miércoles, 2 de noviembre de 2022

§ 2.814. Remando al viento (Gonzalo Suárez, 1988)

 

Siempre he tenido ganas de ver esta cinta. Evocadora e ilusionista, interesante como expresión de una forma de hacer cine singular, delicada, sincera, atendiendo a las exigencias de lo visual, alejada de lo efectista, de los recursos técnicos. Para él el cine es guión, encuadre visual y desarrollo emocional. La cinta está llena de delicadezas, de momentos de regodeo con lo estético, con luces brillantes y muy pocas sombras, solamente aquellas que sirven de contraste temático y estilístico.
Es la primera cinta que veo de Suárez, un hombre singular, gran director y, al parecer, excelente novelista y ensayista. Toda una vida dedicada a la cultura, a la creación de belleza. Me ha gustado mucho, aunque por momento se hace un poco pesada, no tanto por el metraje sino porque hay momento de vacío, de no saber qué ocurre o qué pasa, momentos de impasse.
Pero creía, con todo, que era mejor película. El resultado, que es magnífico, lo imaginaba más redondo, más cerrado, más completo. Es una buena película, que tiene desarrollo, una música extraordinaria, un diseño de producción brillantísimo, un atrezzo de auténtico lujo, pero la tenía por ser una auténtica obra de arte y me he tenido que conformar con una buena película.

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