Cine negro oscuro. Negro de verdad. Del mejor. Chica guapa, pasiones reprimidas, tensión sexual vigente y potente, paleto ejerciendo y un desfalco de dinero de por medio.
Recuerda vagamente a Perdición (Billy Wilder, 1944), aunque, por supuesto, no es tan buena como el clásico.
Un Gran De Toth. No un Toth medio, un Toth grande. Con una muy guapa Lizabeth Scott en un papel que le va mucho, un Dick Powell al que no le veo del todo en el papel y el siempre eficaz Raymond Burr cuando hace de 'brutote' pero con corazón.
Pretende un punto de reflexión sobre la aburrida vida de clase media que no consigue del todo.
Me ha gustado, metraje civibilizado, un buen blanco y negro y unos silencios interesantes. La música, con no excesiva presencia, no parece bien elegida.
Por momento es de cine negro, por otros pretende una reflexión profunda que no le sale del todo. Mejor pretensión que resultado, porque no satisface del todo lo que pretende.
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