Todos los zombies de Ossorio se ven ifuales. O muy parecidos. Director de un momento. Que se explica por las circunstancias y por la personalidad del creador. Tiene mucho mérito, muchísimo, montar películas, idearlas, lanzarlas, financiarlas o buscar financiación, guionizarlas, rodarlas, montarlas, publicitarlas, y hacerlas reales. De las musas al teatro. Y este cineasta, como otros de la época merecen todo mi respeto, todo mi cariño, toda mi consideración.
Que luego la película sea buena o mala, mejor o peor, casi no tiene importancia. Lo que ocurre con Ossorio es que son todas iguales, o tan parecidas que no se diferencian.
Jack Taylor, Simón Andreu y el resto de la tribu, incluyendo a una Bárbara Rey de los más joven y lozana.
Prescindible.
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