ni en la historia ni en el tratamiento que se le da. 
    Me ha gustado mucho Adriana Ozores, sostiene la película por ella sola: respira, se mueve, dialoga con una apostura magnífica. Es muy buena actriz. De Miguel Ángel Solá no podría decir lo mismo, pero no porque crea que es mal actor, ni mucho menos, porque en esta película mantiene la frialdad mortecina que requiere el personaje. Me gustaría verlo en otros registros menos cerrados, menos opacos. Tiene una mirada interesante y verdaderamente clava el personaje de policía amargados y de vuelta de todo que hace. Pero me parece que le falta creatividad y potencia para otros roles.
    Parece que la película se ha quedado a medias, que quizá hubiera tenido mayores posibilidades expresivas. Es una forma fría y distante de expresarse, expositiva pero poco emotiva. No he leído la novela y no puedo, por tanto, tener un criterio sobre si se sigue o no fielmente.
    La ciudad en la que se desarrolla la película a veces parece Alcalá de Henares, la calle de las compras con los portales porticados, pero en otras ocasiones me es totalmente ajena.

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