Compleja y con sentimiento de culpa. Así la veo yo. Hay algo que atormenta a Bergman durante toda su filmografía: la incomunicación, especialmente entre los miembros de una pareja, de un matrimonio.
La obsesión por el sexo y las conductas al margen de lo establecido son las válvulas de escape de un señor con un matrimonio muy aburrido y, sobre todo, muy fuera de la realidad, muy desconectado de la deseable comunicación entre los esposos. No ya a un nivel óptimo, sino sencillamente a un nivel medianamente operativo, funcional y práctico.
No es de lo mejor de Bergman. Tiene su interés, pero aburre un poco en ensayo que pretende y la exposición de los temas.
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