La tengo por un clásico del cine español. Es la película anterior a El cebo (1958), una verdadera obra maestra.
Ésta también tiene hechuras de gran obra. Unos pocos elementos realistas, con otros sobrenaturales componen una historia tierna, sensible y con mucha moraleja. Parece un cuento de Samaniego o similar.
Aunque tiene tintes de comedia, lo más interesantes es el relato dramático que plantea. El manido papel del abogado abusador de sus conocimientos, inspirando miedo en la comunidad es una delicadeza. El trabajo de Peter Ustinov en esta línea es sensacional. Lo tiene todo. Delicadeza, sensibilidad, con matices de humanidad y, si se quiere, con matices absurdos y fantásticos. Y cuando cualquier cosa que le pasa o ocurre lo eran
El hecho de que sea el ataque a un niño el determinante de su conversión en "perro" tiene su gracia. Parece, en este sentido, un cuento de Kafka, de esos de animales tan característicos suyos.
Y se rodea de secundarios de altura del cine español. Pepe Isbert y Pablo Calvo, el eterno niño de Marcelino Pan y Vino.
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