Cine japonés, de autor desconocido.
Quiero ver más cine Japonés. Y quiero ver autores que no haya tratado ya. Acabé con Kurosawa hace tiempo, tengo bastante controlado a Ozu, este mismo mes he visto lo mejor de Kobayashi, me queda profundizar en Mizoguchi... y descubrir cosas nuevas.
No sé si la mejor forma de empezar con este propósito es ver cine fantástico, pues no es un género que me motive especialmente, pero experimentar en vacío tiene su gracia. Ver sin saber nada del autor, del género, de los actores, etc.
Me ha llamado la atención los efectos especiales, verdaderamente espectaculares. Bien hechos, con muchísima realidad y altamente sofisticados.
La trama no tiene muchas historia. Una hipótesis fantasmal, con episodio de aparición extraterrestre incluido, que muestra, o al menos eso pretende, las dos posibilidades que pueden desarrollarse desde lo humano.
Una capacidad, da igual que sea humana, sobrenatural, extraterrestre -en realidad, es lo de menos- puede ser empleada o utilizada de varias maneras. Lo importante no es, en realidad, el tipo de capacidad que se tenga, sino lo que se hace con ella. Y esta es la problemática que plantea la película.
Director desconocido para mi, que debe formar parte, imagino, de la nueva hola de directores japoneses.
Es interesante, aunque algo larga. Muy colorida, con una música que acompaña bastante bien y una cierta moraleja en su desarrollo. Pero se me ha hecho larga. 90 minutos hubieran bastado. 130 son demasiados.
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