martes, 23 de abril de 2024

§ 3.374. Policía, adjetivo (Corneliu Porumboiu, 2009)

 

Hay que ver de todo. Eso para alguien a quien le gusta el cine tiene que ser una premisa. El director es rumano, no había visto nada suyo, naturalmente. Película seleccionada en Cannes, pasa por ser una obra importante. Bien valorada por público y sobre todo, por la crítica. Es de esas que gustan a los sesudos críticos de gafas de pasta negra que mantienen erecciones consolidadas con las de Bergman. La película fue galardonada con el Premio de Jurado en la sección Una cierta mirada del Festival de Cannes.
Puede verse la pulsión aperturista del policía 'bueno', frente al inmovilismo del Comisario. En realidad de la ley frente a las nuevas perspectivas sociales y políticas.
Es, lo que se dice, un coñazo. Un rollo para estetas. Neorealismo rumano, en formato de dos horas que pretende mostrarte las dudas e incertibumbres de un policía al que no le gusta detener a los que infringen las leyes que él considera que son incorrectas. Pero lo que podría ser un drama moral, incluso la justificación de una nueva realidad, se queda en un proceso de onanismo autoreferencial que no va a ninguna parte. Pretender leer aquí una crítica al ejercicio autoritario del poder es, sencillamente, abracadabrante, ridículo y sumamente arriesgado. Es, lo que se dice, una sucesión de planos que no nos dicen nada. No importa qué pasa, porque no pasa nada. No importa el cómo pasa, porque tampoco es noticiable. Parece que lo importante es lo que crees que pasa, o más difícil aún, cómo crees que está pasando. Sucesión de planos mantenidos, por donde circula la gente, como si fuese un lienzo de un cuadro famoso, escasos diálogos, siempre sobre temas absolutamente intrascendentes y fútiles. 
Lo que se dice un rollo. A los 30 minutos ya estás mirando el reloj para ver cuándo queda por sufrir. 
Hay dos movimientos del cine que no soporto. El neorealismo italiano, y la Nouvelle Vague. No he visto todavía suficiente cine 'dogma' para aburrirme con conocimiento de causa. 
No me ha gustado, y no creo que la vuelva a ver en la vida.

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§ 3.387. Sólo para sus ojos (John Glen, 1981)

  No la recordaba (algunas escenas sí, naturalmente). Aunque la he visto, no menos de tres veces.