martes, 8 de abril de 2025

§ 3.757. Los verdugos también mueren (Fritz Lang, 1943)

Creo que será la cuarta vez que veo la película. Y todas las veces me ha producido una gran impresión. Me parece muy valiente, muy comprometida y sumamente emotiva.
Hace falta ser muy arrojado para hacer una película como esta.

lunes, 7 de abril de 2025

§ 3.756. El hombre atrapado (Fritz Lang, 1941)

Después de sus Western viene su etapa antinazi. Con ésta, con Los verdugos también mueren, y con El ministerio del miedo. Parece que las hacía de tres en tres. Luego las negras, que las volveros a ver todas por su orden si Dios quiere.
La primera vez que la vi me gustó mucho. Y, la verdad, esa segunda vez también me ha gustado mucho.
Una trama ciertamente inverosímil, que proviene de una novela de Geoffrey Household, que tuvo otra versión, no sé si realmente un remake o algo menos evidente, años más tarde, en 1977, a cargo de Rogue Male que se llamó: "Lejos de la manada"
El reparto es estupendo: Walter Pidgeon, en un papel que le va mucho; Joan Bennett, que luego será su musa, como antes Sylvia Sidney, George Sanders, tan imperial como siempre, John Carradine, que parece un fijo en sus películas.
Un reparto de lujo, de auténtico lujo.

§ 3.755. ESpíritu de conquista (Fritz Lang, 1941)

Otra del Oeste de Lang, la segunda en su filmografía. No sé si era un intento de entrar en el mercado de EE.UU. o si verdaderamente tenía interés en rodar cosas del oeste.
Lo cierto es que lo hace con un verdadero especialista en el género: Randolph Scott, que es vaquero por excelencia, el prototipo, el canon. No sé si será el que más películas del Oeste rodó, porque eso siempre es difícil de cuantificar, y porque en el cine mudo hay centenares de cintas de este género, pero, desde luego, hizo muchas, muy importantes, y al servicio de directores verdaderamente dótales en el género.
Qué planta, qué andares, qué forma de moverse. Supongo que así se conducían los vaqueros. Quizá no, pero el canon ha quedado de esta manera, como el de los mafiosos y la película de Coppola. 
Se acompaña de Robert Young, otro actor mítico de la historia del cine, además de Dean Jager, y Virginia Gilmore, guapa y blanca blanquísima.
Esta bien, se deja ver, pero carece de la profundidad de otras del Oeste de los grandes maestros: Ford, Hathaway, Hawks, Tournier, Mann, Boetricher, Arnold, King, etc. 
Una vez vi una enciclopedia del Western que no compré. Un diccionario de los Western más célebres de todos los tiempos. Debí comprarlo. No lo hice y me arrepiento. En cuanto lo vuelva a ver, lo compraré.

§ 3.754. La venganza de Frank James (Fritz Lang, 1940)

Primera película a color de Lang. Primer western de Lang. 
Es una secuela de Tierra de audaces (Henry King, 1940) y llama la atención como Lang, un director de muchísimo prestigio se pliega a hacer una saga, una continuación. Recuerdo bien la de King, que me gustó. Ésta es la segunda vez que la veo, quizá la tercera. Y también la recuerdo muy bien.
Me parece buena. Sin más. No es de lo mejor de Lang. Quizá sea fácil decir que el Western no es su género. Pero Encubridora es una del Oeste bastante decente, no superlativa, pero sí bastante buena. 
Ésta está bien, como digo. Pero no es película que destacaría de Lang. Por decirlo gráficamente, si le preguntases a 10.000 cinéticos del mundo cuál es su película favorita de Lang, casi ninguno diría que ésta. 
Más allá de la historia de venganza, que no sé si realmente responde a la verdad, es interesante pare apreciar el ambiente del Oeste, los decorados y ambientación de los hoteles, las cantinas, las ciudades, etc.
Muy interesarte ver cómo rueda Lang en espacios abiertos, lo que tuvo que ser una novedad para él, acostumbrado a obras en escenarios más cerrados, más recogidos. Es cierto que algunas otras películas ha rodado en espacios abiertos "limitados" -Nibelungos, las Arañas, por ejemplo- y que en otras eran escenarios "abiertos" de cartón piedra -La mujer en la luna, Metrópolis-, pero la prueba del algodón es rodar cintas del oeste. Aquí los espacios son gigantescos, y aquí se ve si verdaderamente sabe rodar al natural.
La belleza de Gene Tierney es abrumadora, verdaderamente abrumadora. Lo tiene todo. Una mirada brillante, una sonrisa proteica, una figura elegante, unos ojos inconfundibles, una forma de caminar en silencio, como si no estuviese en la sala, una tez blanca cuidada y sensible, una fijación y una forma de mirar a la cámara únicas e irrepetible. Es impresionante. Verdaderamente impresionante. No creo que haya mujeres en el cine actual con esa belleza. Hay mujeres muy guapas, pero no de esa belleza radiante y superlativa.
Lo de Henry Fonda es un escándalo. Punto. Un auténtico escándalo. Es el cine. Sin más.

§ 3.753. You and me (Fritz Lang, 1938)

Seguimos con el monográfico Lang.
Una comedia a medio camino entre la negra y la de situación. 
Un reparto verdaderamente impresionante.
Una estupendísima Sylvia Sidney, fina, guapa, dulce, sensual, pequeña y sonriente. Una musa de Lang en su llegada a EE.UU. al hacer con él varias películas. Hasta cierto punto puede considerarse un antecedente de Audrey Hepburn, que era la más guapas de las mujeres 'pequeñas'. Frente a las mujeres bandera que vendrían unos años más tarde, italiana y suecas principalmente, representa a la mujer del día a día, que carece de la rotundidad de otras pero a cambio derrocha alegría y entusiasmo.
El hierático pero sereno George Raft. Siempre de mafioso, adquiere en esta comedia un rol menos agresivo, con una vena cómica suave y dulce que no le va mal del todo. Varonil, con un aire de suficiencia de cualquier situación y con un recuerdo italiano en el pelo, en las pobladas cejas. Una mirada dura, sin demasiado fondo. Superficial pero con pasado.
Y, sobre todo, me encanta Harry Carey, un hombre de cine, capaz de todo, vaquero, por supuesto, pero también funcionando en este tipo de comedias negras, o ligeras, algo alejadas de las de situación o de las screwball.

domingo, 6 de abril de 2025

§ 3.752. Sólo se vive una vez (Fritz Lang, 1937)

Sólo la he visto una vez. Hace muchos años, seguramente más de veinte. Y la recordaba amarga, sombría, triste y desesperanzada. 
Y lo es. Pero también mantiene un hálito del sueño americano. Del país de las garantías y de la perseverancia en situar al ser humano por encima de todo. Puede leerse como un fracaso del sistema judicial americano, de la esperanza en el ser humano. Y, sobre todo, en el cerco que el  destino traza sobre las personas. Algunas condenadas a una vida dura, otras al triunfo sin merecerlo. Pero ambas, la perdedora y la exitosa, tienen trazado su destino desde siempre y todo aquello que hagan para modificar su directriz no tiene verdadera eficacia. Es artificio y sin sentido.
También hay un crítica a la mezquindad del ser humano. Capaz de perdonar, pero también de recordar y ser malvado.
La pareja Sylvia Sidney y Henry Fonda funcionan muy bien. Uno de los primeros trabajos de él. Ella comenzó un poco antes, en 1931, con La Calle, de King Vidor. Excelentes carreras las de ambos. 
La recordaba de forma parcialmente diferente. En el fondo es una cinta de cine negro, con sus características y sus tópicos. No forma parte del elenco de las (varias) obras maestras de Lang, pero es muy apreciable. Lástima que la copia que tengo no se vea excelentemente. Se ve bien, sin más. Con algunos grumos algunas sombras. 

§ 3.751. Furia (Fritz Lang, 1936)

Es la seunda vez que la veo. La recordaba bien, pero más corta y menos intensa. Es demoledora. Una crítica a la sociedad, a la justicia, a los prejuicios, a la estructura de convivencia, a la cultura propia del EE.UU. Hay que ser extraordinariamente valiente para que tu primera película una vez emigrado sea ésta. Pudo hacer un Western, de hecho los hizo luego, algo sencillo, fácil. Que no diese problemas.
Y, sin embargo, se mete de lleno en una película que critica de manera durísima uno de los dogmas de la cultura americana por excelencia: la capacidad de cada uno de hacer justicia por sí mismo. El linchamiento como método de solución de problemas.
Pero también es una reflexión sobre el infortunio, sobre cómo los acontecimientos fortuitos pueden enredarse y generar resultados verdaderamente aberrantes, de resultados contrarios a los pretendidos.
La vida no es sólo lo que uno prevé, o lo que organiza, o por lo que lucha, o a lo que se prepara. También es aquello que sucede alrededor de uno. A veces se controla, a veces no. A veces lo que sucede, conviene. A veces, todo lo contrario. 
También es una crítica despiadada al cotilleo, a la maledicencia, al rumor, al chisme, a la media verdad, a la noticia falsa, a la fake new. A las gallinas que pían y pían sin sentido. Al igual que un ser humano respira, otros pían.
Pues la reflexión que expone la cinta es precisamente ésta. 
Sylvia Sidney y Spencer Tracy funcionan a la perfección. Sobre todo él. Es un verdadero genio de la interpretación. Me ha gustado mucho Edward Ellis como Sheriff, y también está por ahí Walter Brennan, que no sé en cuántas películas ha participado, una barbaridad, en cualquier caso.
Me ha gustado mucho más que la primera vez que la vi. Fue la nochebuena de 2012. Y la crítica que hice sobre ella varía mucho sobre la que ahora he proyectado. La califiqué con un 9. Ahora la pongo un 10. Una película extraordinaria. 

sábado, 5 de abril de 2025

§ 3.750. Liliom (Fritz Lang, 1934)

Tengo a esta película, y a a Marea de luna, como las dos menos brillantes de Lang. Y probablemente lo sean. Es una cinta francesa, rodada en francés y probablemente en Francia. Quizá antes de emigrar a EE.UU. No lo sé, no conozco tan bien el periplo personal del Director. 
No me parece una temática Lang. No es un drama, no es de cine negro, no es mítica, ni tiene los giros y argumentos de Mabuse, Spione y similares. Además, se detiene demasiado en explicar una temática obvia: la relación del feriante con las mujeres. Ocupa casi una cuarta parte. Quizá la cinta estuviese pensada para más metraje, o sencillamente la copia se montó de otra manera. En todo caso, lo central del asunto no avanza hasta bien entrada la cuarta parte. 
Los argumentos cómicos a veces se esconden en un sarcasmo, en otros en un ironía, en otros en un chiste o una escena risible. Pero no parece tener continuidad en un género determinado. Los toques fantásticos de la redención parecen de Presburger, como poco. Tienen su gracia, pero sin más. 
Además no me parece que el trabajo de Charles Boyer pueda salvar la película. Lleva el peso, pero es infructuoso en ese sentido. No es un papel que le vaya bien. Richard Conte, o incluso Tyrano Power hubieran estado más cerca del tono adecuado para el papel. 
Me parece algo pueril la trama. No es que sea infantil, no es eso, pero muy sin sustancia. No me ha llegado nada. Nada de nada. 
Creo que es la peor de Lang. Desde luego la que menos me ha gustado de todas las que he visto suyas.

§ 3.749. El testamento del Dr. Mabuse (Fritz Lang, 1933)

Otra excelente de Lang. Mucho mejor que los Mabuse originales. Un cine más construido, más ortodoxo, con continuidad. Menos esquemático. Los originales (el jugador y el infierno) eran esbozos, dibujos, ésta es un lienzo completo, cerrado. Una película canónica.
Tiene una cierta continuidad con M, pues el inspector Lohmann es el protagonista policial. La idea es sugerente, y el desarrollo ortodoxo. El legado del crimen y las enseñanzas de un gran criminal ha dado luego muchísimo juego a grandes producciones. El germen de todo esto se encuentra aquí. La verdad es que todo Lang es seminal, sus ideas contribuyeron a forjar el lenguaje cinematográfico. 
La restauración es una maravilla. La imagen no se mueve lo más mínimo, el blanco y negro es muy nítido, y el sonido (no sólo los diálogos, sino cualquier tipo de ruido) perfecto. 
Tiene continuidad argumental con los Mabuse originales, pero puede apreciarse como una cinta totalmente independiente. 
La crítica al Nazismo, la prohibición de la película por esta razón, y la mítica antinazi del propio Lang tiene que comerse con papel de fumar. Puede ser cierto que en una visión muy peculiar del asunto se entienda que estamos en presencia de una crítica a la manipulación de masas, y que Mabuse es un trasunto de Hitler. Pero, desde luego, no es una crítica directa, como Chaplin en el Gran dictador, ni nada tan explícito. ¿Puede leerse así? Puede, con imaginación. Pero con mucha imaginación.
Entiendo, es una opinión muy singular, que la prohibición fue por otro camino: el mostrar que puede existir una sociedad criminal paralela que planta cara al estado y es capaz de ser eficaz y estar organizada de forma académica, con reglas, jefes, etc. El crimen ya no sería una cuestión personal, sino organizada, sometida a cánones. No procedía, por tanto, de un impulso personal, sino de una sociedad paralela capaz de poner en jaque al propio Estado. 
Además, no se sabe, yo al menos no lo sé, si se utilizó la prohibición de la película para presionar al propio Lang para que se hiciera cargo de la UFA, como pretendía el régimen Nazi.

§ 3.748. Fritz Lang: el círculo del destino (Jorge Dana, 2000)

Interesante documental, eu trata la obra de Lang como una unidad, como si fuera una sola obra. Todo lo que hizo tiene un sentido y va a un sitio, a sí mismo.
Varios otros directores hablan de él. Curt Siodmak, Claude Chabrol; Scholdorff; Alfred Eibel; Pierre Rissient; Patrick McGilligan; Cornelius Schanuber;  Artur Brauner; 
Está bien, te acerca a facetas que quizá no sabías y, sobre todo, te lo resitúa en el lugar que corresponde, seguramente uno de los más grandes de todos los tiempos. Tanto en los aspectos técnicos, como en la imaginación para componer historias. Saber qué contar y cómo contar.
La tónica general de su obra es la lucha del hombre contra su destino. Un concepto muy alemán, ese de que el hombre es un títere del destino al que no puede sustraerse.

viernes, 4 de abril de 2025

§ 3.747. M, el vampiro de Düsseldorf (Fritz Lang, 1931)

Es la terceravez que la veo. Y siempre me ha impactado. Mucho, la verdad. Es morbosa, sofisticada y vulgar. Emociones encontradas. Tiene la natural tendencia al thriller, con el hastío  por lo gore y una cierta propensión natural a mirar al mal a la cara, a los ojos, para poder saber qué hacer con él. Una especie de entrenamiento para nosotros mismos.
Lo primero que llama la atención es la facilidad con la que Lang transita hacia el sonido. No solo hacia el cine hablado, sino también hacia el empleo de sonidos: coches, pájaros, silbidos, puertas, golpes, etc.
La segunda genialidad es el empleo del color y, sobre todo, de las sombras. Juega con ellas con un dominio de la luz y del espacio verdaderamente magistrales. 
La tercera es empleo de los personajes. Se transita desde la masa al individuo, desde el nosotros al yo. Es como un proceso de culpabilización.
La psicosis social que provoca está perfectamente diseñada. Es una maravilla. Una auténtica maravilla. Una obra de arte. Una rotunda obra de arte.
Tiene varias lectura, obviamente. Una de ellas puede ser la decrepitud de la sociedad alemana bajo el terror de los Nazis, que hace confundir a la política con el hampa. No sólo tienen intereses comunes, sino que manifiestan maneras y formas similares de actuación, medios parecidos de comportarse.
Un 10 en toda regla.

§ 3.746. La mujer en la luna (Fritz Lang, 1929)

Curiosamente, se ve peor, bastante peor, que Spione, que es de un año antes. Seguramente el proceso de restauración de aquella hizo maravillas, siendo innecesario en ésta, pues se conservaba correctamente, en buen estado , una copia.
A lo mejor es mi copia de DVD. No sé.
Lo cierto es que, en general, me parece mejor película Spione. Me ha llegado más. Ésta es, para empezar, bastante más larga, no menos de veinte minutos más, para llegar hasta las dos horas y cuarenta minutos. Una auténtica barbaridad, incluso para las películas de aquellas época, que eran ligeramente más largas que la media actual. 
Para rodar una historia que super los 130 ó 140 minutos tienes que tener muchas cosas que decir, y ser capaz de narrarlo con la maestría necesaria para que no se venga a abajo la historia.
Me parece, sea como fuere, un metraje absolutamente desmesurado, que lastra a la propia cinta, que se termina visitando casi por obligación. Por momentos aburre y cansa, ves cosas sin sentido, que no te llevan a ninguna parte, que repiten las ideas y que verdaderamente no suponen un avance significativa en la trama.
Me ha gustado mucho Gerda Maurus, me parece una belleza muy clásica, muy femenina, muy sensual. Un canon de feminidad europea de la época.
El desarrollo de la trama es lento, demasiado pausado, poco elegante. A diferencia de Spione, aquí se pretende pasar por todos los momentos emocionales, sin desperdiciar ninguno. Mientras que en la anterior el uso de la imaginación era más acusado.
No me ha gustado tanto. Tiene momentos, claro. Pero la tónica general no es tan brillante como la anterior.
La idea general de la trama forzosamente tenía que ser muy original para su tiempo. Y pasa por ser una de las primeras cintas de ciencia ficción en la que la hipótesis de funcionamiento se construye con bases semicientíficas.
Tiene su gracia, y puede verse, pero se me ha hecho muy larga. y no por la historia, Los Nibelungos es más larga todavía, sino por el desarrollo. A veces excesivamente detallista. ES evidente que Lang evoluciona hacia una contención expresiva y una concreción dramática a lo largo de su cine, especialmente el negro. Más tarde, al final, con las cosas indias, vuelve a distender el estilismo y a hacer más lenta y menos contenido el mensaje. 
Su estilo se va estilizando, nunca mejor dicho. Haciéndose más contenido, contando más cosas en menos tiempo.

jueves, 3 de abril de 2025

§ 3.745. Spione (Fritz Lang, 1928)

Una auténtica y rotunda obra de arte, del séptimo.
Qué guión más asombroso, qué planos, qué manera de contar una historia, qué eficacia en los contenidos, qué arquetipos de buenos y malos tan bien caracterizados, qué ritmo, qué capacidad para imponer un tempo a las secuencias. Y, sobre todo, qué disfrute visual, qué blanco y negro tan nítido (producto, soy consciente, de la restauración), y qué bien se acompasa el sonido (la música, en realidad) con la imagen.
Me sorprende lo bien estructurada que está la cinta, la profundidad de lo que cuenta, de cómo lo cuenta, de la intensidad dramática del asunto.
Y tres cosas más que me han encantado. En primer lugar, el arquetipo de villano, auténtico precursor del tipo de malo de las películas de James Boon. En segundo lugar, la música. Un piano repetitivo hasta las saciedad que va variando la melodía. El auto es Werner R. Heymann, que luego pondría música a varias películas de Ernst Lubitsch.
Y, en tercer lugar, la actriz principal. Se llama Gerda Maurus, y es de una belleza arrebatadora. Una profundidad en la mirada y un pelo precioso.  Me gusta cómo se mueve, la libertad que encarna, en esos años 20 locos en los que se podía ser feliz sin sentimiento de culpa. Es su primera película, y según cuentan fue la causa del divorcio de Lang y Thea von Harbou. Luego hizo una mujer en la luna, se pasó al sonoro, se casó con un director de cine alemán, fue amante de Goebbels, y murió bien entrado los años sesenta.
Me parece maestra de verdad.

§ 3.744. Los Nibelungos II: la venganza de Krimilda (Fritz Lang, 1924)

Pues me parece una continuación bárbara. Comencé las dos películas un poco escéptico. Naturalmente, tienen que entrar en ellas, hacer por verlas, prestar mucha atención y concentrarte en que no se te vayan las ideas centrales, los personajes, etc. Pero una vez que sigues la trama el disfrute visual es verdaderamente interesante.
Lo que más me ha llamado la atención, como cuando lees La Odisea o La Iliada, o otros clásico griegos del teatro, esquí las pasiones humanas que gobiernan el mundo no son muy distintas ahora que antes. Celos, amor, sexo, venganza, poder, dinero, envidia, traición... son las pasiones que mueven el mundo. Antes y ahora.
La potencia visual es, verdaderamente, inusitada.  Un estudio de los personajes a través exclusivamente de la imagen es jugar con elementos limitados. Porque partimos de la idea de cine actual, en donde la voz es un elemento trascendente para la conformación del personaje.
Más carga de misticismo tenía la primera parte, esta segunda parece más pueril, menos mítica, más dedicada a pasiones humanas más cercanas, menos trascendentes. 
En la primera, el eje fundamental era la admiración a lo mítico, a lo irreal. En esta segunda, lo que mueve la pasión es la venganza, una emoción más bastarda, menos elevada, menos trascendente. 
La venganza desde la pasión amorosa y sexual. La bellísima Brunilda es capaz de casarse con el Rey Atila para vengar la muestre de su marido Sigfrido a manos de su hermano Gunter. Todo un folletín.
Esta segunda parte es algo menos agradecida. Lo mítico, que es lo bonito de la historia, pasa a un segundo plano para dar protagonismo a lo real, a lo cierto. Un cambio de perspectiva difícilmente inapreciable. Me gustaba más el dragón, el enamoramiento del héroe que la venganza y la sangre.

miércoles, 2 de abril de 2025

§ 3.743. Los Nibelungos I: la muerte de Sigfrido (1924)

Mitos ancestrales alemanes. De esos que componen la identidad nacional. 
Bella, interesante, pero no entretenida. Es un esfuerzo verla completa.
Es difícil por tres razones. En primer lugar, porque la historia no llega, no es cercana y no provoca emociones por sí misma. Al no formar parte de nuestras leyendas, se aleja del imaginario individual y del colectivo y se adentra en terrenos ignotos. En segundo lugar, porque , se mire como se mire, es demasiado larga. Dos horas y veinte minutos es una barbaridad de metraje, con un cansancio visual importante. Y, en tercer lugar, porque la forma de rodar es muy antigua. En planos, siempre medios, sin un zoom, sin un tráveling, sin un encuadre distinto. En decorados, evidentemente acartonados, deficientes y pobres, como no podía ser de otra manera. Pero también el color influye. Un verde pálido que para Las tres luces era interesante, pero que aquí ya aburre una barbaridad. La veo, única y exclusivamente porque es de Lang, y porque al estar convaleciente tengo tiempo y espacio. Estoy sólo en casa muchas horas -no hay nadie, por tanto, que pueda quedar ver la televisión- y este es el momento de adentrarme en esas cosas de Lang que no he visto. Me queda esta, Spione, y La mujer en la luna. Todo lo demás lo he visto, algunas (muchas) varias veces. Recientemente dos: Encuentro en la noche y Secreto tras la puerta. Esas no las voy a ver en esta revisión de todo Lang que pretendo. Tampoco Metropolis, que la visto hace relativamente poco, año y medio, más o menos.
No dudo, ni por un momento, que es una obra de arte. Muy trascendente para la historia del cine. Por su capacidad de evocar, por sus características técnicas, por sus innovaciones fílmicas, por lo copiada que ha sido o por lo inspiradora que ha resultado para la historia del cine. Digo, como ocurre con otras muchas películas, también incluso del Lang más 'moderno', que es difícil de ver, y que por momentos es tediosa y aburrida. Repetitiva e insistente. Llevo mucho Lang en el cuerpo en muy pocos días. En dos días he visto sus ocho primeras películas.

§ 3.742. El Dr. Mabuse [El infierno] (Fritz Lang, 1922)



Segunda parte. 114 minutos más. Demasiado Mabuse.


§ 3.741. El Dr. Mabuse [El jugador] (Fritz Lang, 1922)

 
Me llama la atención la desmesurada duración de la película. Sin consideramos que es sólo una película son 270 minutos. Si consideramos que son películas, esta primera parte serían 156 minutos, y 114 la segunda parte. Muchísimo metraje. Hay series cortas que no tiene mucho más. 
Tiene interés, me gusta, pero realmente le falta propósito. Sabes que Mabuse es malo, peor no sabes para qué es malo. Falsifica moneda, manipula la bolsa para que se hunda, etc. Pero no se sabe para qué. No hace falta que sea un propósito real o cierto, puede ser una elucubración o un sinsentido, pero tiene que tener un propósito, aunque sea cruel, absurdo o inviable (dominar el mundo, interrumpir el curso de la naturaleza, crear a un hombre...)
Desde luego la cinta es de una modernidad sorprendente. En el primer diálogo Mabuse reprocha a su asistente, lacayo o persona del servicio, que "tiene el cuerpo lleno de cocina". Más tarde diserta en una conferencia sobre el psicoanálisis. Luego manipula la bolsa, más adelante hace jugar a una mujer un papel entre  espías femme fatale para engatusar a un rico y que pierda a las cartas una fabulosa suma de dinero...
Los estereotipos funcionan a la perfección. El rico orondo con chistera que no deja de comer y beber, siempre contando dinero en billetes enormemente grandes. Enfrente los pobres son retratados como menesterosos a los que hay que salvar de sí mismos, con oficios vulgares, repetitivos, marginales.
Mabuse es interpretado por Rudolf Klein-Rogge, un actor fetiche de las principales películas mudas de Lang. Ésta, las tres Luces, Metrópolis, Los nibelungos y El Testamento del Dr. Mabuse de 1933, que es un última cinta. Tiene un aire perverso, como de ido, de 'volao'. Ojos saltones, mirada fría, como si careciera de sentimientos.
Me ha gustado, me ha parecido interesante, pero no me ha impactado. Me gustan mucho los muebles, la decoración, la ropa, el estilo en general de la película. Por momentos me recuerda a El malvado Zaroff (Irving Pichel, Ernest B. Schoedsack, 1932), seguramente porque esta última copia el estilo expresionista de la obra de Lang.
Y seguramente ha sido muy importante en la historia del cine, pero no me ha llegado tan profundamente como otras e Lang también mudas: Las tres luces, o la Imagen errante, por ejemplo.

§ 3.740. Las tres luces (Fritz Lang, 1921)

También conocida como "La muerta cansada", y como "Destino".
De una fuerza visual descomunal, desmesurada, majestuosa, moderna incluso.
En esta película sí veo yo ya las líneas directrices de la obra de Lang. Los personajes malvados, insanos, morbosos, con un pasado turbio y solitario. No es que hayan perdido la razón, es que funcionan con otro tipo de estructura mental, con otros razonamientos, tienen otros intereses y no se esconden en ocultarlo. No esconden que tienen otros intereses, aunque no dicen cuáles son éstos.
La muerte, tal y como está mostrada, el personaje de la muerte, ha tenido que influir necesariamente en El séptimo sello, de Bergman. No creo que también en La carrera fantasma, que es del mismo año, aunque vaya usted a saber. Desde luego, la idea de mostrar a la muerte viva, como un personaje más, es no sólo interesante, sino novedosa en estos albores del cine.  De negro, con sombrero, capa y bastón. Muy reconocible actualmente. Aunque supongo que en su momento debió causar hasta miedo y pánico. 
Hay un dominio perfecto en la unión del guión con las imágenes, como luego también lo habrá con el sonido. En las anteriores de Lang que he visto, los intertítulos parece que intentaban explicar cosas que no cuadraban con lo que estaban sucediendo en las imágenes. Ahora ya no. Ahora existe un acompañamiento entre imágenes e intertítulos.
Otra vez el protagonismo lo tiene una mujer aguerrida, dura y determinada en encontrar su propio destino.
No es que se pase "volando", pero no se ha hecho larga. Verla en pantalla grande, en su momento, tuvo que ser toda una experiencia. Planos inolvidables, sensaciones imperecederas. Es una película que recordaré con los años. Y que volveré a ver con seguridad. Si Dios me conserva los ojos, claro. Que espero que sí.
La idea de que la vida es una luz,  que se va consumiendo con el tiempo hasta que se apaga, con la muertes, es todo una alegoría de la propia vida. Un símil muy utilizado, que no creo que fuese la primera vez. Probablemente venga de la literatura antigua y seguramente se recuperó con el romanticismo
El gusto de Lang por los lugares exóticos ya se muestra muy a las claras en esas primera cintas. La primera luz es en el ramadán,  en un país de fe musulmana.
Me ha gustado mucho.

martes, 1 de abril de 2025

§ 3.739. Corazones en lucha (Fritz Lang, 1921)

Otra mujer aguerrida, independiente, dura. Seca y femenina. Sin concesiones. La mano de la guionista se nota. Thea von Harbou juega un papel capital en toda la obra de Lang, especialmente en la alemana de su inicios. Desde el comienzo hasta 1933. A partir de su huida a Alemania el matrimonio naufragó y no tuvo más recorrido, divorciándose cuando Lang emigró a los EE.UU. Por aquellos momentos era mucho más brillante y con más reconocimiento que el Director.
La historia está mucho más trabajada desde el guión. Aunque la historia es algo confusa. Probablemente por la pérdida de metraje. Es otra de esas cintas de Lang "encontradas" en Sao Paulo, restaurada y expuesta ya bien entrados los años ochenta del siglo pasado. Qué cosas. A lo mejor algún día se encuentran las dos primeras, que siguen perdidas. De Ford supongo que habrá perdidas muchas más, e incluso hay alguna perdida de Hitchcock. Las que me faltan de Anthony Mann o William Wyler no es que estén perdidas, es que no están editadas en DVD en Europa, que es distinto.
La historia no me conmueve, a diferencia de la anterior, que sí me pareció notíciable. Aquí se abunda en amaneramientos, planos estáticos, trama enrevesada con personajes muy parecidos.
Sin embargo el color es mucho más nítido. El proceso de restauración o bien ha sido más fructuoso, o sencillamente la copia encontrada estaba en mejor estado de conservación.


§ 3.738. La imagen errante (Fritz Lang, 1920)

 
También conocida como "La virgen de la nieve", en el original se titula: "Das wandernde Bild"
Un cine más guionizado, con actores con má carga de emocionalidad.
Ya no es una sucesión de imágenes hiladas, ahora se tiene un propósito, un desarrollo, una solvencia profunda entre lo que se quiere decir y lo que se ve.
Tiene interés, es agradable de ver y empieza a tomar forma el diseño de un lenguaje propio y característico.
Me ha gustado. No sólo tiene pulso, sino que confiere una forma propia a lo que narra. No sólo me parece interesante, sino instructivo.
La montaña como epítome de la lucha interior y la superación. Espacio en el que se desempeña la búsqueda de la perfección, el encontrarse a uno mismo. Además, en la simbología alemana represente el ascenso hacia otras metas personales más elevadas.
Me ha gustado, especialmente los dos primeros actos. El tercero, retrospectivo y explicativo de la huida, es más insulso, menos onírico y con mayor carga actoral. Por eso es más insulso.
Muy interesante el personaje femenino. Aguerrido y que toma decisiones por sí mismo.

§ 3.737. Las arañas, parte 2 (El barco de los brillantes) (Fritz Lang, 1920)

Muy en la línea de la anterior cinta. No se aprecia evolución ninguna. Ni en el tratamiento técnico, ni en el fílmico, ni en el emocional.
Idéntica dinámica: héroe que descubre cosas, que lucha contra organizaciones secretas que esconden misterios que revelados pueden cambiar la faz del mundo. Incluso tiene chica "villana", aunque no con los perfiles que luego, más tarde, le daría a esta el cine comercial de los sesenta y setenta, incluyendo la saga 007.
Se puede ver, pero sabiendo que estamos ante una curiosidad, una cinta de aprendizaje y experimentación. No sé cuál será la primera obra maestra del cine (mudo), Tres hombres malos de Ford de 1925, o quizá Metrópolis de 1927, o La Carreta Fantasma de 1921. Pero esta no es la primera. Sigue teniendo carencias expositivas, y no consigue interesar verdaderamente.

§ 3.736. Las arañas, parte 1 (El lago de oro) (Fritz Lang, 1919)

Es sorprendente. Verdaderamente sorprendente. Y explica muchas cosas de la vida y de la obra de Lang, especialmente de la obra. No creo que El tigre de Esnapur y la Tumba India puedan explicarse sin esta película, en sus dos partes, o estas dos películas, como se prefiera.
Es, en realidad, una película de aventuras. Un héroe, un antihéroe, un climax emocional, lugares exóticos, peligrosos y malvados perseguidores, objetivos idealizados, medios de transporte novedosos (globos, lanchas, etc.) y un pretendido ambiente de sofisticación que rodea un propósito dude resultado inciertos y pretendidamente irrealizable. 
Es algo menos amanerada que Harakiri, que no me gustó demasiado.
Aquí, aunque no lo parezca encuentran, sin embargo, todos los cánones del género de aventuras. Incluso la iconografía de héroes muy definidos, como Indiana Jones, por ejemplo, pueden verse anticipados en esta cinta: el sombrero, el chaleco, la cartuchera.
Se ve por curiosidad, por empatía con el Director, y por ese espíritu enciclopédico que me caracteriza, a veces difícil de conllevar.

§ 3.735. Harakiri (Fritz Lang, 1919)

Versión fílmica de Madame Butterfly, la famosa ópera de Giacomo Puccini. Tercera película de Lang, aunque las dos primeras no se conservan: El mestizo (1919) y Master of love (1919). 
De hecho ésta también se consideraba perdida y se descubrió, al parecer, en Holanda en 1987, procediéndose a la restauración.
Bueno... se ve porque es de él. No tiene el más mínimo interés (para mi). La historia no me llega, los personajes son amanerados, tiesos, estáticos. El color (supongo que la restauración de negativos tiene su límite) entre verdoso oscuro y negro brillante es verdaderamente horrible. La copia que visiono tiene los subtítulos en alemán. Y además la música es bastante tediosa, para dormir.
Insisto, la veo porque es de Lang. Quiero hacer un nomográfico y visionario todas sus películas por el orden en el que fueron ideadas. 
Ha leído que, en realidad, es la cuarta película de Lang. Bueno. Da más o menos igual si ésta la veo primero aunque se estrenase en diciembre, antes de otra del mismo año que se estrenó en verano. El propósito no cambia. Y excepto de Journey to the last City, que, en realidad, es simplemente un montaje con las dos cintas indias de Lang, pretende verlas todas por su orden.

§ 3.734. Iván el Terrible. Parte II (La conjura de los boyardos) (Sergei M. Eisenstein, 1958)

La locura del poder. El poder corrompe, al poder absoluto, corrompe absolutamente.
Aunque la estética del poder es tan majestuosa como en la primera parte, aquí predomina el negro, y no el blanco como en la primera parte. Incluso los clérigos, que tan importante papel han jugado siempre en la idiosincrasia del poder ruso, visten de negro.
La dramatización de las emociones conviene a una trama llena de traiciones familiares, homicidios de parientes, luchas intestinas por el poder civil, militar y religioso. Convierte la trama en una manera de desarrollar la historia. En una manera que ha creado escuela, una forma de dramatización  -exageración, amaneramiento, expresividad desusada- que se acerca mucho a la forma en la que se conduce el teatro.
Me ha gustado menos que la primera parte, quizá por mi tendencia natural a considerar la bondad como el bien supremo del hombre, quizá porque sea mejor cinta, quizá porque estoy un poco saturado de la historia.

§ 3.757. Los verdugos también mueren (Fritz Lang, 1943)

Creo que será la cuarta vez que veo la película. Y todas las veces me ha producido una gran impresión. Me parece muy valiente, muy compromet...