1934. La versión más célebre, la más imponente, la más imperial, la más impresionante.
Con el buen hacer de DeMille ya investido de uno de los grandes constructores de la industria. Un director absolutamente imprescindible en la historia del cine. Con obras fundamentales, entre ellas ésta, versión más que notable, y canon de las demás versiones sobre la misma historia.
Me ha gustado la presencia imponente de Claudette Colbert, mucho más guapa y sensual que el estereotipo que tengo de ella, sobre todo en posteriores cintas, ya metidos los cuarenta y cincuenta. El resto del reparto incluye a Warren William como Julio César, y a Henry Wilcoxon como Marco Antonio.
La escenografía es espléndida, la música verdaderamente lograda, los trajes, las ropas, los pelos y todo lo relacionado con el atrezo.
Me ha gustado mucho, pero no tanto como la de Mankiewicz, que en términos generales me parece mejor película.
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