Pues es la primera película de Bardem que no es una obra de arte. Así, sin anestesia. Es una buena película, pero no una obra de arte. Está bien, pero no es magnifica, no es extraordinaria.
Un reparto de auténtico lujo: Melina Mercouri, James Mason y Hardy Krüger. Tres estrellas del momento, cada una en su espectro.
Ambientada en la Costra Brava, analiza el ambiente veraniego de un pueblo, Caldeya. Los personajes son escrutados con interés, representando diferentes prototipos humanos, cada uno diferente al otro. Por la pantalla van pasando fenotipos humanos, con sus miserias, con sus tristezas, con sus emociones, con sus alegrías. Una sensación de ligereza, de liviandad, de falta de consistencia y solemnidad. No sé dice de dónde vienen los personajes, ni a dónde van. Simplemente están.
Creen en el amor. Quieren creer en el amor. Están vacíos emocionalmente, y llenan su vida de vivencias, bonitas pero vacías.
Se aprovecha la trama para introducir algunos bailes flamencos, algunas piezas de jazz, mostrar cómo se divierte la gente y mostrar el paisaje y el mar, bello y sereno, azul y vital cómo sólo en la Costa Brava acontece.
Tiene algo parecido a la sensación que te queda cuando ves "Buenos días tristeza" (Otto Preminger, 1958).
La película proviene de la novela homónima de Henri-François Rey, un escritor francés afincado en Cadaqués, donde se rodó parte de la película. Bajo en volcán, la novela de Malcolm Lowry publicada en 1947 aparece al lado de la suicida. La película de John Hustón de 1984 nunca me llegó del todo.
Está muy bien, es una buena película. Por momentos muy buena. Pero no es la obra de arte que es Muerte de un ciclista o Venganza.
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