Una versión nueva de todo un clásico. De Bram Stoker hay, más o menos, cuarenta versiones.
La original de 1924 de Murnau me encantó. También la de 1931 de Tod Browning es interesante.
Luego, más tarde, está la de John Badham de 1970, que también me gustó mucho. La de Jesús Franco de 1970 está bien también.
La que me gustó mucho, mucho de verdad, probablemente más de lo que creía es la versión que rodó Werner Herzog, con un vampiro muy bien desarrollado.
La de Coppola de 1992 es verdaderamente barroca, excesiva y puntillosa. Muy bien ambientada, una película especial, distinta.
A todas estas, que serían la rama principal del Vampiro o de Nosferatu habría que sumarle unas cuantas más de los hijos, las suegras, los desenfrenos, las peleas con otros monstruos y demás morralla asociada al fenómeno.
Ésta que nos presenta ahora Eggers está también muy bien. Perfectamente ambientada. Con una fotografía verdaderamente brillante y unos escenarios abiertos, naturales, muy bien elegidos. Frio. La muerte el frio. Como el Doctor Fausto, de Thomas Mann, que tengo que volver a leer.
Las caracterizaciones, los ambientes, las ropas, el atroz, todo el diseño de producción es perfecto, adecuado y bien elegido.
Quizá los actores no estén a la altura. Me parece que el director no ha querido que esta sea una película de actores, sino de dirección. Bueno, no están a la altura, no es del todo correcto. No son grandes estrellas, que es distinto. Me parece que el Conde Orloc está perfectamente caracterizado y también la figura del abogado. Quizá su mujer no tanto, así como otros secundarios. La elección del casting de actores quizá pretendiera no disipar el efecto miedo y no tener que contar con las servidumbres de todo tipo que suelen imponer las estrellas.
Una perspectiva que no había visto sobre el vampiro y su mundo es la atracción sexual que puede provocar el ser mordido, o el morder. Tanto heterosecual como homosexual. Ser mordido, sin más.
Me ha gustado. Pero no es la versión que más me ha gustado. Es impactante y muy visual, pero no es la versión que más me ha gustado. Quizá la de Herzog sea la que más me ha agradado.
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