El cine dentro del cine visto por Garci, desde esa melancolía tan suya, tan nuestra, tan de una época muy determinada y concreta.
Tras su elogio a la radio, viene la demostración de su amor por el cine. El reparto es muy bueno: Adolfo Marsillach, sobrio y sereno, Jesús Puente, que me parece un magnífico actor y que da una lección de actuación en cada momento, María Casanova, en una de sus últimas películas que hizo, y la última con Garci José Bódalo, tan imperioso como siempre, Encarna Paso, seren y propia, y Emma Suárez especialmente joven.
Interesante, pero no tan impactante como otras suyas. Me gusta, pero en realidad me gusta todo Garci.
Busca una interioridad extremadamente difícil de narrar a través de una cámara. Es demasiado tiempo encerrado en la dinámica creativa de los guionistas, que llega a cansar un poco.
Las tensiones emocionales de dos divorciados en esa edad madura en la que ya es difícil volver hacia atrás y mucho menos empezar de nuevo en la vida no es el argumento principal, aunque pueda parecerlo. Es el cine, cómo se hace y los entresijos de la vida de una productora de cine. Parece, por momentos, un gallinero, una jaula de grillos en la que es difícil saber qué se está haciendo.
El resultado final me agrada, pero menos que la última suya que vi. Solos en la madrugada me ha gustado más que ésta.
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