jueves, 29 de octubre de 2020

§ 2.064. Jennie (William Dieterle, 1948)


    Dieterle es un director más que interesante. He visto ya varias cosas suyas y siempre me han gustado.
      En esta parece un sueño. Un pintor arruinado conoce a una niña en el parque, Jennie que le recomienda que dibuje personas y no paisajes o flores.
     Todo se encamina a una resurrección de la inspiración, una vuelta a la normalidad de la venta de cuadros. El pintor se queda con un paquete de la niña, envuelto en un periódico de 1910, cuando estamos en 1934. Algo raro hay en ese encuentro. La niña está vestida de manera antigua, habla de un espectáculo de hace años y dice que sus padres son actores de circo, cuando, en realidad, ese circo se clausuró hace mucho años. Parece un espectro del pasado que viene a fortalecer el carácter y la suerte del pintor. En los sucesivos encuentros la niña está cada vez más mayor. Él se enamora de ella perdidamente, acrecentando su capacidad para pintar retratos. Es una especie de sueño, de deseo de pretensión.
     Sobre una novela de Robert Nathan escriben el guión Paul Osborn, y Peter Berneis. Música de Dimitri Tiomkin, y con un reparto estelar: Jennifer Jones tan rotundamente guapa como siempre, Joseph Cotten en un papelazo (como todos los suyos), Ethel Barrymore en un papel precioso, y Cecil Kellaway. La producción es de David O. Selznick, un auténtico productor como ya no los hay, uno de los principies de Hollywood.

§ 2.063. El incendio de Roma (Guido Malatesta, 1965)

 

  Bueno, estas películas se comprara única y exclusivamente para verlas sin demasiada atención, simplemente para ver por ver. Un Peplum en toda regla, con atrezzo de cartón piedra, guión sin complicaciones ni dobleces y actores no excesivamente dotados para la actuación. Mediocridad que sirven para pasar el tiempo.
  El director es italiano, naturalmente. Ni siquiera viene en el Wikipedia española, he tenido que consultar la inglesa. Cuenta con una breve reseña y con la selección de cinco películas, entre las que no se encuentra esta.
  Los actores son: Lang Jeffries, Cristina Gaioni, Moira Orfei, Mario Feliciani, Luciano Marin, Evi Maltagliatim, Franco Fantasia, Massimo Carocci, Vladimir Medar, Anita Todesco. Excepto los dos primeros, que tienen algo de desarrollo cinematográfico. Parece que todos forman parte de la tropa que rodea a la industria cinematográfica italiana, muy prolífica en los años sesenta.
   No es que sea mala, es otra cosa. Es que no puede ser buena. Pero como producto de consumo en doble sesión una tarde invierno es está mal. Probablemente ni siquiera quiera una gran acogida. Pero seguro que se ha pasado por televisión varias veces. La traducción en buena, y la copia no se ve del todo mal. Además está rodada en Cinemascope, es decir, está rodada para ser proyectada en pantalla de cine, en pantalla grande. Tiene muchos extras, a veces unas cuantas decenas, muchos romanos bien vestidos (todos iguales) y una coherencia en los escenarios, etc. 
   Recuerda a "Quo Vadis" de Mervyn LeRoy, de 1951, especialmente en las relaciones de los nobles con el cristianismo y los ritos cristianos. Es probable que también, como aquella, se base en la novela de Henryk Sienkiewicz. La música también está cuidada, y las casas y palacios. Tiene, además un metraje corto, 80 minutos, lo que se agradece, porque la historia no da para mas.
    Aunque claro compara al que hace de Nerón en esta cinta con Peter Ustinov en aquella es ridículo, aunque es claramente el modelo: gordito, el pelo pelirrojo, histriónico, desmedido, histérico, etc. Del mismo modo no se puede comparar al que en esta hace de Marco Valerio con Robert Taylor..., Deborah Kerr  ni aparece...
    He visto peores películas. Y las he visto hasta el final.

§ 2.062. Gigantes del cielo (Lew Landers, 1938)

   Otra de Landers, un auténtico fiera: rodaba multitud de películas cada año. Filmaffinity precisa que rodó 111 películas.
   Otra con Joan Fontaine, que seguramente, como ocurre con el director, tendría un sueldo para la compañía, con independencia del volumen de películas que rodase. Condiciones muy duras que dificultaban la expresividad y ala singularidad del producto.
   Los actores principales son Chester Morris, y Harry Carey como  aviadores, instructores en este caso de un militar .
  Película claramente propagandística, con el propósito de elevar la moral de la población y patrocinar un espíritu de conquista del aire.
   Como la anterior suya que vi hace unos días, también sobre pilotos y aviones, en aquel caso médicos, aquí civiles, flojita.

§ 2.061. El secreto de Paula (Rudolph Maté, 1952)

 
    Drama médico. Una mujer pierde un hijo en el parto y le comentan que no va a poder tener más hijos. Parece haberlo encajado bien, pero algo turbio parece sobrevolar la relación con su marido, con las otras personas que la rodean, con su propio yo. Había tenido un embarazo anterior que también acabó mal.
   Con su marido interpreta el papel de mujer que ha superado la pérdida, pero con su marido interpreta un papel: la de mujer que ha superado el fracaso. El médico le aconseja que exteriorice adecuadamente sus sentimientos, pero ella no parece estar de acuerdo con él, prefiere reprimir sus sentimientos cuando él está delante. Cuándo él no está presente siempre está llorando, deprimida e infeliz.
   Loretta Young es la madre angustiada, y Kent Smith el marido abnegado -Decano de una Facultad- que mantiene el tipo y parece seguir con su vida con normalidad.
    Alexander Knox es el médico de la familia, que ayuda a la mujer a colocarse como "dama de gris", mujer que ayudaban a las enfermeras con los niños, los pacientes, etc.
   Pero atropella a un niño de un orfanato en un conflicto con un camión y el niño queda sin posibilidad de hablar. Ella se vuelca con él.
   Al parecer Loretta Young tuvo un hijo con Clark Gable en 1935, pero ella comentó en su autobiografía que fue fruto de un abuso. De hecho el niño fue "adoptado" con la propia Loretta una vez dado en adopción. Todo Hollywood conocía la historia. Lógicamente la temática de esta película ahondaba en el daño que tenía. Fue ganadora de un Oscar por "Un destino de mujer" de H. C. Potter de 1947.
     El niño es Tommy Rettig, conocido por Rio sin Retorno, de Preminger.
  El director, para mi siempre será el de "Con las horas contadas" (1950), que fue una película que me gustó mucho.

miércoles, 28 de octubre de 2020

§ 2.060. Wicker Man (Neil Labute, 2006)

 

Una película a medio camino entre una de policías y una fantástica. Hombre de mimbre es el título traducido.

Un policía que ha presenciado un accidente de coche cuando estaba atendiendo a una mujer y su hija en la carretera queda traumatizado por la experiencia vivida. Tiempo después recibe un recado de su antigua novia en la que le pide ayuda porque su hija ha desaparecido. Ella vive en una isla privada en el centro de (lo que se supone) un gran lago del norte de EE.UU., probablemente entre USA y Canadá. Se encuentra en el Estado de Washington.

Una comunidad bastante peculiar, algo enloquecida y bastante fanática. Se ven más mujeres que hombres. Es evidente que se esconde un misterio serio, algo que oculta esa forma de vivir. Relaciones distantes, difíciles, más que frías hieráticas, nada naturales, sin ningún tipo de afecto.

La mezcla es particularmente agobiante, pero la película no consigue transmitir ese estado con toda su inquietud. Alucinaciones del protagonista, búsquedas infructuosas, y la tradicional pose de Nicolas Cage en la que cabe todo tipo de actuaciones, a cual menos sutil que la anterior. Supongo que para esta tipo de películas que rozan la Serie C es un actor de cierto gancho. Pero después de las dos que he visto hoy, la verdad, empeora mucho más.

Director desconocido para mi que, sobre todo, ha hecho películas para la televisión. Probablemente este sea un proyecto de esa tipo. Claramente un actor venido a menos. En algunos momentos tuvo su oportunidad, la de ser un actor de cine, no de películas de consumo. Ultimamente he visto varias de él, a cual peor. 

§ 2.059. Barreras de orgullo (Henry Hathaway, 1956)

 

   Una de Hathaway siempre es una película buena. Para mi es el gran desconocido en la cinematografía clásica americana. Un director sólido, vital, muy patriota, con todo tipo de películas: Western, terror (suave), suspense, de guerra. Todo un artesano. Seguramente un hombre aquietado al presupuesto, a la exigencia de producción, al tiempo asignado para la película. Seguramente poco tiquismiquis con actores o actrices, 
   Esta en concreto es un drama entre hermanos, un ranchero que ha prosperado por matrimonio y su hermano que ha salido de la cárcel.
   Van Johnson es el presidiario, Joseph Cotten el ranchero, y la guapísima Ruth Roman la esposa. En un día de tormenta la familia se queda aislada en su rancho de Arizona. Allí se presenta el hermano recién evadido de la cárcel. Varias familias de vecinos se han reunido y pretenden pasarse la tormenta que dura varios días bebiendo y haciendo una juerga. Por tres días va a ser imposible cruzar el río, son los que necesita el fugitivo para organizar el viaje a méxico.
   El hermano mayor avisa a su mujer y sus amigos que no puede beber alcohol. Seguramente tuvo problemas en el pasado, que le llevaron a prisión. Alguna relación se avizora en ese sentido. 
   Hay algo de morboso en el galanteo que mantiene el expresidiario con la mujer de su hermano. Es lo más interesante de la película.
   En una escena se muestra un Mercedes-Benz coupé alas de gaviota. En otras se oye Blue Moon. Qué guapísima es Ruth Roman.

§ 2.058. El Doctor Arrowsmith (John Ford, 1931)

 

   Una de Ford de 1931. Con toda su carga Fordiana, esa épica tan suya, el hombre frente al mundo, frente a la sociedad, frente  a todos, frente a sí mismo.
   No hay en el Doctor la más mínima muestra de clasismo o de elitismo. Con ideas propias, aunque no sean precisamente las imperantes en la sociedad. El fracaso al que se enfrenta le forja en el carácter
   La historia es sencilla, no tiene efectos dramatúrgicos tan en boga en el cine actual. Martin Arrowsmith (Ronald Colman) es un joven e idealista doctor que aunque pretende dedicarse a la investigación con un prestigioso doctor decide ejercer la medicina para poder casarse con la enfermedad de la que está enamorado, la señorita Leora Tozer (Helen Hayes). La novela es del premio novel Sinclair Lewis, y el guión de  Sidney Howard. El estudio es Samuel Goldwyn Company y la música de Alfred Newman.
  Se instala en el campo y ejerce de médico, aunque en su tiempo libre se dedica a la investigación, abordando la fórmula para solventar una peligrosa enfermedad que está afectando al ganado.
   El 'veneno' de la investigación le vuelve a infectar tras oro una conferencia de un médico famoso. Un canto a los soldados médicos, a los héroes de la medicina. Como siempre en Ford es el hombre corriente que, sometido a una presión extraordinaria, se convierte, de forma natural, no forzada, en un hombre providencial, al que se estaba esperando. Pero su transformación no es traumática o forzada. Es natural e incluso esperada. Pero el hombre no pretende que se le agradezca lo que hace, es su trabajo, es su ser, su forma de vivir, su natural ubicación en el mundo. Su forma de ser es esa: podría ser un médico normal y corriente, incluso vulgar, o un gran investigador científico, pero siempre, siempre, sometidos a la normalidad de la vida. El hombre extraordinario se encuentra en  el hombre corriente, y esa es su grandeza. Las mujeres de Ford son fuertes y abnegadas, con carácter pero dúctiles, que tienen claro sus objetivos y que no renuncia a ellos. A mi parecen son mujeres muy femeninas, del mundo en el que les ha tocado vivir. Juegan en la subordinación al marido, al hermano. Su proyecto propio es ser parte del engranaje en el que se incrustan, sin pretensiones propias pero viviendo las del grupo, las del marido, aquellos para los fueron creadas. Lógicamente es una visión que puede ser sometida a crítica, naturalmente, pero no tienen un rol vicario o secundario. Son protagonistas de la historia, en su rol específico.
   Obviamente te tiene que gustar este tipo de historias, aquellas que surgen de la normalidad de la vida.

§ 3.840. Antes llega la muerte (Joaquin Luís Romero Marchent, 1964)

Un Western melodramático trufado de una doble historia de amor en un triángulo de lo más común y corriente. Pero la historia de amor entre l...