Es sorprendente. Verdaderamente sorprendente. Y explica muchas cosas de la vida y de la obra de Lang, especialmente de la obra. No creo que El tigre de Esnapur y la Tumba India puedan explicarse sin esta película, en sus dos partes, o estas dos películas, como se prefiera.
Es, en realidad, una película de aventuras. Un héroe, un antihéroe, un climax emocional, lugares exóticos, peligrosos y malvados perseguidores, objetivos idealizados, medios de transporte novedosos (globos, lanchas, etc.) y un pretendido ambiente de sofisticación que rodea un propósito dude resultado inciertos y pretendidamente irrealizable.
Es algo menos amanerada que Harakiri, que no me gustó demasiado.
Aquí, aunque no lo parezca encuentran, sin embargo, todos los cánones del género de aventuras. Incluso la iconografía de héroes muy definidos, como Indiana Jones, por ejemplo, pueden verse anticipados en esta cinta: el sombrero, el chaleco, la cartuchera.
Se ve por curiosidad, por empatía con el Director, y por ese espíritu enciclopédico que me caracteriza, a veces difícil de conllevar.
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