Me parece una soberana imbecilidad, una depravación moral de primer orden sin ningún orden estético noticiable. Entiendo el propósito del director, sus ganas de provocar, la duplicidad moral de los personajes y la necesidad de convertirse en el arcángel de la provocación. Pero realmente no acabo de comprender la necesidad de su lenguaje tan crudo, salvaje y desconsoladamente obsceno.
El poder llevado al terreno de lo sexual, una especie de nazismo sexual, la tortura con y por el sexo. No es el deseo lo que flota en el ambiente, ni el sexo, sino el poder, la capacidad de humillación -como refinación última del poder-, y el sometimiento como respuesta única posible.
No me ha gustado nada. Por el tiempo en que se publicó entiendo que se prohibiese. Con todo, nada tiene que ver con A Serbían Film, que ya no es que me parezca de mal gusto, es que es repugnante.
Pero una cosa es que no me guste, y otra que no sea valiosa desde el punto de vista cinematográfico. No me gusta, pero ¿tiene valor como película de cine?
Sinceramente, creo que no. Seguro que tiene su público, hay gente para todo, pero esto no es una película de cine. Es un testimonio, un ensayo, un experimento, pero no una película. No expone el desarrollo de una idea de forma ordenada -ortodoxa, o no- para conducirnos mediante un discurso hacia un resultado: moral, estético, de cualquier tipo...
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