sábado, 23 de septiembre de 2023

§ 3.124. Un domingo maravilloso (Akira Kurosawa, 1947)

 

Un cierto intimismo que comienza desesperado para ir transitando hacia la luminosidad que sólo son capaces de patrocinar personas vitalistas y felices. Los problemas de siempre, desde una perspectiva japonesa. La vivienda, las dificultades del trabajo, los sueños de los enamorados. Una reflexión sobre la pobreza, sobre el amor, y sobre las personas.
No es lo más brillante de Kurosawa, ni mucho menos. Sin embargo, como también me suele pasar con Bergman, los planteamientos estéticos son atrayentes, limpios, con imágenes icónicas, planos virtuosos y una preparación de las escenas que a veces parecen cuadros. 
Es pura poesía.
Pertenece a este género denominado Shomin-geki, que se podría relacionar con el realismo italiano al centrarse en las cuestiones cotidianas de la gente corriente. Integradas en la maquinaria del sistema pero en su estatus más bajo. Ni son pobres de solemnidad, ni marginales, pero no consiguen escapar de sí mismos ni del engranaje en el que están atrapados.
La última de Kurosawa que me quedaba por ver. La tenía comparada hace años y guardada en el estante de las que hay que ver. Que cada vez tiene menos cintas, porque tengo el propósito de escoger al menos dos de ese estante por cada nueva que compro. Tendré una doscientas compradas y apiladas en ese estante.
También llueve. No recuerdo ninguna película de Kurosawa en que no llueva.

§ 3.123. Defensa (John Boorman, 1972)

 

Tenía muchas ganas de verla. Una especie de epopeya moderna que termina en tragedia, o casi, por el enfrentamiento entre dos formas de ver el mundo y de relacionarse con la naturaleza y con los semejantes. Grandísimos Jon Voight y Burt Reynolds, que debían ser verdaderas estrellas para la pantalla, acompañados de Ned Beatty y de Ronny Cox. Naturaleza, formas de relacionarse con ella y la opresión de los lugareños. Hay algo de irracional en la forma de relacionarse los lugareños con los protagonistas, sobre todo porque carece de explicación alguna su comportamiento.
Director más que solvente del que sólo he visto cuatro cintas pero todas estupendas, especialmente Infierno en el pacífico (1969) y A quemarropa (1967). El sastre de Panamá también (2001) es interesante, pero no tanto como las dos citadas.
Entiendo que Reynolds fuera una estrella. Lo tiene todo para serlo. El Tom Cruise de la época. Musculoso, muy varonil, aguerrido, con un punto salvaje y probablemente un imán para las mujeres, tanto en taquilla como en su cama. Tiene acreditadas más de cien películas, lo cual es una barbaridad, incluso para un hombre de cine clásico. Siempre me ha gustado, me parece un actor muy 'característico'. Le ves y tienes la sensación de estar pasando un ato divertido. 
Jon Voight es otra cosa, más trascendente, menos lúdica, más formal, de etiqueta, no de sport. Le veo capaz de mayores cotas artísticas.

jueves, 21 de septiembre de 2023

§ 3.122. Domino (Brian De Palma, 2019) 

 

La última película de De Palma. Un despido no acorde a su genio y a su altura cinematográfica. Una cinta incluso vulgar por momentos, plana y poco edificante. Con actores (para mi) desconocidos y con una guión previsible y poco acorde a las historias que ha filmado a lo largo de su vida. Un grande que se despide como puede o como sabe, quizá como le dejan porque no encontraba financiación para otros proyectos, o sencillamente que se dejó de tener confianza en sus iniciativas. No lo sé.
No me extrañaría que el guion fuese de alguno de esos nuevo escritores de novela negra escandinavos que tanto abundan y que tan buenos resultados suelen dar, tanto de público como de crítica. Lo firma un tal Petter Skavlan, que firma el guión de otras cuatro películas, ninguna vista o conocida por mi.
Actores para mi desconocidos.
Plantea un tema muy escabroso. Cómo se integran los extranjeros en los países desarrollados. Y cómo se aprovechan de la bondad de los sistema protectores para desarrollar actividades delictivas. Lo que ocurre es que el guión es muy plano, muy básico. Malos muy malos, contra buenos inmaculados. Un poco aburrido. Un cierto pastiche, que no me ha parecido nada noticiable. Plana, aburrida, sencilla, sin ninguna complejidad y para mentes muy cerradas. No es una cinta digna de De Palma, que tiene cosas absolutamente geniales.

miércoles, 20 de septiembre de 2023

§ 3.121. La gata negra (Edward Dmytryk, 1962)

 

Es lo que denomino una película de gran formato. Pretenciosa, ampulosa, mayestática, grande, con música de cámara, actores característicos, una historia potentísima, un blanco y negro lindo y una trama dura y seca, difícil para la época, todavía actual.
En definitiva, con todos los triunfos en la mano para ser un gran éxito. Y, sin embargo, supongo -no sé por qué- que no tuvo gran éxito de público. Seguramente la crítica pensó otra cosa. E intuyo que con el paso de los años ha ido ganando adeptos y seguidores.
Con la pléyade de actores es difícil que la cinta no funcione. Nada menos que Laurence Harvey, tan sólido como siempre, aunque algo hierático; Capucine, una actriz rara y hermosa, pero que está sobrepasada en el papel; Jane Fonda verdaderamente guapa, lozana y hermosa, Anne Baxter en un papel raro y desacostumbrado en ella, y Barbara Stanwyck, en un rol de gran dama pérfida y sofisticada hecho para el tipo de mujer que era. Un reparto sensacional, rodeado de extras estupendos.
El drama existencial que expone suele dramatizarse de manera menos virulenta en la realidad que en esta película. No es una elección consciente y real con toda la información encima de la mesa. El acceso a la prostitución siempre es obligada, o casi siempre. Y las explicación que suministra el director para hacernos una idea de qué ha pasado y por qué ha llegado a ejercer la prostitución. 
El encuadre de la trama en el Sur en el período de la gran depresión tiene su explicación, probablemente en el propia novela de la que parte la cinta, pero no aporta nada singular a la trama.
La fragilidad del personaje principal está excesivamente amanerado. No tiene mucho sentido en la lógica interna de la trama y hace que el soporte que patrocina no sea suficiente para sustentar la viga maestra de todo en conjunto arquitectónico. 
Interesante los títulos de crédito, de Saul Bass, nada menos, que muestran desde el principio cuál es el sentido de la cinta y cuál su propósito.
Me ha gustado bastante, aunque sus pretensiones de obra maestra no se consolidan, especialmente por la dificultad de apreciar lo que está oculto: el lesbianismo de la protagonista y la Madamme del burdel.

martes, 19 de septiembre de 2023

§ 3.120. Sábado noche, Domingo mañana (Karel Reisz, 1960)

 

Debut cinematográfico de un director interesante, con una vida realmente de 'película'. Judío salvado de los campos de la muerte por Sir Nicholas Winton, siendo unos de los 669 niños que rescató de la muerte. Sus padres murieron en Auschwitz, emigró a Inglaterra. Director intelectual, amigo de Tony Richarson. Creador de revistas de cine, y gran referente del cine independiente británico, denominado "Free Cinema". 
La cinta pretende ser una exposición de una realidad muy vivida por la clase proletaria de Inglaterra de los años sesenta.
Una especie de exposición de la realidad de un nihilista, tan de moda todavía actualmente. Trabajar de lunes a viernes y viviendo el fin de semana borracho perdido, con enredos de faldas con todas aquellas que se dejan embolicar con su piquito de oro.
No me gustan las películas 'realistas'. En especial las francesas, que no las soporto, ni las italianas. Pero este realismo inglés tiene algo distinto. No sólo la exposición de las realidades, que es parecida a cualquier otra, sino el tratamiento tan teatral, tan nítidamente inglés. Es lo que le da empaque y frescura.
Una especie de fresco realista al estilo de las italianas tan reconocidas. Me recuerda, y mucho, a "La soledad del corredor de fondo". Muy interesante también es la presentación en sociedad de esa gran actor que es Albert Finney, realmente un grande del cine británico.

lunes, 18 de septiembre de 2023

§ 3.119. El fantasma del paraíso (Brian De Palma, 1974)

 

Cine ensayo, experimental, de culto. Colores, formas, modas, música técnica y arrogante. No me gustan las películas musicales. Las encuentro poco entretenidas, que rompen demasiado la dinámica de la acción principal. Raramente encuentro continuidad entre el desarrollo de la trama y esta cinta no es una excepción. Seguro que tiene muchísimo seguidores, incluso fanáticos de ella. Pero no es mi tipo de cine. Es original, tiene gancho, pegada y es sugestiva, pero no es mi cine. 
Indudablemente es entretenida, muy distinta a todo lo usual y fresca. Esa es, probablemente, su gran virtud, la inocencia de su planteamiento, la sencillez de su música y la versatilidad de su lectura. La puedes ver como una película musical, como un thriller, o incluso como una película de terror, porque, en realidad, es un poco de las tres cosas. 
No pierdes con ella el interés en ningún momento. 

domingo, 17 de septiembre de 2023

§ 3.118. Delito de pasión (Gerd Oswald, 1947)

Interesante propuesta, que mezcla el clásico problema de cine negro, un crimen, con el papel corrosivo de la prensa. Guapa y fina Barbara Stanwyck, como siempre, pero algo menos espectacular que en otras ocasiones. Sterling Hayden tan varonil como siempre, y Raymond Burr como policía acompañan a la estrella del momento. 
La pareja no funciona del todo. Por lo menos en esta cinta. Quizá ella estaba ya algo mayor, pero él está como cansado, aburrido, quizá el papel que jugaba era precisamente ese, pero, la verdad se hace raro verlos juntos. 
Intenta ensayar un mensaje feminista. La vida de una mujer independiente, aunque algo entrada en años que se enamora de un policía que tampoco ha tenido especial suerte con las parejas a lo largo de si vida. 
Pero la cinta va derivando hacia una película de cine negro clásico, ortodoxa: ambiciones desmedidas, sueños irreflexivos, imposibilidad de asumir el papel que cada uno ha sido capaz de labrarse. Una falsa perspectiva de la valía de cada uno. Y, sobre todo, la necesidad de crecer, de avanzar, de que la vida es algo más que lo que se ha vivido. En el fondo retrata los problemas de una mujer fuera de lugar, incapaz de adaptarse a las situaciones que vive, porque experimenta una desazón por dentro difícil de manejar consigo misma. A veces es mejor renunciar a las aspiraciones que continuar aferrado a ellas. En todo caso el desequilibrio que experimenta es casi patológico. No sabemos nada del pasado de la protagonista, pero sí intuimos que arrastraba una maleta cargada de lluvia.
Primera película que veo del director. Los primeros minutos parecen mutilados, parece como si pasaran demasiadas cosas en poquísimo tiempo. 

§ 3.838. Brimstone. La hija del predicador (Martin Koolhoven, 2016)

  Un Western muy "europeo", que no "Spaguetti Western" o "Paella western" o similar. Podría ser consideraba un...