sábado, 14 de octubre de 2023

§ 3.156. Fanny "Pelopaja" (Vicente Aranda, 1984)

 

La vi en la televisión hace muchísimos años. Y me impresionó bastante. Su rudeza, su bestialidad, su historia. Y siempre la he tenido como una película buena de ese cine llamado 'quinqui' que sólo se explica conociendo la vida unos años muy determinados de este país. Los que van desde 1975 y la muerte del dictador, o quizá incluso un poco antes, quizá 1970 hasta bien entrado los años noventa, 1992 para señalar una fecha muy concreta. Quince o quizá veinte años de una creatividad singular, dirigida principalmente a los jóvenes, relacionada por la marginalidad, la delincuencia juvenil -verdadero fenómeno novedoso en aquellos años- y la drogadicción. En ese magma hay cintas míticas de De La Loma -Toretes-, De la Iglesia -Navajeros y Colegas- y otros varios cineastas competentes. Y luego tienes varias películas de grandes directores como Saura -Deprisa, deprisa- y esta de Aranda. 
Son varias películas de calidad. Al menos yo tengo a esta de Aranda como una cinta de calidad. Tiene su trama y un muy buen guión. 
Los actores principales son franceses -Fanny Cottençon y Bruno Cremer- seguramente para ayudar a la comercialización de la película. Al parecer el director quería a Berta Socuéllamos, pero la actriz no quiso. Bueno, llamarla actriz es mucho, porque sólo hizo una película.
La novela se titula Prótesis, y es de Andreu Martín.
Es una historia muy fuerte, de un cierto sadomasoquismo y una relación basada en la fuerza y en la dominación. Además la relación entre un policía y una delincuente acrecienta la sensación de peligro y morbo. Una historia realmente cruda y salvaje.
Perfectamente podría haber sido una producción americana, de esas policíacas interpretadas por policías sin ningún tipo de escrúpulos y sin corazón ni alma.
Me ha encantado. La música, el ritmo, el tempo, y el desarrollo. Quizá el desenlace no está del todo conseguido, pero la potencia de la historia es verdaderamente mayúscula. Y la forma de montar la historia también tiene su mérito. Una especie de continuo flashback para contar atrás lo acontecido. 
El único fallo del guión, a mi parecer, es que no se explica bien la relación entre la chica y su novio. No parece que una chica tan delincuente y tan curtida en la calle, las drogas y la delincuencias, tenga ese apego con un chico la más de normal. Montar una venganza contra un policía después de tanto años debe explicarse mejor. 

§ 3.155. ¿Por qué seguir matando? (Jose Antonio de la Loma, 1965)

 

De la Loma antes del Torete. Western de venganza, pasión y un poquito de por favor. Insufrible como referencia del género. Como una cinta más de las miles, puede ser. Pero en ningún caso como cinta destacada. Supongo que cada uno se abre camino como puede en el mundo del cine, en realidad como en cualquier otro mundo profesional.
Hay dos cosas que me parecen insufribles. La musiquilla que acompaña a toda la cinta, un organillo repitequeteando una sintonía vulgar y corriente inspirada en el degüello, esa sí sintonia potente y salvaje, y el color, muy fuera de todo, en tonos blancos y ocres que no favorecen su visualización.
La película es vulgar, y no tiene un pase; tampoco entretiene, siendo demasiado larga. Porque una cosa son 80 minutos y otra, muy distinta, 100. Son los 20  minutos que te estropean una cinta.
Luego, De La Loma, fue De La Loma, encontró su nicho de mercado con sus 'Toretes' y sus 'Pirris', siempre emporados.

viernes, 13 de octubre de 2023

§ 3.154. La mujer del ministro (Eloy de la Iglesia, 1981)

 

Me gusta Eloy de la Iglesia, me parece un cine provocador e interesante. Libre y sin pelos en la lengua. Los temas los aborda sin tapujos, sin censuras y con total libertad. Pero creo que tiene dos fases, claramente diferenciadas, además. La primera, más fructífera y transgresora plantea los temas escabrosos con total naturalidad. La homosexualidad, la drogadicción, la inseguridad ciudadana, los celos, las infidelidades e incluso la insatisfacción sexual. Me han parecido magnificas -no he visto todas las suyas-, pero las terminaré viendo: Algo amargo en la boca (1969), La semana del asesino (1972), La criatura (1977), El Diputado (1978), y Miedo a salir de noche (1980).
Luego entró en una fase algo más directa, más comercial, menos sutil, más brusca: Navajeros (1980), Colegas (1982), El pico (1983), El pico 2 (1984), y La estanquera de Vallecas (1987).
Me parece bastante mejor la primera fase. Aunque seguro que ganó más dinero y más crédito social y cinematográfico con la segunda.
Esta película no me ha parecido tan interesante como otras suyas. El deseo femenino es el motor de la cinta, que camina por dos railes. El sexo y el poder. Encarnados ambos en el matrimonio impostado que sirve de percha para contar lo que quiere contar.
Algunos personajes de su segunda etapa ya están presentes: El Pirri, Enrrique San Francisco. Y los temas recurrentes también. Los canutos, la prostitución masculina, el trapicheo de drogas.
No alcanza un gran nivel, probablemente porque quiere contar muchas cosas y ninguna lo hace del todo bien. La corrupción política, y el deseo femenino. Es difícil mezclar ambas cosas y hacerlo bien. Vista en perspectiva ha envejecido mal. Se la ve anticuada, amanerada, algo ajada, y sumamente esteriotipada. Ademas le sobra metraje, se mire como se mire. Cien minutos son muchos.
No es el mejor trabajo de De La Iglesia, director, repito, más que interesante. 

§ 3.153. La mujer del juez (Francisco Lara Polop, 1979)

 

He visto esta película hace muchos años, sin exagerar más de treinta. La recordaba por lo que la recordaba, claro. Esas cintas semi eróticas de finales de los años setenta, tan habituales en las carteleras.
Tiene cuarenta y tantos años, y he envejecido francamente mal. Se explica por la época en la que se rodó, pero no tiene un pase. Es mediocre, desde el primer momento sabes de qué va y cómo va a evolucionar. 
La música que la acompaña prácticamente en todo momento es realmente insufrible. Una especie de piano repetitivo y gritón que martillea cada escena en donde la señora se exhibe, de un lado para otro, sin el menor sentido.
Es una cinta que se organiza para mayor gloria de su protagonista: Norma Duval, que como actriz no da la talla, aunque quien acudía al cine para ver esta película no pensaba en si actuaba bien o mal. Era una mujer esplendorosamente guapa, pero intuyo que las críticas no debieron ser buenas, porque es, de hecho, su última película como protagonista. Parece insegura, algo torpe incluso, fuera de lugar. Y no es papel que desempeñaba. No funciona. Sencillamente. 
Pero el acompañamiento es más que interesante. Hector Alterio, nada menos. Manuel Tejada, como el hombre medio típico de provincias sí da el papel. En realidad es su papel. El papel de siempre. 
Se acompaña de Micky Molina, probablemente en una de sus primeras películas, joven, descarado y morboso.
La cinta funciona relativamente. Solo por la expectativa del desnudo de su protagonista. Pero nada más. No tiene la fuerza y la garra de otras cintas similares.

§ 3.152. Furtivos (José Luis Borau, 1975)

 

Una cinta muy conocida en su tiempo que tuvo su predicamento. De las temáticas que gustaban en su época. Caza, señoritos, relaciones maternofiliales dominadas por instintos insanos, atracción sexual incontrolable y la creación del tipo asfixia existencial que se produce con madres muy dominantes.
Aunque no lo dice, todo parece indicar que el desarrollo de la historia se desenvuelve en el País Vasco o en Navarra. No creo que pueda verse en clave política, pero todo puede ser. No conozco demasiado el cine de Borau, pero puede ser que, dadas las fechas y le contexto pretendiera hacer una crítica a la sociedad.
No creo que pretendiera hacer una cinta parecida a La caza, de Saura, que es una película absolutamente magnífica, pero, desde luego, tiene un parecido, un antecedente, bastante claro.
Los actores son Ovidi Montllor, Alicia Sánchez, para mi poco conocidos, y la perfectamente reconocible Lola Gaos, una gran dama del teatro y del cine.
La cinta, al parecer, tuvo un éxito magnífico de crítica y público, conoció el éxito en certámenes y disfrutó de galardones. Una película muy premiada y muy celebrada. Se sigue recordando como una gran película.



jueves, 12 de octubre de 2023

§ 3.151. Atrapados en el miedo (Carlos Aured, 1985)

 

Ligoteo años sesenta, relaciones prematrimoniales, sexo oscuro y encubierto, sexo y orgasmos libidinosos cerrados y rencorosos y, sobre todo, una expectativa de tetita desnuda en tiempos de censura que justifica el metraje. 
Pretende ser una cinta contracultural, pero se queda en un punto paródico de las películas de fantasmas. 
De todas forma, y aunque quizá se pueda ser duro con su nota en las plataformas, lo cierto es que, pese a todo, es de las mejores propuestas de Aured, 
Hay que entenderla como un producto de su tiempo. Destape, 'fantaterror', cine patrio y mucho alcohol y porros como manifestaciones básicas de libertad.


§ 3.150. La criatura (Eloy de la Iglesia, 1977)

 

En busca de un 'tantaterror' con algo más de calidad que las clásicas de Aured y Naschy me he encontrado con esta cinta. Abiertamente fantasmal, vampírica y encontrada en el misterio de los animales que poseen a las personas. 
En términos generales es bastante mejor que la de sus competidores. 
El guión es menos abracadabrante que otros del mismo género, Juan Diego y Ana Belén ayudan bastante, pues son actores bastante razonables, y el director tiene bastante mano en el discurso narrativo. Además de un gran director le tengo por un gran cineasta, que no es exactamente lo mismo. Un aficionado al cine antes que cineasta y antes que director. Una combinación ganadora.
La historia engancha desde el principio. En el minuto quince lo tienes todo presentado y no queda más que el desarrollo y el desenlace. 
Me ha gustado. Se entronca bien en el tiempo en el que se rodó, responde bien a los cánones del momento y se deja ver con cierta nostalgia. Recuerdos de una época que se fue. 
De la Iglesia tiene más profundidad de la que parece. Es un directorazo como una catedral, toca temas incómodos sin ningún complejo y con plena libertad. Puede considerarse incómodo a veces, pero sus películas vistas cuarenta y cinco años después siguen manteniendo una cierta frescura y una gran naturalidad.
Me gustan sus películas.

§ 3.803. Las ratas (Robert Siodmak, 1955)

  Una obra "realista" de un director tendente a lo fantástico, a exponencial áspenos oníricos de la realidad, al menos en su prime...