Ensayo más que relato, reflexión más que película. Siete mujeres que viven con un músico, alrededor de él, junto a él. Tiene un punto paródico que no me agrada nada. Además no es el tono propio de Bergman, que supongo que tuvo tantos proyectos cinematográficos y teatrales que se vio capacitado para llevar a buen puerto esa especie de sátira sobre la convivencia, el amor y las relaciones de pareja.
El reparto es más que bueno -la troupe de Bergman- pero las escenas, ambientadas siempre con música de los años veinte y una iconografía de aquella época, hacen que el resultado sea incluso un punto ridículo. No sé qué quiso mostrarnos ni por qué, pero no es de lo mejor de Bergman, naturalmente. Ni siquiera de lo bueno. Entra, incluso, en el terreno de lo prescindible. No me ha gustado.
Hay un comentarista en Filmaffinity llamado "triforme" que comentando la cinta dice algo que cuadra bastante con lo que ocurre con esta cinta: "Una de suecas sin Alfredo Landa no puede ser buena", añadiendo que se ve actualmente por una sola razón: es de Bergman. Y creo que lleva toda la razón. No es que sea una comedia, es que tiene ese tono absurdo del ´burlesque´, de esas comedias de folletín en donde la picaresca se mezcla con el destape y los chistes sobre los defectos físicos de los personajes amalgamando un resultado bizcochoso e infumable.
Nunca pensé que viendo una cinta del maestro diría esto. Menos mal que sólo dura 80 minutos. Qué tostón.
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