sábado, 23 de septiembre de 2023

§ 3.124. Un domingo maravilloso (Akira Kurosawa, 1947)

 

Un cierto intimismo que comienza desesperado para ir transitando hacia la luminosidad que sólo son capaces de patrocinar personas vitalistas y felices. Los problemas de siempre, desde una perspectiva japonesa. La vivienda, las dificultades del trabajo, los sueños de los enamorados. Una reflexión sobre la pobreza, sobre el amor, y sobre las personas.
No es lo más brillante de Kurosawa, ni mucho menos. Sin embargo, como también me suele pasar con Bergman, los planteamientos estéticos son atrayentes, limpios, con imágenes icónicas, planos virtuosos y una preparación de las escenas que a veces parecen cuadros. 
Es pura poesía.
Pertenece a este género denominado Shomin-geki, que se podría relacionar con el realismo italiano al centrarse en las cuestiones cotidianas de la gente corriente. Integradas en la maquinaria del sistema pero en su estatus más bajo. Ni son pobres de solemnidad, ni marginales, pero no consiguen escapar de sí mismos ni del engranaje en el que están atrapados.
La última de Kurosawa que me quedaba por ver. La tenía comparada hace años y guardada en el estante de las que hay que ver. Que cada vez tiene menos cintas, porque tengo el propósito de escoger al menos dos de ese estante por cada nueva que compro. Tendré una doscientas compradas y apiladas en ese estante.
También llueve. No recuerdo ninguna película de Kurosawa en que no llueva.

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