Curiosamente, se ve peor, bastante peor, que Spione, que es de un año antes. Seguramente el proceso de restauración de aquella hizo maravillas, siendo innecesario en ésta, pues se conservaba correctamente, en buen estado , una copia.
A lo mejor es mi copia de DVD. No sé.
Lo cierto es que, en general, me parece mejor película Spione. Me ha llegado más. Ésta es, para empezar, bastante más larga, no menos de veinte minutos más, para llegar hasta las dos horas y cuarenta minutos. Una auténtica barbaridad, incluso para las películas de aquellas época, que eran ligeramente más largas que la media actual.
Para rodar una historia que super los 130 ó 140 minutos tienes que tener muchas cosas que decir, y ser capaz de narrarlo con la maestría necesaria para que no se venga a abajo la historia.
Me parece, sea como fuere, un metraje absolutamente desmesurado, que lastra a la propia cinta, que se termina visitando casi por obligación. Por momentos aburre y cansa, ves cosas sin sentido, que no te llevan a ninguna parte, que repiten las ideas y que verdaderamente no suponen un avance significativa en la trama.
Me ha gustado mucho Gerda Maurus, me parece una belleza muy clásica, muy femenina, muy sensual. Un canon de feminidad europea de la época.
El desarrollo de la trama es lento, demasiado pausado, poco elegante. A diferencia de Spione, aquí se pretende pasar por todos los momentos emocionales, sin desperdiciar ninguno. Mientras que en la anterior el uso de la imaginación era más acusado.
No me ha gustado tanto. Tiene momentos, claro. Pero la tónica general no es tan brillante como la anterior.
La idea general de la trama forzosamente tenía que ser muy original para su tiempo. Y pasa por ser una de las primeras cintas de ciencia ficción en la que la hipótesis de funcionamiento se construye con bases semicientíficas.
Tiene su gracia, y puede verse, pero se me ha hecho muy larga. y no por la historia, Los Nibelungos es más larga todavía, sino por el desarrollo. A veces excesivamente detallista. ES evidente que Lang evoluciona hacia una contención expresiva y una concreción dramática a lo largo de su cine, especialmente el negro. Más tarde, al final, con las cosas indias, vuelve a distender el estilismo y a hacer más lenta y menos contenido el mensaje.
Su estilo se va estilizando, nunca mejor dicho. Haciéndose más contenido, contando más cosas en menos tiempo.
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