Asesinatos, sueños premonitorios, música chirriante, algún que otro desnudo muy naiff, todo muy previsible y poco edificante. Mala, mala, mala de solemnidad. Terror adolescente, miedos ancestrales, abuso de los efectos inapetentes, de la música sin contenido y de las poses de los años ochenta. Una muy mala película de un director Australiano que rodó muy pocas cosas. Ésta era su última película. No hay por dónde agarrar. Los sustos, las sorpresas, los efectos emocionales, pero nada más.
No es demencial, he visto cosas peores, pero es bastante mediocre.
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