domingo, 17 de noviembre de 2024

§ 3.577. Policía Python 357 (Alain Corneau, 1976)

Un thriller policíaco francés. No es un polar exactamente. Es parecido, o Neo-polar, si se prefiere la terminología. Una de policías de todas la vida, pero con hechuras nuevas, distintas, más al gusto de la época, del tiempo que les toca vivir.
Muy en la estela de "Harry, el sucio" (Don Siegel, 1971) al personaje de la historia le da vida un siempre magnífico Yves Montand, en ese papel de hombre mayor con experiencia que sabe de la vida y tiene una último amor de madurez con una chica veinte años más joven.
Se acompaña de la solvente y excelente Simone Signoret en un papel un poco raro para una dama del cine europeo, de François Périer, otro clásico del cine francés, y de la Stefania Sandrelli, que es la joven enamorada.
La cinta es una especie de enredo amoroso a tres pistas de varios policías con la misma chica... y los policías llevan un arma, una Python 357, que es uno de los revólveres más lujosos, caros y potentes del mundo. El mismo revolver que el inspector Harry Callahan.
Buena película, bien rodada, quizá un poco larga, que se deja ver y mantiene el interés.
Buen director. Ya me gustó la anterior suya que vi, "Serie negra", de 1979. 

§ 3.576. La muerte de un quinqui (León Klimovsky, 1975)

 
Cine negro a la española. Una verdadera joya. No tiene la potencia, la presencia o el empaque de las obra americanas, pero tiene su gracia estilo propio, su personalidad. Una mezcla de 'fantaterror' y cine 'quinqui'. No es "Deprisa, deprisa" (Carlos Saura, 1981), tampoco "Distrito quinto" (José Luis Coll, 1957), ni tampoco es el estilo de De la Loma, con sus Toretes y sus atracos por tirones a bolsos.
Aquí se narra las desventuras de un psicópata delincuente que se queda con el botín de un atraco.
Por la estructura de la película me recuerda a "Fuga sin fin" (Richard Fleischer, 1971). No me extrañaría que, como en tantas ocasiones, la idea creativa naciese viendo una película de otro.
Me ha gustado, no es lo mejor que he visto, pero es bastante decente pare el lugar y el momento en que se rodó. Interesante este Klomovsky.


§ 3.575. Las garras de Lorelei (Amando De Ossorio, 1874)

 
El típico producto del cine de "fantateror", todo un género que se alimentaba de la taquilla, de las ilusiones de sus cineastas (no sólo directores, también guionistas, productores, y demás personal) que terminaron haciendo un tipo de cine de lo más peculiar. Interesante, algo encasillado en su momento, y sin lugar a dudas, valioso, dependiendo de para qué y cómo, naturalmente.
Lorelei o la sirena errante...!!!
Interesante, aunque por momento se desliza por la senda del destape (aunque hay poco, y sí mucha carne) sin pertenecer a ese género.
En la línea de las de Fantaterror de aquella época.
Resulta que Loretai era una guapa entre las guapas, pelirroja para más señas.

sábado, 16 de noviembre de 2024

§ 3.574. Infierno en la bahía de San Francisco (Frank Tuttle, 1955)

Me gustan este tipo de películas, cine negro en estado puro. Tuttle es un buen ejemplo de directores de este género.
Duro, seco, al grano. Directo al corazón. 
Llama la atención el color super "arrebatado" con el que está rodada la cinta. Muy subido la tintada de los rojos, los azules, incluso los blancos. Es probable que en Cinemascope, en una pantalla de quince metros cuadrados, se viera mejor, mucho mejor, pero en una televisión normal y corriente cómo la mía se ve raro. Es como si los píxeles del color no estuvieran suficientemente coloreados. Como si faltara textura y densidad en el calor.
Además una trama de cine negro a todo color es una rareza.
La trama es inteligente, los diálogos característicos de este tipo de cine suenan bien, los personajes están muy bien caracterizados y el resultado es bueno, bueno de verdad.
Inteligente, trabajada, y verdaderamente del género.
Las tramas y subtramas funcionan de manera complementarias de manera suave, la música acompaña, y Edwards G. Robinson es un verdadero monstruo del cine. Alan Ladd hace lo que puede a su lado, bien sin más, muy en el papel de hombre seco, amargado, cautivo de su sed de venganza, rudo pero con fondo tierno. 
Joanne Dru tan guapa como siempre y Paul Stewart sereno, serio y formal.
Un muy buen resultado, que se une a Contratado para matar (1942) y a Suspense (1946), que son las otras dos que he visto del director.

§ 3.573. El caminante (Paul Naschy, 1979)

 
Me ha gustado mucho esta cinta de Jacinto Molina como director, y Paul Naschy como actor. Curioso. Como si quisiera diferenciar esta película de otras que filma con su seudónimo.
Es un retrato picaresco al estilo de las coplas del Siglo de Oro español con un enfoque singular, pues el caminante parece un trasunto del diablo, que ha venido a la tierra con algún propósito que no se muestra del todo.
Inteligente propuesta, metraje medido, diálogos muy construidos y una gran imaginación. Desde luego una gran propuesta.
Se deja ver, no cansa, tiene interés y pretensiones, propósito y trabajo. 
Me gusta este cine nuestro que se construyó en la transición, que fecunda en tantas cosas, también en el arte, y en el cine.

§ 3.572. Reverendo Colt (León Klimovsky, 1971)

 

No es exactamente un producto de serie Z, pero se le parece, pero con calidad, con un guión bien trabajado, una trama bien desarrollada, un un metraje civilizado.
Me ha gustado. Con un equipo voluntarioso, cuatro ideas bien organizadas, unos actores que lo dan todo, una ilusión desbordante y una necesidad de agradar y satisfacer al publico hacen un producto de lo más decente.

viernes, 15 de noviembre de 2024

§ 3.571. Abismos de pasión (Luis Buñuel, 1953)

Necesariamente tenía que ser una película muy querida por Buñuel. Siempre dijo, al menos así lo he leído, que su película favorita era la versión de Cumbres Borrascosas de William Wyler, de 1939.
Supongo que habrá varias versiones y comentarios sobre esa asunto, sobre la película favorita del director. Pero no sé por qué, pero creo que el comentario puede ser cierto.
Llama la atención la fortaleza emocional de las mujeres, la lucha enconada por "el macho", por el hombre dominante y despiadado, brutal y salvaje. No luchan por el hombre culto, refinado, sofisticado e intelectual. La racialidad del amor, la brutalidad del sexo, las pasiones, los celos y los instintos. 
Es de una despiadada y salvaje animalidad.
Es durísima, intensa, racial, personal, instintiva, rocosa, berroqueña, sulfurosa, identitaria, y sumamente personal.
Me encanta.

§ 3.785. Un juego de muerte (Robert Wise, 1945)

Un extraordinario remake de una extraordinaria película: "El malvado Zaroff" ( Irving Pichel,  y Ernest B. Schoedsack, 1932). Y au...