jueves, 17 de diciembre de 2020

§ 2.175. La maldición de Damien (Don Taylor, y Mike Hodges, 1978)

    La anterior película termina con una imágenes del enterramiento de los padres del niño. El niño está con alguien a quien llaman Presidente. Es interesante la insinuación de que la maldad proviene de la política, del ejercicio de lo público. Seguramente el final tan abierto pretendía no cerrarse las puertas a ningún tipo de segunda parte. Es más que probable que se redactasen varios guiones sobre la continuidad de la serie. Estoy convencido de ello. Esta segunda parte es una derivación posible, aunque pueden existir otras diferentes.
El niño se va a vivir con el hermano del padre. Han pasado siete años, Demian tiene 13 y es un cadete joven y resuelto. Vive junto con su primo, el hijo de su hermano, el hijo de su primera mujer.
    Junto con ellos vive una hermana mayor del padre de niño y del padre muerto de Demian. Pretende la señora mayor que ambos niños se eduquen separadamente. La señora fallece tras el advenimiento de un cuervo en su habitación le augure lo final.
    El sacerdote que vivía en Jerusalén acude a Estados Unidos para unas cuestiones relacionada son sus museo y pretende entrevistarse con el padre del niño y tío de Damien.
    La película, como todas las segundas de las sagas, tiene un óbice importante, el que procede de la comparación con su original.
    Aunque Holden es un actor excelente, no es Peck para este equipo. Tampoco Lee Grant es Lee Remick, ni mucho menos.  Entiéndase bien, no digo que Holden y Grant no sean excelentes actores, especialmente el primero. Digo que este tipo de sagas funcionan con la continuidad de sus personajes. También interviene (la gran) Sylvia Sidney como la hermana mayor que fallece al comienzo de la película después de advertir a su hermano sobre el comportamiento de Damien.   También hay una periodista que intenta avisar a la familia del mal que se avecina, pero es asesinada por los cuervos, que la sacan los ojos y es atropellada por un camión en la carretera, después de que misteriosamente se le parase el coche después de avisar a al mujer del tío de Damien.
    Me ha gustado menos que la original, aunque se deja ver. Tiene interés y siempre está el atractivo de ver a William Holden, probablemente el actor que más me gusta. Un hombre que hizo de todo, absolutamente de todo.

§ 2.174. La profecía (Richard Donner, 1976)

    Una de las más míticas películas de miedo de todos los tiempos. Un planteamiento sencillo, por eso lo aterrador. Un embajador de carrera es trasladado de Roma a Londres y se llevan, naturalmente, al niño de ambos. Niño que no es propio, porque el suyo murió al nacer y en el hospital le dieron, tal cual, a otro niño que no tenía familia y cuya madre murió en el parto. El padre sí sabe que no es propio, pero la madre no lo sabe.
    El cuadro que se dibuja en el primer cuarto de hora es idílico, familia asentada emocional, económica y con triunfo social contrastado. Todo se empieza a trastocar cuando la niñera se suicida en una fiesta de cumpleaños de Demian, tirándose de un balcón con una soga al cuello en presencia de todos los invitados a la celebración, mayores y menores, adultos y niños. La niñera dice que se suicida por Demian, por el niño, a grito pelado mientas el niño le hace unos gestos a un perro agresivo, un Rodwalier.
    Un reparto fabuloso encabezado por Gregory Peck, y Lee Remick, varonil él y muy femenina ella. David Warner es el periodista, y Billie Whitelaw es la nueva niñera, aquella que sustituye a la que se ha suicidado. La niñera se ha presentado sin que nadie se lo haya pedido, ni el padre del niño ni la madre. La agencia, dice ella cuando se le interpela sobre ello. El niño es el actor Harvey Stephens, que sólo ha intervenido en esta película. Y el sacerdote es Patrick Troughton.
    La nueva niñera le comenta a la señora que el niño no debe ir a la iglesia, pero la madre insiste. Cuando llegan el niño experimenta una excitación impropia, se descompone y agrede a la madre dentro del coche. Pero el padre comienza a hilar fino. Aprecia que el niño nunca ha estado enfermo, nunca. La niñera tiene al perro dentro de la casa y el niño se comporta de forma extraña en el zoo, huyéndole los animales, que no soportan su presencia. La escena de los mandiles es aterradora, veoviendo cómo se abalanzan sobre el coche en marcha en el circuito del zoo.
    La madres comienza a experimentar un desequilibrio evidente, un miedo a su propio hijo y a las cosas que le ocurren, a lo que le pasa... El padre le entrevista en Londres y le dice que es el hijo del diablo y que debe morir, señalándole el nombre de un sacerdote experimentado en hacer morir a este tipo de niños, además de decirle que su mujer está embarazada, cosa que es cierta. El sacerdote muere alcanzándole el pararrayos de una iglesia. La mujer le comenta que está embarazada y le dice que no puede llevar a buen puerto el embarazo. Ella le comenta, al marido y al psiquiatra al que visita, que el hijo no es suyo, y que es malo. Él se opone al aborto que ella sí quiere. El niño con su triciclo provoca que se caiga y pierde el niño que llevaba dentro. Algo extraño empieza a suceder en el entorno del marido. Todo lo comienza a ver de forma diferente. Incluso la cara de Peck es más dura y afilada, con algunas sombras, arrugas y bolsas en los ojos. Su transformación no es sólo mental, sino también física.
    Ella le pide que no deje que el niño la mate. Ese es el momento en el que la película vira definitivamente hacia una cinta de terror, minuto 52 de un metraje de 110 minutos totales.
    El periodista se reune con él y le explica las sospechas que tiene sobre el sacerdote. El sacerdote tenía recortes de prensa del nacimiento del niño el 6 de junio, del sexto mes, a las seis de la mañana. El embajador no entiende nada, pero está dispuesto a averiguarlo mientras la esposa permanece en el hospital. Él vuelve a Roma, a hacer averiguaciones con el periodista. Todo parece indicar que el niño ha nacido exactamente con los los presagios bíblicos que señalan el advenimiento del anticristo. Todo parece cerrado. La búsqueda de los orígenes del niño aleja la atención del niño y de la madre, que siempre es más agobiante y le da a la película una sensación de credibilidad, de realismo. Las "cosas" malas que hace el niño son pocas, y por eso creíbles.
    Muy interesante cuando el sacerdote le dice que el anticristo vendrá desde la política, y que el 666 es el número de la triple maldad: el demonio, el anticristo y el falso profeta...
    Las imágenes del cementerio y los perros, los de la misma raza que el que tiene el niño en Londres, es desgarradora y muy potente. 
  La película tiene un guión estupendo, muy bien trazado, que mantiene la atención del espectador y crece en intensidad poco a poco. La dirección es brillante, con un color gráfico muy bonito y unos encuadres nítidos, limpios y sin innovaciones técnicas. Excepto en las escenas de maldad, en donde la cámara gira sobre sí misma y da vueltas y vueltas, con una música atropellada y atónica, sin melodía, mero ruido... No son muy numerosas las escenas de miedo o pánico, de terror. Se concentrar en varios momentos y en la mayoría de la ocasiones no son especialmente efectistas. Cuando su mujer es asesinada por la niñera arrojándola por el balcón del hospital toma una determinación firme: acudir al sacerdote que le dijeron que se encargaba de estas cosas, que resulta que fue un exorcista del siglo XVII, estando la ciudad en Jerusalén, en un sitio bíblico. Allá se van, tanto el periodista como el embajador, a ver una tumbas en el desierto y encontrar al exorcista en la ciudad en la que comenzó el cristianismo.
    Es de las pocas películas de miedo que han trascendido su estricto ámbito de atención. Es un genero que gusta mucho a quien lo visitan. Pero no suele ser el tipo de películas que gustan a los cinéticos más convencionales. Junto con ellas quizá pueda incluirse a El resplandor (1980) de Kubrick y La semilla del diablo (1968) de Polansky.

miércoles, 16 de diciembre de 2020

§ 2.173. Al límite (Martin Scorsese, 1999)

    Temática difícil donde la haya. Me llama la atención lo poco que me sonaba la película... No es de las más conocidas suyas, probablemente porque tampoco es de las mejores. Me ha llamado mucho la atención y el tratamiento que se le de a la cuestión. No me parece de Scorsese. No sé cómo decirlo, pero me parecería más propia de Fuqua o incluso de Abel Ferrara. De este tipo de director neoyorkino hasta la médula que se dedica a mostrar el lado más sucio de la gran ciudad. No es que él no lo sea, que lo es, porque nació allí. Es que no ejerce como tal. Sus películas no tiene a NY con protagonista. En esta película tampoco.
    La inhumanidad de un servicio público de urgencias en la ciudad de Nueva York por la noche. 
    Un conductor de ambulancias muy quemado con la noche y los tipos de atenciones que realizan comienza a sufrir alucinaciones. Ve a personas que ha intentado salvar en otras ocasiones, especialmente se le aparece el fantasma de una chica de 18 años. Nicolas Cage es el conductor, Patricia Arquee es la chica del padre que intentan salvar al comienzo de la plelícula y John Goodman el compañero en la ambulancia.
   Homicidios, suicidios, sobredosis, todo tipo de penurias y problemas. Toda una locura, una paranoia de intervenciones, drogas, marginalidad y psicosis de estos trabajadores. Es natural que este tipo de estrés acumulado de días y días conlleve una auténtica psicosis...
    La música es de Elmer Bernstein, básicamente retazos de canciones de rock duro. Elmer es un clásico absoluto, bandas sonoras míticas del cine llevan su sello.
    No me ha gustado especialmente. Creo que el director eligió a Nicolas Cage antes de que se construyera el guión (por Paul Schrader, nada menos -habitual suyo en varias películas-, sobre novela de  Joe Connelly) y elegir actores y casting. Ese punto de ido, de neuroriquillo, de pasado de vueltas creo que le va bien al personaje. Hay algo de autenticidad en ello, de no necesitar actuar. Es cierto que tiene un Oscar, pero no es un buen actor y cuando le vi en el reparto pensé, guauuuu, ¿cómo puede ser que Scorsese, que tan bien elige a sus actores cuenta con él para esta cinta? Me sorprende, mucho además...

§ 2.172. Zelig (Woody Allen, 1983)

    Peculiar ensayo cinematográfico. Un hombre de mediados de los años 20 tiene la capacidad de mutar en cualquier persona que se encuentre a su lado, chino, negro, judio, irlandés, etc. Muta físicamente y es estudiado por psiquiatras y médicos varios. Adopta tanto la forma física como la personalidad para caer bien en cualquier momento y lugar. No tiene una propia personalidad, sólo sirve para adaptarse incluyéndose en el grupo como uno más. Un personaje anodino carente de entidad, como tantos otros que pretende adaptarse a cualquier circunstancia. Es una crítica a un tipo de persona muy de moda actualmente, en realidad, de moda en cualquier momento. Siempre hay un Zelig cerca, una persona sin entidad que lucha densamente por no mostrar quién es intentando integrarse en una realidad que le circunda.
    Es claramente, el antecedente de películas que muestran varios acontecimientos sociales importantes en una determinada sociedad desde la perspectiva de un único personaje, aprovechando para exponer, y criticar, determinados aspectos de un momento histórico.
    Como ensayo en una filmografía completa se puede ver. Como película propiamente dicha no tanto. Me parece interesante verla, pero no creo que sea una película que ve muchas veces en mi vida. Tiene un metraje corto, lo que ayuda a digerir el mensaje, pero sinceramente, la veo porque es de él, si fuese un experimento fílmico de alguien a quien no tuviera respeto no la hubiera terminado.

§ 2.171. Pasaje a la India (David Lean, 1984)

    Última película del genial David Lean, uno de los directores más prodigiosos de la historia del cine. Con un reparto de superlujo: Judy Davis, Victor Banerjee, Peggy Ashcroft, James Fox, Alec Guinness, Nigel Havers, Richard Wilson, Antonia Pemberton, Saeed Jaffrey, Art Malik, Michael Culver, Roshan Seth, Clive Swift, Ann Firbank, Rashid Karapiet, y Dina Pathak
    Novela de E. M. Forster y guión del propio Lean es una buena muestra de la literatura y cine británico. Sensibilidad, atención a los detalles y costumbrismo, a lo que Lean añade monumentalidad, película de gran formato, un color estupendo y unos planos (de amor y lujo) realmente imposibles de realizar fuera de este tipo de cine, del de aquellos años y de este director, de este tipo de directores. No tengo claro que fuera un éxito, sobre todo tras el fracaso comercial de "La hija de Ryan". Es como el último tiro del director de siempre, del que se puede esperar, naturalmente, una gran obra, pero también un gran fracaso en relación al presupuesto concedido y el dinero recaudado.
    La tensión entre las mujeres -madres y novia- del magistrado inglés y la sociedad bienpensante británica es el arco de bóveda sobre el que se edifica la historia. Su viaje tiene más pretensiones que las meramente relacionadas con visitar al hijo. Pretenden conocer la vida y las costumbres del lugar, pero a los británicos no les interesa demasiado congeniar con los nativos. Para ellos la India simplemente es una colonia, a la que esquilmar en beneficio propio, sin necesidad de entender qué ocurre en ellas o cuál es su razón de ser.
    La india obliga, le dice la madre del magistrado a su novia, a enfrentarse a uno consigo mismo, y eso a veces provoca sobresaltos. Desde luego se refiera a los que están más allá del clima, la comida o el idioma... Es evidente que la chica se casa por puro convencionalismo social, no está realmente enamorada del novio, ni mucho menos. Y en este viaje lo aprecia y descubre con total realismo. 
    La excursión a una cuevas muestras todo lo que puede acontecer, algo inesperado: la India no es como ellas dos -novia y madre- han creído. La fascinación por conocer se torna en una experiencia no excesivamente grata. Una violación de la protagonista, de la que es acusado el mérito indú que les acompañaba a las cuevas. Dese luego es algo insólito y poco creíble. Que haya sufrido una agresión puede ser, pero que sea a manos del doctor no parece. Sin embargo la víctima permanece inconsciente, sedada y sometida a un control médico férreo y excesivo.
    La filmografía completa de Lean es la siguiente: Sangre, sudor y lágrimas (1942) [Codirigida: Noël Coward], La vida manda (1944, Un espíritu burlón (1945); Breve encuentro (1945); Cadenas rotas (1946), Olivert Twist (1948), Amigos apasionados (1949), Madeleine (1950), La barrera del sonido (1952), El déspota (1953), Locuras de verano (1955), El puente sobre el río Kwai (1957), Lawrence de Arabia (1962), Doctor Zhivago (1965), La hija de Ryan (1970), y Pasaje a la India (1984). A ella hay sumarle dos cosas más: "La historia más grande jamás contada" (1965) obra codirigida con George Stevens y Jean Negulesco, y "Mayor Barbara" (1941) también codirigida, en este caso con Gabriel Pascal y Harold French.
    Desde luego es una filmografía impresionante, con varias obras maestras absolutas, particularmente tres: El puente sobre el río Kwai (1957), Lawrence de Arabia (1962), Doctor Zhivago (1965). Para mi sus tres mejores películas, las que a mi más me han gustado.
    La película es excesivamente larga, y demasiado pausada. Es cierto que todas sus obras tienen un punto cadencioso, pero en esta, a diferencia de otras, no cuenta cosas (tan) interesantes. Se pierde en una exposición hedonista que no me ha agradado. No entiendo que para contar lo que quieren decirnos el Director tarde tanto en exponerlo. Como a otras tantas centenas de películas le sobra metraje, más de media hora, o incluso más, en este caso.

martes, 15 de diciembre de 2020

§ 2.170. Delitos y faltas (Woody Allen, 1989)

    Una película de Woody Allen, en toda la extensión de la palabra. Brillante, chisporroteante, inteligente, mordaz, tensa y con muchísima retranca. Me ha encantado. Me encanta la ciudad, el color que proyecta, la 'tranquilidad' que respiran sus parques. Muy interesante la relación que mantiene con su sobrina, sobre todo porque la lleva al cine y le compra libros de fotos de Nueva York.
   Problema de adultos planteados como adultos. La infidelidad conyugal y sus consecuencias. El sexo, la pasión y la confianza en sí mismo.
    Su hermana, la madre de su sobrina, ha sido chuleada por un chulo de discoteca. El hermano de su mujer, gran productor de televisión, quiere que rueden una película de su vida para la televisión. Woody hace la película por dinero, para financiar su propia película sobre el sionismo. Y un oftalmólogo famoso tiene una amante, y se lo comenta a un paciente, que es hermano de la mujer de Woody. El oftalmólogo pide a su hermano que le ayude a librarse de su amante. El hermano le propone suprimirla... Mientras se ruede la película Woody se enamora de la asistente de producción (Farrow) que ayuda a filmar la cinta.
    Si hay una falta y profundo arrepentimiento puede haber perdón, le dice el rabino al oftalmólogo. Él duda si pedir perdón a su mujer o decirle al hermano que se encarga de ella. Es, ciertamente, una vida humana le dice el rabino. Toma la determinación y finalmente es asesinada, pero el amante acuden la casa de ella y la ve en el suelo, muerta. Pretende llevarse los objetos personales que le incriminarían en el crimen: cartas, libros, etc.
    El sentimiento de culpa le castiga, le corroe, no le deja respirar ni dormir. Es todo un mar de dudas. Vuelve a casa y el teléfono suena en medio de la noche, como otras veces, sin que nadie conteste al otro lado de la linea, como solía hacer la Angelica en otras ocasiones, amenazándole indirectamente.
    Paralelamente el intelectual judio sobre el que se está haciendo la película se suicida, con lo cual el reportaje que estaba realizando queda en el limbo. No se sabe qué hacer con él. Convertirlo en púas de guitarra dice Woody. 
       La policía está tras la pista y entrevista al oftalmólogo. Ha sido paciente suya y que le ha llamado varias veces a la oficina y a su casa. Él se pone nervioso, obviamente, y le muestra sus dudas a su hermano, que está más acostumbrado que él a esto. Sutilmente le amenazó con liquidarlo si confiesa a la policía. Está perdiendo los nervios, con su familia y en sociedad. Se avizora un desastre monumental...
    Es un estudio sobre las diferentes formas de plantear la infidelidad, una más violenta y con sentimiento de culpa, y otra menos virulenta pero menos satisfactoria. Mientras que la forma trágica por lo menos sí ha sido vivida, la forma sencilla, tranquila y serena ni siquiera llega a consumarse. Una infidelidad es en acto, la otra en potencia. Una real, la otra soñada. Una es un delito, la otra una falta.
     Lleno de frases ingeniosas: Comedia es = tragedia + tiempo. Le quiero como un hermano, como Cain a Abel. Un desconocido defecó encima de mi hermana. Dios es un lujo que no puedo permitirme. Logré librarme del mundo real y ahora me ha alcanzado. Mi exmarido y yo nos enamoramos a primera vista, debí echarle un segundo vistazo.
    Un guión, como todos los suyos, magníficos, una dirección firme y un reparto de lujo: Woody Allen, Alan Alda, Claire Bloom, Anjelica Huston, Mia Farrow, Martin Landau, Jerry Orbach, Caroline Aaron, Sam Waterston, Joanna Gleason, Martin S. Bergmann, Jenny Nichols, Daryl Hannah, Zina Jasper, y Frances Conroy. Me han gustado mucho tanto Alan Alda, como siempre, y especialmente Martin Landau y Angelica Huston. Nunca pensé que Landau podía tener estos registros. Angelica sí la recordaba en otras de Allen y sí la tenía acreditada an estos registros, pero Landau me ha sorprendido.
    Se podría hacer una película sobre las películas que salen en las películas de Allen. Antiguas y clásicas.

lunes, 14 de diciembre de 2020

§ 2.169. El rastro de la pantera (William A Wellman, 1954)

    En un rancho del Oeste nevado, probablemente de Utah, o Nevada, aparece una pantera en la noche. Los tres hijos del matrimonio se levantan para ir a cazarla.
    Director magnífico, con cosas estupendas de verdad, y un elenco de actores de primera: Robert Mitchum, y Teresa Wright como estrellas más preeminentes, acompañados de Diana Lynn, un Tab Hunter siempre tan peculiar y Beulah Bondi, Philip Tonge, y William Hopper. 
    Una especie de drama familiar generacional. El hijo mayor y el de en medio van a la caza, mientras que el menor se queda en la casa nevada con su novia y la hermana de los hijos se queda en la casa. La tremenda nevada impide salir a los miembros de la familia. Ésta incluye a un padre borracho, una madre amargada y un indio que no habla y que va de aquí para allá, del establo a la casa, y viceversa.
    Es interesante porque tiene algo de Centauros (que es de 1956) en la búsqueda a través de la nieve, y también algo de El Cazador de Michael Cimino. No creo que sea un antecedente directo, pero desde luego puede entenderse así.
    El papel de Mitchum es el de hermano mayor, casi padre, que mantiene la integridad de la familia en un ambiente hostil por el clima, los indios y la pantera... no tiene espacio ni tiempo para otras cosas que no sean domesticar todo lo que rodea al rancho y la integridad de la familia. No se indica cuál es la razón por la que tiene ese mal carácter, esas maneras tan duras de conducirse en sus relaciones...
  Teresa Wright es la hermana, y Diana Lynn la novia del hermano menor, que es Tab Hunter. 
    La pantera representa el mal, lo externo, lo que amenaza a todos, el factor externo sobre el que depositar toda la tensión de las frustraciones y relaciones viciadas que se dan en ambientas tan cerrados y perturbadores.
   El Cinemascope funciona de maravilla en estos paisajes del oeste, especialmente en esta película, con planos de nevadas inmensas, y arboles verdes sobresaliendo en lo blanco de la nieve. La nieve es la pureza, la pantera la maldad. Alguien tiene que ganar. El hermano (Mitchum) parece que está enamorado de la misma mujer que su hermano pequeño. Alguien tiene que ganar. El hermano pequeño no tiene autonomía para decidir cómo llevar su vida. En concreto no sabe si pedirle su parte en el negocio para mantener su futura vida o esperar a que él se la ofrezca, pues entiende que sin su actuación pasada no habría rancho, ni tierras, ni nada que mantener. La duda es si la preeminencia del hermano mayor es de tal calibre como para llevar a la ruina a toda la familia, o si, por el contrario, al final cederá y permitirá que el hermano pequeño tenga su propia vida. Todo un drama. La madre es retorcida y mala y el hijo pequeño tiene que elegir: o su familia, madre incluida, o su novia. Su pasado, con el peso que ello conlleva, o el futuro.
    El padre bebe porque no tiene besos de su mujer, una auténtica beata. Tiene mucho más criterio que los que no beben. La madres y la hermana son iguales, por eso chocan.
    Me ha gustado mucho, me ha recordado a aquellas de Mann y de Fuller con Barbara Stanwyck, en donde parecían más tragedias de Shakespeare que tramas del oeste, concretamente Las Furias y 40 pistolas, respectivamente.
    Wellman es un director a tener en cuenta, junto con Curtiz y Walsh los próximos a redondear.
    Le he puesto un 9 en Filmaffinity, probablemente una nota un pelín excesiva pero tiene su lógica compensatoria con otras del mismo autor, a las que he puesto pero nota de la que merecían. Desde luego es un gran de verdad. Con dos otras cosas realmente brillantes, buenas de verdad, entre ellas una mítica para mi: Cielo amarillo.

§ 3.841. The beast (Lee Jung-Ho, 2019)

Película de policias coreana. De Corea del Sur, naturalmente.  Responde a los cánones de cinta policial norteamericana. Los dos tipos de pol...