Película singular, muy bien rodada y sumamente obsesiva. Me ha resultado confusa la idea de representar a la misma mujer, Conchita, con dos actrices distintas: Carole Bouquet, y Ángela Molina. Parece que una de ellas, Carole es más frívola y Ángela más recatada. Como si se tratase de dos caras de la misma mujer. Pero es difícil seguir el ritmo. Fernando Rey está impresionante, como siempre. Qué galán, cómo se mueve, qué apostura, qué garbo, qué forma de caminar, qué seguridad en sí mismo.
Es la última película de un genio, de un cineasta peculiar y muy capaz.
Lo que no acabo de comprender es qué pinta en todo esto los atentados terroristas que se narran a lo largo del metraje. Singular forma de interrumpir la narración con un propósito no dramático.
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