Aunque su presupuesto operativo es algo neurótico, tiene su gracia y su trasfondo. Mucha más miga de lo que parece...
Un hombre reflexiona, de manera bastante compleja y alambicada, sobre situaciones que ha vivido a lo largo de su vida y que, por unas razones u otras, le han provocado situaciones estresantes, difíciles o que recuerda con angustia y arrobo.
Evidentemente, tiene un sabor amargo, bastante poco afortunado y verdaderamente deprimente. Pero obliga al espectador a verse a sí mismo en idénticas situaciones, a tener esa empatía necesaria que puedes tener en una película de gente corriente. Porque en otras películas al protagonista le ves desde fuera, pero en esta puedes verte representado en él.
No en vano está basada en una novela de Fiódor Dostoyevski "Memorias desde el subsuelo". Con su complejidad existencial, su perspectiva deprimente de la vida y su desconfianza en el ser humano y su capacidad de hacer lo correcto.
El personaje tiene algo de inadaptado por causa propia, de persona incapaz de ceder desde su personalidad a la realidad de la vida social que le circunda. Es una lucha entre querer que el mundo funcione como uno cree que debe funcionar y la realidad obstinada que, evidentemente, acaba imponiendo su criterio.
Aunque tiene algo de paródico y de comedia negra, es muy interesante y funciona, de alguna manera, como medida terapéutica. Si te sitúas en su posición, y evidentemente la película no funciona si no lo haces, llegas a analizar las cosas desde una perspectiva nueva, interesante, poco usual. Y comienzas a recordar la frase del principio, "tengo una enfermedad, pienso demasiado en las cosas".
Me ha gustado, me parece interesante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario