Otro desvarío de Schrader, esta vez completamente descocado, lisérgico, neurótico, fabulosamente desquiciado... pero sin gracia.
El como es de comer, no de admiración. Por eso es "como" y no "cómo". No le he cogido la gracia, pero se deja ver.
No sé qué estaba pensado el director para filmar esta cinta, pero esto solo lo puede rodar con gracia un director bien consolidado y, a la vez, valiente. Sincero y valiente. Quizá más arrojado que veraz.
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