domingo, 17 de mayo de 2015

MANN, Anthony. Winchester 73 (1950)


Hay que revisitar las películas de vez en cuando. Guardaba mucho cariño por ésta, y no me equivocaba. Es muy buena. La idea, además, es muy original, visitar la historia del oeste a través de la historia del rifle, de donde a donde va pasando...

MANN, Anthony. El Cid (1961)


   Magnífica película, con una banda sonora muy interesante y unos actores muy adecuados. Algunos escenarios son demasiado de cartón-piedra, y algunas escenas se hacen un poco raras... pero en general es una película maravillosa. Sofía Loren lo hace muy bien, muy contenida, y Charlton Heston muy en su línea de gran hombre que llena por sí mismo la pantalla.
   Necesito leer una biografía de El Cid. Me ha llamado mucho la atención la relevancia que pone la película en la amistad con los moros. Parece más una estrategia de alta política que otra cosa.
    A la película quizá le sobran unos cuantos minutos. 173 son muchos para contar esta historia. El comienzo es realmente espectacular, y los últimos treinta minutos son muy vibrantes... Es, en resumen, una muy buena película. Por cierto, todas las de Anthony Mann que he visto me han gustado enormemente...

viernes, 15 de mayo de 2015

JOHNSON, Nunnally. La viuda negra (1954)

Gran película, de formato clásico impoluto. Con un metraje ideal, con un color magnífico, unos diálogos muy acertados y un desarrollo general de la película muy conseguido.
Se nota que es la obra de un gran guionista. Los giros argumentarles y efectistas están muy conseguidos, va dejando pistas a lo largo de la cinta que son recuperados en el desarrollo y en el desenlace con natural orden, para proponer un desarrollo final imprevisto para el espectador. Luego, cuando la repasas, entiendes bien por qué ha sido la mujer quien ha matado a la chica, pero cuando la estás viendo no queda tan claro. Me encanta Tierney, esa belleza asiática, una cara angelical, un singular movimiento de grácil muñequita. 

jueves, 14 de mayo de 2015

KRAMER, Stanley. La hora final (1959)

Una película rara, distinta. No creo que su director la considerarse muy lograda. Es muy larga, demasiado y no es capaz de centrar la trama de manera gráfica. Es inverosímil, pero sobre todo no tiene una definición de lo que nos quiere decir. Te enteras, porque no te lo cuenta el director, que ha habido una guerra nuclear que ha arrasado el mundo, excepto Australia, al que la ola de calor mortal, radiactivo, llegará en unos meses, según sople el viento por el hemisferio norte. Un submarino norteamericano atraca en Australia y el capitán del navío se enamora de una guapa mujer (el animal más bello del mundo) con inmoderada adicción a la bebida. Se mezclan historias de personajes secundarios, científicos y militares australianos... Y luego, en medio de todo esto, el submarino recibe un mensaje en morse que es ilegible, al parecer desde San Diego. Y allí van, para comprender que los ruidos típicos los provoca una botella de coca cola posada en el pulsador y atada a una persiana que al moverse por el viento provoca que el aparato emita sonidos, ilegibles.
Cuando vuelven a australia ya ha llegado allí la ola radioactiva, y el final de la humanidad es inminente.
Bueno, pues complicado de entender. Buen Peck, muy bien, y Ava, pero no salvan una trama un tanto desquiciada y una metraje exagerado. Pretende una reflexión moral u ética sobre el comportamiento humano cuando sabe que va a morir, pero seguidamente las personas se comportan normalmente, van a las carreras de coches, toman el aperitivo... 
No me parece especialmente brillante.

miércoles, 13 de mayo de 2015

SODERBERGH, Steven. Kafka, la verdad oculta (1991)

Una película rara, distinta. Tienes que haber leído En la Colonia Penitenciaria, Carta al Padre y El Castillo para entender un poco lo que pretende el director: una especie de viaje emocional desde la vida del escritor a su propia creación literaria. El poder, el control de su abuso y el destino del ser humano en un mundo mega controlado es la trama central de esta película.
Muy bien Irons, muy propio. Para mi Kafka en la pantalla a partir de ahora tendrá su cara.
Lo que no he visto claro es la relación entre los revolucionarios y Kafka. Desde luego por la visión que tengo de él a través de la biografía que leí de Max Brond era lo más alejado que puede uno imaginarse de un revolucionario. Era gris, aburrido, tranquilo, enfermo desde pronto y muy dedicado a sus cosas. No creo que el compromiso social fuese su fuerte. Ni mucho menos. 
También tengo la idea de él de que era un mujeriego muy destacado, y este matiz ni siquiera se insinúa en la película.
No es, por tanto, una biografía al uso, no pretende ser un biotic, una cinta que refleje la veracidad de su vida, sino sobre ésta establecer una ficción en la que se mezclen varias tramas de sus obras para destilar la esencia de su pensamiento agobiante.
La iconografía del castillo como centro de poder y control, con sus hileras de miles de archivos donde se guardan las fichas de los ciudadanos es, claramente, un anticipo de Orwell y sus planteamientos de Gran Hermano. Muestra lo que el poder es, porque en todo momento se cuida mucho el director de mostrar cuál es la ideología que sustenta ese castillo, ese poder, esa sociedad.
El uso del blanco y negro, y sólo dentro del castillo el color, sólo dentro de algunas estancias del castillo, porque en otras no hay color, es un juego efectista que no sé a qué responde. Tendría que visionarla otra vez con singular atención.
El sonido era muy malo. Al menos en mi copia era malísimo, no se oía claramente, y había que elevar mucho el volumen.
Es una película interesante.

martes, 12 de mayo de 2015

ZINNEMANN, Fred. Acto de violencia (1948)

Magnífica película. Hasta la media primera hora no sabes realmente  cuál es la trama de la cinta. Y esta no es otra que la traición, la delación, la culpabilidad... la venganza de un hombre maltratado por esta delación. Un piloto de guerra internado en un campo de concentración alemán se chiva de la construcción de un túnel para evadirse a cambio de... comida. Las consecuencias para toda la brigada son las que se pueden imaginar: la muerte, la tortura...
Años después cuando se le cree un pilar de la comunidad aparece un hombre con una cojera, Robert Ryan, que viene a matarle. Traicionó a todos y ahora él quiere vengarse. Pero aquí se produce un giro en la película, una exposición de no se sabe quién es el que ha perdido la razón, si el torturado por la herida, sus consecuencias y el odio que mantiene, o si el delator, por la culpa de aquella acción, que aunque le salvó la vida no le deja vivir como hombre cabal.
El final plantea la catarsis que se produce entre ambos personajes. El delator se revela contra sí mismo, entiende que las consecuencias de su acción han sido letales y obra en consecuencias: intenta salvar a quien viene a matarle de un asesino a sueldo que, sin saberlo, ha contratado para solucionar su problema. Por su parte el compañero torturado en la guerra que pretende matarlo entiende que el delator también ha sufrido, y con tal intensidad que a lo mejor puede considerársele una víctima más de la guerra, de lo acaecido. Entiende que quizá el sufrimiento de ambos no es tan diferente, es más parecido de lo que parece. Sus consecuencias externas son parecidas.
Gran obra, con un gran planteamiento, capaz de exponer una temática de forma nítida y sin sobresaltos.

lunes, 11 de mayo de 2015

TOURNEUR, Jacques. El hombre leopardo (1943)

Interesante, Tournier siempre lo es. Me gusta, están muy entretenidas, como esta, por ejemplo. En la senda de una de sus mejores películas, La Mujer Pantera, en esta es un antropólogo dedicado a la conservación de un museo que siente impulsos homocidas en determinadas circunstancias. Lo que no acaba de estar claro es cómo y por qué siente esos asesinatos, cuál es el nexo común, el vínculo que uno sus acciones.
El resto de la trama es conocida después de La Mujer Pantera. Pero, en general, es algo peor, no tiene ese no sé qué que sí tiene La Mujer...

§ 3.384. El último héroe americano (Lamont Johnson, 1973)

  Tercera película que veo del director, después de Los que saben morir (1970) y El gran duelo (1970). No tiene muchas más cintas en pantall...