Creo que es la tercera vez que la veo. Y esta vez me ha parecido mejor que las anteriores. Y eso que las veces anteriores la he considerado notable. Esta vez me parece sobresaliente. No sólo por las escenas bélicas, que también, sino, sobre todo, por el ritmo interno de la cinta, la capacidad de ir, paso a paso, de un sitio a otro, lentamente pero de manera inexorable. La pléyade de estrellas que jalonan la película no sólo no estorban a su desarrollo, sino que acrecientan la leyenda de la propia cinta.
Viendo a Robert Mitchum al lado de los monstruos sagrados de la pantalla que le acompañan me reafirmo en mi apreciación general sobre él: qué nada tiene que envidiar a los mejores del género. Es un actor salvaje, racial, imponente. También me ha gustado mucho Glenn Ford, otro actor de método.
El resultado de las cintas es estupendo, una de las mejores cintas de guerra en el mar de todos los tiempos. con una mezcla entre las tomas de cine y las documentales. Una mezcla como nunca he apreciado que se hiciera tan bien como en esta cinta.
Magnífica, estupenda de verdad.
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