Vi esta película hace mucho años, muchísimos, seguramente más de veinte. Y me impresionó mucho. Porque sabía que era historia real, por la fuerza de la interpretación de la protagonista, por lo raro y extraño del procedimiento judicial. Sé que en esos momentos estaba estudiando derecho, por lo que debería ser después de 1988.
Se nota que aunque funciona no es una buena cinta. Se mantiene por la intensidad del drama judicial, pero poco más.
Hay algo extraño en la historia. Es una rareza, pero poco más. Sí es cierto que la memoria es traicionera, porque recordaba dos datos que no se corroboran: que era raptada por monos, y en realidad es raptada por perros salvajes, y en segundo lugar, que es raptada de la tienda de campaña cuando los padres acampan al aire libre, no en una instalación destinada al efecto. Lo recordaba sin testigos, y en la película queda claro que hay testigos por todos lados, lo cual hace más raro todavía las peripecia judicial que posteriormente se desarrolla.
También puede verse como una película crítica con la prensa, con su funcionamiento, con el sensacionalismo con el que se exprimió el asunto en la televisión y en los periódicos. Era el momento de apurar el cáliz hasta las heces, y así fue.
Es un poco larga, no se sostiene por la mera expectativa de resolución el caso.
Muy alabada fue la actuación de Meryl Streep, pero la de Sam Neill no le va a la zaga.
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