La ruralidad norteamericana no me ha agradadonunca. Es evidente que para directores de allí es un valor en alza, una forma de ver la vida y una escuela de aprendizaje. Y hay que respetarlo, naturalmente. Pero sólo conecto con ella desde lo secundario: la visualizad, el color, los planos, los enfoques, los encuadres, etc. La historia en sí no me llega, no me suele llegar, como ésta. Me parece artificial. Un poco sí me recuerda a Las uvas de la ira, de Ford. Hasta cierto punto su mensaje es colectivista, socialista, izquierdista, sindicalista.
Me llama la atención en una sociedad como cinematográfica americana tan poco proclive a dar pábulo a discursos de este género.
Me ha gustado. No me parece una obra de arte, pero tiene una visualizad muy singular, característica. Su gran valor. En ese sentido me recuerda a Victor Erice, algo al Bergman de color, a directores que tiene la imagen como un aliado.
La historia es dura, algo aterradora, real y sufrida. Me ha gustado. Tengo que volver a ver todo Tarkovsky, otro de los 'visuales'.
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