Otra policíaca de Coll. Cine negro patrio de calidad. Metraje muy contenido, personajes muy definidos, influencia claramente de las novelas del género y una estética muy bien organizada, argumentadla y caracterizada.
Los malos son malos, los buenos, no tanto, el crimen se paga, y se cumplen los cánones de la moralidad y de la decencia, que en aquellos años eran impuestos desde el poder político y militar.
Un blanco y negro precioso, que se ve perfectamente, con unos tonos muy nítidos y precisos.
El crimen no tiene redención, y no hay salida en su realización. Es más caro delinquir que vivir decentemente. Indudablemente es un cine con una cierta moral y una cierta ética y estética.
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