jueves, 21 de enero de 2021

§ 2.260. Hombre de leyes (William Dieterle, 1932)

Entretenida comedia de enredo con abogado enamorado de su secretaria -sin saberlo- al que le ofrecen trabajar en un despacho más grandes y brillante, el mejor de la ciudad.
Lo que he visto de Dieterle me ha parecido siempre brillante, sofisticado y chik. Me encanta.
Al abogado le tienden una trampa, no sabe verla y pierde todo. Sólo le queda la secretaria.
William Powell, y Joan Blondell son los protagonistas. Él en un papel, como todo los de esa época que hacía, que le venían como anillo al dedo.

§ 2.259. Angel negro (Roy William Neill, 1946)


Una bellísima mujer ha sido asesinada. Condenan a un hombre normal, su mujer debe buscar nuevas pruebas. Un pianista alcohólico le compuso una canción: "desengaño" que toca sin parar.
Me ha gustado mucho. De ese director he visto otras dos películas, y todas ellas, las dos y esta, son de 1946. Las tres últimas que rodó.
    El exmarido de la asesinada, un alcohólico pianista y la mujer del hombre acusado de asesinarla emprenden una búsqueda para encontrar nuevas pruebas para encontrar al asesino. 
    El enamoramiento entre los protagonistas de la trama era algo esperable. Se contratan en un Cabaret que frecuentaba la Femme fattale asesinada, para estar cerca del dueño del local, del que sospechan que tuvo algo que ver con el asesinato.
  Reparto estupendo: Dan Duryea, June Vincent, Peter Lorre, Broderick Crawford, Constance Dowling, Wallace Ford, Hobart Cavanaugh, Freddie Steele, John Phillips, Ben Bard, Junius Matthews, Marion Martin, y Archie Twitchell.

miércoles, 20 de enero de 2021

§ 2.258. Muerte en Venecia (Luchino Visconti, 1971)

    Muerte en Venecia es uno de los relatos cortos, por no llamarlo cuento, que más me han gustado, de siempre, de Thomas Mann. Ahora mismo estoy leyendo Doktor Faustus, que ya leí hace mucho años, unos diez.
    Un músico enfermo de depresión y moralmente consumido por el poco éxito de sus últimas composiciones acude a Venecia para descansar y pasa el verano. Allí conoce a Tadzio, un auténtico efebo, y su pasión comienza a desquitarse de las ocasiones dejadas de aprovechar en la vida. Su sufrimiento físico corre paralelo al moral y a la epidemia de peste que asoma la ciudad.
   Tadzio está alojado con su familia polaca en el mismo lujos hotel de la isla del Lido. Su belleza, algo andrógina, le perturba y cautiva, le hace sentir pulmones antes no apreciadas, o quizá olvidadas, no se llega a confirmar la homosexualidad del personaje principal. Sí se precisa que tenía o tiene familia, mujer e hija, porque hay escenas retrospectivas al respecto.
    Es cierto que la historia se inspira, tanto en la novela como en la película que sigue fielmente aquellas, bien cierto que libremente en el personaje de Gustav Mahler, cuya música está omnipresente en la película. Vizconde era, además de un extraordinario cineasta, un magnífico escenógrafo de ópera, implementando soluciones técnicas en los dos ámbitos.
    ¿Qué es la belleza?, ¿se hace o es siempre per se?. ¿Qué es el arte?. La música es ambigüedad hecha ciencia.
    Es evidente que tanto Tomás Mann como Luchino Visconti sentían absoluta devoción por la música, eran unos melómanos. En el caso de Mann además de escribir esta obra escribió Doctor Faustus, en donde vierte multitud de reflexiones sobre la música, algunas de tipo técnicos difíciles de seguir de leer en una novela. También tengo conocimiento, y adquirí el ejemplar, de un compendio de estudios más que relatos sobre música. También recuerdo que en La Montaña Mágica había digresiones sobre la música y su capacidad senadora. Era natural, por tanto, que el genio de Mann discurriera por esta senda.
    Muy conocido es el reparto y las vicisitudes para su formación: Dirk Bogarde en unos de sus papeles más conocidos  Björn Andrésen, Silvana Mangano, Marisa Berenson, Mark Burns,  y Romolo Valli.

§ 2.257. Lejos de los hombres (David Oelhoffen, 2014)

    Una película distinta, diferente. Con un planteamiento claramente western plantea los mismos temas que en el clásico cine del oeste americano: la huída de los malos para llevar ante el juez -símbolo de civilización y progreso- a los acusados de crímenes, evitando así que la turba los linche sin juicio ni abogado.
No se pregunta qué ha hecho el detenido, bueno sí, sí se pregunta, pero nada más que con espíritu deportivo, para calibrar y valorar los peligros a que se enfrente quien debe llevar al acusado al pueblo para entregarlo a la justicia. Sólo se pregunta para eso, no para juzgar, ni mucho menos para tener conmiseración con él. Se pregunta para hacerse, en definitiva, una composición de lugar, una calibración del esfuerzo y los peligros que supone el viaje.
    Una fotografía preciosa y unos paisajes tan áridos como cualquier desierto completan el escenario en el que se desarrolla la trama. El viaje es lo importante, lo que justifica la partida y el lugar en donde se desarrolla la concordia entres los hombres y consigo mismo.
    Los acaecer del camino no son sino obstáculos -o circunstancias, según se mire- que dificultan la obtención del objetivo, en esta caso la llegada a la ciudad.
    El director es David Oelhoffen -desconocido para mi-, que también firma el guión, sobre un relato de Albert Camus. La música es de Warren Ellis, y de Nick Cave. La fotografía de Guillaume Deffontaines y el reparto es: Viggo Mortensen, Reda Kateb, Djemel Barek, Vincent Martin, Nicolas Giraud, Jean-Jérôme Esposito, Hatim Sadiki, Yann Goven, Antoine Régent, Sonia Amori, Antoine Laurent, y Ángela Molina.

lunes, 18 de enero de 2021

§ 2.256. Tucker, un hombre y su sueño (Francis Ford Coppola, 1988)

    Tenía muchas ganas de volver a ver esta película. La vi en televisión hace muchos años, la vía a la mitad y siempre he querido verla entera. A metido camino, probablemente a medio camino entre las películas alimenticias y las auténticamente artísticas, se deja ver, es entretenida y funciona. 
        Es un biopic de un gran inversor y soñador Preston Tucker que desafió el monopolio de Detroit en la construcción de coches ideando un modelo realmente innovador, con grandes innovaciones en seguridad -vidrios inastillables, cinturones de seguridad, luces que giran con el volante para iluminar las curvas, etc- diseño, motores -traseros, de helicópteros- y estructura general. Pero los gigantes del automóvil no iban a permitir que ese choche tan bueno se construyese en serie. Lo consiguieron, sólo se fabricaron 50 y un prototipo. Al día de hoy quedan en perfecto estado 47, auténticos de colección y con precio de venta en subasta absolutamente estratosférica, más de un millón por coche. Se orquesta una investigación del Congreso contra Tucker y contra su fábrica, contra su coche. Acusado él y otras personas de todo tipo de delitos fueron finalmente absueltos, pero perdieron un tiempo y una energías preciosas. Luego se fue a Brasil para construir otro coche, pero enfermo regresó a EE.UU. y murió poco después de cáncer de pulmón.
 Un color precioso, un buen guión, y unos actores verdaderamente interesantes: Jeff Bridges está soberbio, Joan Allen es su mujer, y Martin Landau, verdaderamente soberbio en el papel de inversionista y asesor de la empresa. Los demás actores son: Frederic Forrest, Mako, Christian Slater como el hijo de Tucker, Lloyd Bridges como senador por Detroit, Elias Koteas, Nina Siemaszko, Jay O. Sanders, Dean Stockwell, y Sofia Coppola en el que probablemente fuese su primer papel.
    El guión es de Arnold Schulman, David Siedler, la música de Joe Jackson y la bellísima fotografía es de Vittorio Storaro.

§ 2.255. El sueño de Casandra (Woody Allen, 2007)

    Una película distinta de Woody. Una historia a medio camino entre el thiller y su costumbrismo clásico.
    Dos hermanos no especialmente afortunados en los negocios y en la vida compran un barquito para salir los fines de semana a navegar un poco. La llaman "El sueño de Casandra", el nombre de un perro que ganó una carrera cuyas apuestas iban 60 a 1. Es decir, que por cada euro aportado ganas 60, con 10 ganas 600, y por 100 ganas 6000.
    Uno de los hermanos conoce casualmente a una actriz de teatro normalita con la que empieza a intimar. El otro es un normal mecánico de coches enviciado con las cartas.
    Ambos necesitan dinero y se lo piden al tío Howard. Pero el tío tiene un problema, un trabajador puede revelar cosas sucias de su empresa, y necesita que le maten. Los sobrinos necesitan dinero, uno para satisfacer las deudas de juego, el otro para invertir en un negocio inmobiliario, y el tío necesita ver muerto al trabajador.
    El drama moral de los hermanos no está bien resuelto, ni tampoco el engaño del propio tío, que sabes que va a ocurrir, pero no puedes ni imaginar cómo no se dan cuenta los hermanos. Es evidente que quien tiene más problemas es el propio tío. El menos eso me parece a mi.
    Los actores son los que siguen: Ewan McGregor y Colin Farrell son los hermanos. El resto son: Tom Wilkinson como el tío Howard, Hayley Atwell como la actriz novia de uno de los hermanos, Sally Hawkins, Peter-Hugo Daly, John Benfield, Clare Higgins, Ashley Madekwe, y Andrew Howar.   
    La fotografía es espléndida, de Vilmos Zsigmond (que también ha sido director), el Guion es de Woody Allen y la música de Philip Glass.

domingo, 17 de enero de 2021

§ 2.254. El inocente (Brad Furman, 2011)

    Una de abogados. Listos y preparados. Ambiciosos y sin escrúpulos. Interesante planteamiento, un guión que se deja llevar, y dos actores con oficio y desarrollo: el que sirve para contraseña en un ordenador: Matthew McConaughey, que hace de abogado, y Marisa Tomei como fiscal ex-esposa del abogado con quien comparte una hija. El chico acusado es Ryan Philippe.
    El abogado es un competente penalista de cosas menores. Le llega, porque así lo solicita el acusado, un caso muy importante. Defender a un chico bien acusado de haber maltratado a una prostituta. Pero el abogado ve algo raro. Le recuerda a un caso anterior, en el que otro acusado fue condenado a prisión permanente por al crimen muy parecido en la forma de ejecutarlo: maltratar a la chica solo en el lado izquierdo de la cara y el cuerpo, como si la golpearon desde el lado izquierdo, como si fuera zurdo. Empieza a sospechar que el chico bien efectivamente sí ha sido quien maltrata a las chicas. Este tipo de giros a mitad de película no suelen funcionar, son demasiado rupturistas, haces que pierdas la concentración y la atención en los principal, en lo que da sentido a la película. No funciona. Hace que sea más larga, y, sobre todo, que puedas perderte por el camino. Pensar que un psicópata sexual quiere se incriminado para así salvarse e incriminar al propio abogado defensor es de una complejidad argumental que no está bien resuelta en la película. Ahora es el acusado quien tiene al abogado cogido en todos los sentidos. Sólo las excelentes películas consiguen mantener esos giros, y esta no lo es.
    Es un poco larga. Sobre metraje. Tiene intensidad, y no está mal, pero le sobran 20 minutos mínimo. La historia no da para más.

§ 3.837. La reina del Tabarín (Jesus Franco, 1960)

  Irreconocible Franco. Una película  musical "madrileña", con chotis, ofertas y cabaret. Es su segunda o tercera película, y enca...