miércoles, 18 de noviembre de 2020

§ 2.112. Dos segundos (Mervyn LeRoy, 1932)

  Un criminal que está a punto de ser ajusticiado en la silla eléctrica rememora su vida en los dos segundos que van desde que comienza la corriente en su cuerpo hasta que muere finalmente. Pero lo que le lleva a la cárcel y a la pena de muerte no es una vida disipada de depravación y maldad, sino la mala suerte. La necesidad de proteger a una mujer que se aprovecha de él es el desencadenante de toda la historia. Le hacer perder el tiempo, le enreda, le perturba, hace que beba mucho alcohol, y no es un hombre acostumbrado a ello. Su empleo construyendo edificios, como operario de remaches de metal en las vigas le reporta suficiente dinero como para vivir desahogadamente, y ella lo sabe y se aprovecha de él. Consigue que se case con ella un día que está totalmente bebido... a partir de ahí todo sale mal.
   Desde luego la versión original tienen su encanto. Magnífico el papel de Edward G. Robinson, con una  chica espectacular llamada  Vivienne Osborne que participó en pocas películas, 18 dice filmaffinity, aunque al ser una estrella a medio camino del cine mudo y el sonoro probablemente sean muchas más.
      Parece un producto destinado a doble sesión, primero esta que es corta y más tarde alguna de mejor calidad, ya rondando los 90 minutos. A lo mejor incluso del mismo director, seguramente del mismo estudio.

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