Me ha gustado mucho esta cinta de Jacinto Molina como director, y Paul Naschy como actor. Curioso. Como si quisiera diferenciar esta película de otras que filma con su seudónimo.
Es un retrato picaresco al estilo de las coplas del Siglo de Oro español con un enfoque singular, pues el caminante parece un trasunto del diablo, que ha venido a la tierra con algún propósito que no se muestra del todo.
Inteligente propuesta, metraje medido, diálogos muy construidos y una gran imaginación. Desde luego una gran propuesta.
Se deja ver, no cansa, tiene interés y pretensiones, propósito y trabajo.
Me gusta este cine nuestro que se construyó en la transición, que fecunda en tantas cosas, también en el arte, y en el cine.
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