Vuelta al lirismo peculiar del director Asturiano.
Un gran elenco (José Sacristán, Fiorella Faltoyano, Emma Cohen, y María Casanova) para contar una historia muy personal alrededor de la radio y sus personajes.
Es el cine de la nostalgia para toda una generación, por eso es un director prácticamente olvidado por las nuevas generaciones, que gustan de otro tipo de cine.
No es exactamente que me recuerden una vida que viví, porque no es cierto. No tenía edad para ello, pero sí viví los años posteriores y lo que aquí se narra sí lo recuerdo perfectamente.
No es sentimentalismo, es otra cosa. Una forma peculiar de apreciar el pasado, de recordar lo que fue.
La época que narra es exactamente cuando se legalizó el partido comunista en esta país, semana santa de 1977. Una época clave, absolutamente clave de la historia de esta país.
El personaje principal se ve sometido a las tensiones que provocan dos mujeres a las que quiere. Su mujer, la madre de sus hijos, que ahora sale con otro hombre (todavía no había divorcio), y una nueva chica, más joven, mucho más liberal, más abierta en todos los sentidos, incluido el sexo y las relaciones prematrimoniales.
Y el programa que dirige cada vez va tomando un giro distinto, menos grave, y todo parece que el programa ya no es lo que era. La narración de la vida vulgar y corriente de las gentes normales puede tener su encanto como sustento de una historia, la de amor del protagonista. La vida absolutamente corriente del héroe de la radio, triste, sola y desapacible es el motor de la historia que cuenta. Con una casa sin orden alguno, propenso a la bebida, separado, sin ver a sus dos hijos lo que debería. Una vida como la de tantos y tantos.
Me ha gustado, pero no es de lo mejor de Garci. O por decirlo de otra manera, Garci tiene cosas mejores.
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