Muy en la línea de la anterior cinta. No se aprecia evolución ninguna. Ni en el tratamiento técnico, ni en el fílmico, ni en el emocional.
Idéntica dinámica: héroe que descubre cosas, que lucha contra organizaciones secretas que esconden misterios que revelados pueden cambiar la faz del mundo. Incluso tiene chica "villana", aunque no con los perfiles que luego, más tarde, le daría a esta el cine comercial de los sesenta y setenta, incluyendo la saga 007.
Se puede ver, pero sabiendo que estamos ante una curiosidad, una cinta de aprendizaje y experimentación. No sé cuál será la primera obra maestra del cine (mudo), Tres hombres malos de Ford de 1925, o quizá Metrópolis de 1927, o La Carreta Fantasma de 1921. Pero esta no es la primera. Sigue teniendo carencias expositivas, y no consigue interesar verdaderamente.
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